En marzo, días antes de que comenzara a regir el aislamiento social preventivo y obligatorio, los teatros debieron bajar el telón y cerrar sus puertas al público. Desde entonces, los artistas debieron reinventarse y hallar la forma de seguir trabajando en sus casas. Y una vez que se aprobó el protocolo para hacer funciones vía streaming, se enfocaron en la producción y el armado de las obras.
Para Flor Otero y Germán Tripel –popularmente conocido como Tripa– fue más sencillo: al ser cónyuges no deben respetar el distanciamiento social sobre el escenario. Estando al tanto de dicha disposición, compraron los derechos de Los últimos cinco años, obra que les permitirá ser los primeros en Latinoamérica en regresar al teatro musical, y comenzaron los ensayos vía Zoom.
“Cuando nos contactamos con la gente de Estados Unidos para comunicarle que queríamos hacer la obra de Broadway en medio de la pandemia, se sorprendieron”, cuenta Tripa a Teleshow, y destaca que el protocolo que había presentado el teatro los favoreció. “Al ser marido y mujer, no tenemos que cumplir con el distanciamiento social sobre el escenario, podemos estar en contacto. Todo eso suma a nuestro favor”, indica sobre la obra musical que presentarán el 11 de septiembre vía streaming desde el Teatro Picadero.
Atenta a las palabras de su pareja, Flor agrega que “la obra es perfecta porque es solo de dos personajes”. Con lo cual, restaba agregar música –sobre el escenario habrá un pianista que estará a dos metros de ellos–, siempre cumpliendo con las condiciones sanitarias: limpiarse los pies antes de entrar, tomar la temperatura, usar alcohol en gel y respetar la distancia de sus compañeros. Además, quienes estén debajo –será un equipo reducido de técnicos, colaboradores y el director del espectáculo– deberán utilizar tapabocas y máscara protectora en todo momento.
El día de la función, autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se presentarán en el teatro para controlar que estén dadas las condiciones: que no haya público, que adentro solo estén las personas que están autorizadas en una lista y cumpliendo con lo requerido.
“Probablemente este recurso haya llegado para quedarse y se use como complemento para personas que no puedan viajar al teatro. O mismo para que nosotros podamos llegar a otras provincias, países. Es una buena herramienta", destaca la cantante.
—¿Cómo viven el hecho de hacer una obra sobre el escenario pero en un teatro que estará vacío?
Flor: —Si bien ya hicimos streaming, no nos parece tan extraño sabiendo que el público está del otro lado porque hicimos televisión, cine. Siempre uno imagina que cuenta una historia y hay alguien de ese lado. La diferencia es que es en un teatro. No estamos grabando en un rodaje convencional o una locación. Eso es lo más extraño, pero también tiene cierto grado de magia y nos parece que es un recurso que está bueno. Por otro lado, la oportunidad de ensayar por Zoom nos ayuda porque lo que el director ve a través de la pantalla es lo que verán los espectadores.
Tripa: —Hacer esto en este momento para nosotros es un placer. Sentimos que somos privilegiados, más allá de que no haya público y que probablemente extrañemos los aplausos. Trabajamos para minimizar todo eso y que la obra se pueda ver a través de la pantalla. Trabajamos como si fuera un programa de televisión desde el teatro. De todas formas, extrañamos el público, el calor y la energía que se genera con los aplausos.
—¿Cuánto les afectó personal, laboral y económicamente la pandemia?
Tripa: —Nos afectó el hecho de que todo se puso en stand by, se frenó y quedó todo en veremos. Teníamos muchos proyectos –obras, tiras, películas–. Por suerte nosotros no nos quedamos quietos y ya no somos solo músicos: trabajamos mucho con las redes, hacemos notas, shows en vivo. Agradecemos el poder que tenemos de no quedarnos en un solo lugar, que muchas veces está mal visto y cuestionan si somos actores, cantantes o influencers, y la verdad es que queremos ser todo y hacerlo de la mejor manera posible porque en la diversidad es donde se encuentra la riqueza.
Flor: —Desde el primer día trabajamos en proyectos, bajarlos al papel y a la realización. Esto de reinventarse ya es una forma de vida. No apareció solo ahora. Como artista uno se acostumbra a vivir así.
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—¿Cómo transitaron estos meses de cuarentena?
Flor: —La sensación y las emociones fueron mutando. En un principio hasta nos pareció un plan agradable el hecho de poder quedarnos en casa después de tanto trajín con el trabajo. El segundo y el tercer mes ya fueron de incertidumbre, y después comenzamos a renovar la paciencia. Como te decía, estamos un poco ciclotímicos. Hay días que sentimos que podemos con todo y estamos fuertes sobreponiéndonos a un momento difícil a nivel mundial, y hay días que decimos “¡Basta!” y queremos nuestra vida rutinaria y simple de antes: poder ir a visitar a nuestras familias, nuestros papás. Sentimos que pasan los días y no sabemos cuánto tiempo más van a estar nuestros familiares, y eso nos da mucha angustia. También uno cae que cuando mira su propio ombligo todo se vuelve oscuro y triste, pero cuando levantás la vista y ves otras realidades de los demás, te llamás a silencio y decís “ok, basta de pensar cómo lo estoy viviendo yo”. Te volvés una persona más de acción y tratamos de ayudar a todas las personas que podemos.
Tripa: —Nosotros, como pareja, la llevamos bien. Hemos cerrado un montón de círculos. Hemos hablado muchísimo y afianzado la pareja desde lo personal cada uno, también en lo laboral y en lo económico. Estamos en un lindo momento, sería increíblemente mejor si pudiéramos hacer la vida normal, pero no nos quejamos. Lo agradecemos. También extrañamos mucho a nuestras familias, que las vemos poco.
—¿Cómo está pasando la cuarentena su hija Nina?
Flor: —Nina es de las que mejor la llevan. Juega con sus amigas a través de videollamadas y también tiene salidas recreativas. Ahora tratamos de llevarla en la semana, porque los sábados y domingos hay mucha gente. Y, aunque tiene cinco años y no es obligatorio, le ponemos tapabocas. Después ella solita nos pregunta si nos lavamos las manos, sabe que hay que ponerse alcohol y deja sus zapatillas afuera. Hasta le desinfecta las patitas al perro cuando volvemos de la calle.
Tripa: —Tenemos la suerte de tener una hija fantástica, que se ha adaptado perfectamente a todo. Es muy inteligente, entiende lo que está sucediendo y gracias a eso, también para nosotros, es mucho más fácil llevar adelante la convivencia. El cariño, el amor. Estamos muy unidos. Hemos pasado por un montón de etapas y estamos muy contentos de pasar esta cuarentena juntos. Ella tiene Zoom del jardín y nosotros también tratamos de hacer muchas actividades con ella. Nos llevamos muy bien, somos un muy lindo equipo.
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