El 7 de junio de 2018, luego de que le detectaran un rumor benigno en la cabeza, Paloma, la hija de la periodista Marisa Brel, fue operada de urgencia en el Sanatorio Fleni. Desde ese momento, la joven de 17 años comenzó una lucha contra la enfermedad. Fueron meses de seguimiento y tratamientos. En ese entonces, Brel fue brindando detalles de lo que le iba ocurriendo a su pequeña y poniendo el foco, sobre todo, en los avances.
En otro momento, después de dar el primer paso, brindó detalles de lo que le ocurrió, lo que los llevó, tanto a ella como a su pareja, a que la viera un profesional de la salud. El diagnostico fue desalentador. Sin embargo, nunca bajaron los brazos. “La veíamos caminando mal, sin fuerza ni equilibrio. Se caía si perder el conocimiento, en momentos no podía leer. La notamos desganada, quedada La vieron y le encontraron mucho líquido en el cerebro y una mancha. Cuando me lo dijeron se me vino todo encima, me estalló la vida”, comentó con una gran angustia a cuestas.
Una vez que recibió el alta comenzó una larga trayectoria camino a la recuperación. Lo que siguió fue un riguroso tratamiento que Paloma cumplió al pie de la letra. Dos meses después contó que el tumor seguía ahí, pero que no había crecido. Según la oncóloga que la fue tratando, eso fue una gran noticia. El primer paso de un camino que ya se vislumbraba alentador. De ahí en más, lo que siguió fue continuar con su vida normal, haciendo estudios de rutina y seguimientos y resonancias cada 4 meses.
En las últimas horas, Brel, con lágrimas de emoción en los ojos, compartió una de las noticias más felices que dio en su vida como periodista y que la toca de cerca. Con los sentimientos a flor de piel, en su cuenta de Instagram, comentó: “Luego de tres años de rezar por la salud de Paloma, mientras repetíamos cada 4 meses resonancias, hoy nos dijeron que…”, fue la introducción al video en el que hizo referencia al estado de salud de su hija.
Con tan solo apretar play, encontrarse con su rostro denotando alegría, se podía percibir de qué se trataba el material. Sin embargo, para que no queden dudas, a su semblante le sumó palabras: “Quiero compartir con ustedes la mejor noticia de mi vida: ¡El tumor de Paloma se achicó! No puedo más de la emoción. Gracias por sus rezos”.
En un párrafo aparte hizo referencia a las muestras de cariño constantes que fue recibiendo a lo largo de estos años. Hizo referencia a esos seguidores que todos los días, no solo le daban palabras de aliento, sino que se interiorizaban de la salud de la nena. “Gracias infinitas por sus oraciones. Por su amor incondicional hacia mi hija y mi familia. Los amo de corazón”, describió.
En mayo de este año, en pleno aislamiento social, Marisa pasó por un delicado problema de salud. Comenzó con problemas respiratorios que se agudizaron y se transformaron en algo mucho más grave. La internaron de urgencia y pasó varios días en terapia intensiva. Una vez que le dieron el alta, contó con detalles lo que le había ocurrido.
“Tuve bronquitis bilateral y la pasé muy mal. Un día desperté ahogada y sentí que me moría. No respiré como por dos minutos”, comenzó su relató y prosiguió: “Fue Dios quien me abrió la garganta porque yo sentí que me iba. Casi veo la luz. Me dijeron que tenía broncoespasmo”, comentó y a su vez, agregó que el episodio se agudizó por una crisis de nervios, por estudios que se había hecho su hija.
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