Desde que debutó en los medios, a base de esfuerzo, dedicación y pasión por la profesión, Rodrigo Lussich fue subiendo escalones. Este año afrontó el desafío de sumarse al plantel de Intrusos, dejando atrás la conducción que estaba llevando en Confrontados hasta el año pasado. Sin embargo, porque se mueve en todos los ámbitos con esa cintura que le dieron los años de trabajo en los medios, se prepara para volver a ese lugar de líder. Paradójicamente, y si de subir peldaños hablamos, el próximo sábado debutará con El show de los escandalones, un ciclo de entretenimiento para toda la familia. El segmento que tiene a cargo en el programa de Jorge Rial tendrá vida propia en la pantalla de América.
Días antes de su debut, el periodista -que también colabora en Teleshow-, habló de las expectativas que tiene sobre este nuevo programa.
—¿Cómo vivís volver a la conducción?
—Con mucha alegría. En realidad, no creo que uno se vaya de los lugares salvo, en el caso nuestro, que trabajamos en los medios, que se vaya de la tele o de la profesión. Uno no deja de ser conductor porque haga un panel. En mi caso no sentí esa baja de categoría cuando entré a Intrusos. Eso de las etiquetas es un tema más de los otros, me refiero al prejuicio y a las etiquetas. Los Escandalones es un segmento que conduzco yo desde el primer día y creo que si alguien tenía dudas de mi labor como conductor ya hoy no las tiene. Para mí es una continuidad, salvo que ahora voy a hacer un programa. Pero como te dije, creo que cuando uno llega a la conducción y perdura en el tiempo, por más que después haga otras cosas, no se va más de ahí. La conducción es una impronta, más que una etiqueta.
—¿Es diferente conducir un programa periodístico, como fue Confrontados, por ejemplo, a uno de entretenimiento?
—Claramente es bien distinto, lo de Confrontados con lo que voy a hacer ahora. A mí me gustan todos los estilos. De hecho, dentro de Intrusos tengo momentos, segmentos periodísticos y la sección de Los Escandalones, que es entreteniendo y que ahora va a ser un programa. Yo me siento cómodo y me adapto a todos los formatos, pero reconozco que el chimento, visto desde el humor, me divierte mucho más.
—¿Qué es lo que más te gusta del formato?
—Me gusta porque me permite jugar con otra paleta de colores, me permite desdramatizar el chimento, salir de esa cosa de la tensión permanente que creo que el chimento no siempre amerita y muchas veces resulta forzado. El periodístico de espectáculo es un género que no es el que más me gusta en el caso de poder elegir. Igual lo hago, lo he hecho y lo seguiré haciendo. Pero ya te digo, si puedo elegir, me gusta más el formato en el que pueda abrirme a la familia, a que lo miren los chicos, y a divertirnos.
—¿Cómo surgió la idea de llevar Los Escandalones a un programa propio?
—Se dio sobre la marcha. Fue algo que funcionó muy bien, sobre todo durante la cuarentena, cuando la tele solo hablaba de COVID-19 y de alguna manera fue el recreo que tenía el programa. La gente lo encontró como un entretenimiento, como un momento para relajarse y divertirse. En un momento del año surgió la idea de hacer una especie de spin off de Intrusos y generar este programa que vamos a hacer. Así surgió, sabiendo que en el programa se va a seguir haciendo.
—¿Tiene un condimento especial que el productor general sea tu amigo, Adrián Pallares?
—Es un aliciente, es una alegría. Con Adrián trabajamos como socios en todos los formatos, menos en la televisión. Entonces, esta posibilidad de hacer un programa televisivo juntos, conmigo en cámara y él detrás, coordinando todo el proyecto, es redondo. Creo que uno tiene que tener una especie de sociedad con su productor. Es mitad y mitad el trabajo. Es la primera vez que lo voy a hacer con alguien en quien confío y con el que he hecho desde páginas webs, programas radiales y un montón de otras cosas.
—¿Es doble la responsabilidad de cada uno en lo suyo por ser amigos?
—La responsabilidad siempre es una; no es doble ni a medias. Yo soy un tipo que se entrega para trabajar, no conozco el trabajo a medias. Trabajo con mística, me gusta trabajar fuerte en equipo, de forma coral. El hecho de que Adrián me produzca me da mucha solvencia y respaldo. Es una responsabilidad sí, pero no dejo de tenerla en ningún proyecto.
—¿Cuándo surgió la amistad entre ustedes?
—Nos hicimos amigos en el año 2006, cuando empezamos a trabajar con Viviana Canosa. Primero fuimos compañeros de trabajo y después se fue afianzando la relación. Después compartimos una temporada en Mar del Plata, después durante un año dejamos de trabajar juntos, después volvimos y ahí se afianzo la amistad. Después de ese año en Mar del Plata volví a Buenos Aires y empezó a ser mi productor en radio, hicimos una página web, que fue un bombazo periodístico en el año 2012, y así se fue afianzando la relación de amistad y laboral.
—¿Quiénes te van a acompañar en el programa?
—No va a ser un programa clásico de panel, de debate. No va a ser una programa periodístico, sino de entretenimiento. Por lo tanto, el equipo que voy a tener es una especie de tribuna, una hinchada que van a ser mis compinches. Van a bailar, a cantar y a aportar sus miradas. Va a ser algo de mucho ritmo, de mucha ida y vuelta. Me van a acompañar, en principio, Anamá Ferreyra, Juan Otero (el hijo de Florencia Peña), Nati Jota y Sheila González. Nos gustó eso de mezclar generaciones y distintas miradas. Pero todo lo que va a pasar, siempre será desde un lugar muy lúdico.
—¿En alguna oportunidad alguien te llamó enojado por haber sido parte de Los Escandalones? ¿Qué anécdota tenés?
—A la gente le encanta la sección. Gente que por ahí no me seguía en otros proyectos, ahora se enganchó. Así que en ese sentido, las voces son a favor. Hubo algunas personas que se han enojado por una cuestión de la broma, que puede llegar a estigmatizar o discriminar -que uno nunca lo busca-, porque lo que se hace es desde el humor. Es decir, fue desde ese lado, pero fueron más enojos genéricos que individuales.
—Además de los escalones, ¿vas a sorprender con algo más que puedas adelantar?
—Prefiero que lo vayan descubriendo en el aire. Si adelanto que el programa va a estar direccionado al humor. Los escalones se van a multiplicar, van a ser más escaleras, se van a diferenciar de distintos formatos, por subgéneros y categorías. Siempre con el mismo espíritu, el del humor, el de la música…un gran show.
— Ni bien llegaste a Intrusos te transformaste en uno de los mimados -si vale el término- de Jorge Rial, ¿Lo sentís así?
—No sé si en uno de los más mimados. Sí te digo que cuando Jorge me llamó para el programa, cuando salí de la conducción de Confrontados, me aseguró un lugar importante, un segmento propio, por el peso específico que yo tengo dentro del género, por lo que vengo haciendo y el lugar que me he ganado. Después, más allá de lo que se arregle, hay cosas que uno se gana al aire. Haciendo un buen laburo, poniendo el cuerpo, arriesgando, equivocándose, pero siempre proponiendo. No me quedo quieto, me gusta generar y sumar desde el lugar que me toque. Creo que eso Jorge lo valora y ha sido súper generoso conmigo. Me acompaña en mis segmentos, me da mucha libertad y mucha generosidad hacia mi persona. El que no arriesga no gana y yo soy un tipo que arriesga permanentemente.
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