A mediados de agosto, Telefe puso al aire la repetición de Floricienta y la repercusión fue sorprendente. Más de 14 puntos de rating en la primera emisión y un número que se mantiene dentro de esos parámetros jornada a jornada. 16 años después volvió uno de los productos más significativos de Cris Morena y con esto, el recuerdo de María Laura Torres Oviedo, viuda de Santillán, más conocida como “Malala”, personaje que interpretó Graciela Stefani.
La talentosa artista llegó a la ficción porque otra actriz rechazó la propuesta y ella supo sacarle todo el jugo a la cuestión. Una intérprete como pocas. A tal punto, que se transformó en una de las villanas favoritas del público. Sus frases, sus ocurrencias y maldades, siguen latente en los fanáticos.
—Volvió Floricienta, volvió Malala, ¿Cómo reaccionaste cuándo te enteraste?
—Pensé que iba a volver como en alguna oportunidad, comprimidito, una especie de síntesis, pero no. Siempre es una alegría que repitan un programa que a una le gusto muchísimo hacer, que le gustó muchísimo hacer ese personaje, así que fue una gran alegría. Yo esperaba ver un compiladito, cuando lo anunciaron, encima se demoraban y demoraban...me quitaba expectativa, hasta lo que pasaron y sucedió lo que vemos.
—Por los años que pasaron, por ser algo que ya se vio, ¿Te sorprendió el éxito?
—¿Cómo no me va a sorprender? Nunca imaginé ese puntaje de rating que tiene el programa. Me imaginé que se podría llegar a ver, que había gente que sí, porque todos estos años a mí me siguieron escribiendo, es una cosa increíble lo que pasó con ese programa, con mi personaje, a pesar de ser mala. El feedback de la gente, de los chicos, de los adolescentes y de los adultos. Me imaginé que iba a arrancar bien por esto que te comento, pero sigue bien…nunca me imaginé tanto. Las cosas que me escriben, no te puedo explicar. Es maravilloso lo que está pasando.
—¿Qué te generan esas muestras de cariño?
—Como te comenté, en todos estos años seguí teniendo contacto con la gente, es increíble como siguen conectados con Floricienta y con mi personaje. Esto que te digo no es solo de Argentina, sino de varias partes del mundo. Ahora, con la repetición, el tanque desborda. Hay unas chicas y unos chicos que realizan una especie de trabajos artesanales con mis fotografías, las de Malala, han hecho stickers con frases de Malala. Vi una en Nueva York, con la frase “Estuuupida”. Es tanto lo que me llega, que muchas veces no alcanzo a contestarle a todos, y eso que me tomo el trabajo, con mucho amor, pero no lo logro por la cantidad. Así que por intermedio tuyo les mando un cariño enorme a todos.
—¿Sos la mala más querida de la televisión?
—No sé, pero es lo que dicen. Ha habido muchas malas queridas a lo largo de la historia. De todas maneras, en este momento siento que tiene mucho peso esta mala. Es un personaje que a mí me divirtió trabajarlo y hacerlo. Fue un personaje que arrancó de una manera y después fue teniendo más humor, humor que hizo que la gente se divierta y que no se me ponga en un lugar tan odioso por las cosas que le hace a la pobre Floricienta. Algunos chiquitos y grandes también, me miraban feo en la calle por lo que le hacía a Floricienta. Hasta he recibido alguna puteada, se ve que se convencía “no puede ser que le salga así, debe ser jodida”. Cuando me mudé a esta casa en la que estoy viviendo, las cosas que me ponían en la puerta, en la calle, después de ese ingreso al barrio, al día de hoy, después de 16 años, me saludan con mucho cariño y me gritan “Chau, Malala”.
—¿Estás viendo Floricienta?
—Trato de verlo, algo salteado porque doy clases en el mismo horario. El cuarto capítulo lo vi entero y me emocionó mucho, después de tantos años. Me divertí mucho viéndolo, con todos los personajes. Me parece que fue un éxito porque fue un muy buen programa. Tenía todos los elementos como para resaltar la comedia romántica musical. Es tan romántica que te enamorás de los personajes de, justamente, los enamorados, de Juan (Gil Navarro), de Florencia (Bertotti) y te reís y te divertís con el resto de los personajes. Divierte mucho ver a los más chicos, que son divinos, simpáticos y graciosos. Yo me vi divina, joven…16 años atrás... hermosa, flaca, espectacular (Risas). Generalmente me critico bastante, sobre todo en algunos momentos de la carrera, pero en este programa me encantó todo. Me vi muy bien.
—¿Crees que hoy se puede hacer una tira así, por las palabrotas que se decían?
