Desde que Hernán Drago se sumó a Bienvenidos a bordo, el programa que conduce Guido Kaczka, las destrezas físicas se volvieron parte del envío de entretenimiento. El modelo le sumó otra dinámica y se prestó a nuevos desafíos orientados al rendimiento físico. En todos los casos, las reglas son las siguientes: los concursantes representan a personas que juegan desde sus casas. Una vez finalizada la prueba, el ganador le da el premio a quien es una suerte de socio en el juego. Cada semana, diferentes famosos se suman para desafiarlo a Drago en la rutina elegida.
El lunes 24, Ximena Capristo llegó con ganas de destronarlo. Se vio ganadora desde que ingresó al estudio y lo exteriorizó. Sus poses, su cabeza levantada, fueron gestos que apichonaron al hombre del momento. En general, se buscan ejercicios que están vinculados al gimnasio, como flexiones de brazos, dominadas, burpees, entre otros. En esta ocasión, el trabajo elegido fue sentadilla con peso. De antemano se dispuso, como regla, ajustar y hacerlo más parejo, de acuerdo al peso de cada uno. Así, se dispuso que Capristo lo hiciera con 10 kilos, mientras que Drago con 20 kilod. Lo que cambió, a diferencia de otras noches, es que no hubo un número de repeticiones asignadas, sino que cada uno haría las repeticiones que pudiera.
El primero en salir al ruedo fue el modelo. Concentrado, serio, sin ganas de que lo molesten, esperó a que Kaczka le diera la orden y comenzó sin mayores dificultades. Su rostro empezó a cambiar cuando estaba llegando a las 50 repeticiones. Denotaba cansancio físico. Cuando le marcaron 60, tiró la toalla. Se frenó en esa marca, tal vez, especulando con que su contrincante no iba a llegar a un número tan alto.
Al finalizar, antes de que comenzara la modelo y vedette, Guido quiso tirarle un salvavidas. Pretendió bajar la marca a 50 y dio a entender que con llegar a ese número estaba bien, que la daba por ganadora. Enseguida, como para marcar la cancha, se metió Hernán para plantarse: “Yo hice 60”, tiró con cara de pocos amigos y tomándose el desafío con la seriedad que requiere.
En todas las presentaciones, Drago suele quedar como vencedor. Prácticamente no tiene rivales en estos juegos televisivos. Sin embargo, con sus palabras, con la necesidad de que no se cambien las reglas, demostró que con Xime estaba asustado. Se veía que temía por su marca, que lo acompaña desde hace mucho tiempo, por perder el trono.
Con todo esto seguramente jugando a su favor, La Negra se puso la pesa detrás de su cabeza y comenzó. Desde el primer segundo se la vio relajada. Continuó a buen ritmo, subiendo escalones sin demostrar cansancio. Fue sumando repeticiones, pasó las 60 de su desafiante y se frenó en 63 al grito de: “Ya está, ya gané”.
Lo que se ve que no tuvo en cuenta el crédito del programa es que Ximena, desde su época de Gran Hermano, sigue al pie de la letra diferentes rutinas de entrenamientos. Ni siquiera el inicio de la cuarentena hizo que menguara la actividad. En todo este período, que ya lleva casi 160 días, siguió entrenando en su casa. En su cuenta de Instagram viene mostrando material referido al entrenamiento. Lejos de los gimnasios, se las arregló con lo que tiene en su hogar.
Incluso, semanas atrás, mostró toda su indignación contra otra red social, en este caso, contra TicTok, porque le censuró un video; según le dijeron, varios usuarios se quejaron por mostrar obscenidad. “Es la segunda vez, me tomaron de punto. Me dicen: ‘No cumple con las normas de la comunidad’. Estoy entrenado, ¿cuáles normas?”.
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