—Yo creo, por ejemplo, mi personaje es un personaje políticamente incorrecto. Pero es muy divertido, es un personaje tremendamente irónico, burlón, con una bajada de línea para con el otro tremenda. Es un personaje que hace bullying permanentemente, pero está puesto precisamente en la mala y está contado desde el humor. Osea, yo creo que sino no se podría hacer nada. Si los nuevos reglamentos, como se dice, de cómo se debe cuidar en las ficciones…pero creo que las ficciones son ficciones que se muestran con todos los personajes; los buenos, los malos, los asesinos, los traidores, así que se puede hacer mostrando de que se trata el personaje. Lo que no me gusta para nada, pero porque no divierte, es el humor machista. El uso de la mujer como elemento de excitación para con el hombre. Que se la use como un aparato sexual, eso no me divierte. Cuando se juntan los hombres y se ríen del culo o de teta de la mujer, no. Eso si pasó a ser antiguo. Es decadente y no es gracioso.
—¿Volverías a hacer un personaje similar?
—Sí, obvio. No lo mismo, pero similar sí. Sé que Floricienta no se volvería hacer, hice de Malala en Casi Ángeles, como una especie de guiño, invitada por Cris Morena. Actuar me divierte, es un juego. Si lo que tengo que hacer tiene humor, desde ese lado me encanta, me divierte muchísimo.
—Por lo que me contás, ¿La repercusión es mayor ahora o antes?
—Llamativamente, la repercusión es excelente. Poner en la balanza cuando fue más, no te lo sabría decir. En su momento fue una bomba y ahora se le parece bastante. Es un programa que, pese a ser repetido, tiene el rating más alto de la televisión. Esto que sucede es porque es un buen producto. Lo que veo es que el público está pidiendo este tipo de productos nacionales. Es uno de los tantos productos argentinos buenos.
—¿Seguís en contacto con quienes fueron tus compañeros y eso que se generó?
—Trabajé con Juan (Gil Navarro) después, eventualmente me cruzo con alguno y a quien veo asiduamente es a Nico Maiques, que fue el único con quien me entablé una amistad. Ese me genera lo que genera el cariño el hecho de poder extender en el tiempo una relación dentro del mismo medio. No tengo muchos amigos en el medio. Con alguno me escribí ahora, después de tanto tiempo, y fue placentero. Lo que pasó fue muy importante para todos los que pasamos por el programa.
—¿Cómo estás pasando la cuarentena laboralmente?
—Siempre me reinvento. Siempre hago algo que tiene que ver con lo mío, como que no. Tuve restaurante, hasta hace muy poquito tuve un hostel, y desde hace 20 años doy clases de teatro y ahora estoy dando clases vía Zoom y me va muy bien, estoy muy contenta. Lo que me permitió esto es que tenga alumnos internacionales, por todos los programas que se dan en distintas partes del mundo, así que muy feliz.
—¿Tuviste que adaptar técnicas?
—Fui de a poquito, porque pensé que era imposible. Pero después fui sumando técnicas que doy en las presenciales, adaptándolas. Pero empezaron a aparecer cosas nuevas para hacer, jugar con nuevos elementos. Técnicas que están relacionadas con el cine y la televisión, desde estar viéndose en una pantalla. En mi caso fue un hallazgo poder probar algo que jamás hubiera hecho si no hubiese pasado esto. Obvio que no lo deseo ni me parece maravilloso. Es un horror y quiero que termine pronto. Pero creo que esto no lo voy a abandonar, lo voy a sumar. Tengo mucha gente que no pude venir a Capital, así que para ellos voy a seguir con esta forma. Gente desde Córdoba hasta de Israel, España e Italia.
—¿Cómo vez las funciones, sobre todo las de teatro, vía streaming? Antonio Gasalla, Benjamín Vicuña, por ejemplo, sostienen que no es teatro, que no tiene nada que ver, pero dadas las circunstancias…
—A mí me ofrecieron hacer streaming y la verdad es que no me calentó, no me gustó, no me atrajo. Lo pienso y no me divierte. Igual no lo probé, lo mismo decía del zoom y hoy me parece una opción fantástica. Pero el teatro es presencial, arriba del escenario, con el público ahí.
—¿Te gustaría volver a la pantalla chica?
—La tele es algo que se ha acotado, no hay opciones, no hay productos y en función de eso hay poca gente que trabaja. Hice muchísima televisión y claro que me gustaría, pero haciendo algo que me guste, hacer cualquier cosa, solo por hacer tele, no. Pero tampoco sobran los productos.
—¿Fue una elección tuya no estar en los últimos años en la tele?
—No, no fue una elección. Pero lo poco que me apareció, me pasó como el streaming, sino me divierte lo que me ofrecen o determinado personaje con una exposición, la verdad que prefiero no hacerlo. A mí me gusta trabajar con linda gente, con esto me refiero a buena gente.
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