A fines de los 90, Natalia Oreiro decidió darle un vuelco a su carrera artística. En pleno crecimiento como actriz, buscó darse un gusto personal: cantar. Su primer sencillo se llamó Que sí, que no. El tema fue la cortina de Un argentino en Nueva York, la película que protagonizó junto a Guillermo Francella. Al ver la repercusión, lanzó, en 1998, Natalia Oreiro, su primer disco, con el que rompió todos los récords. Sin ir más lejos, “De tu amor”, el corte difusión de ese trabajo, se transformó en la canción más escuchada en las radios locales.
El disco en cuestión vendió más de 60 mil unidades en tan solo la primera semana en el país, 400 mil copias en el resto de Sudamérica y más de un millón en Europa. En total, fueron casi 1 millón 800 mil unidades adquiridas por sus fanáticos que la llevaron a lograr el disco de diamante.
Un año más tarde, escribió “Cambio dolor”, la cortina de Muñeca Brava, la novela que protagonizó con Facundo Arana y que la catapultó a rincones inimaginables. En Rusia, por ejemplo, Natalia tiene una de las colonias de seguidores más grandes gracias a su voz y carisma. El tema de la novela y “Me muero de amor” le abrieron las puertas de otros continentes.
La vida de Oreiro y la música parecen ir de la mano. La repercusión que alcanza cada vez que se sube a un escenario da crédito de esto. Sin embargo, en una entrevista con Jey Mammón, curiosamente, fue crítica con su voz. En un momento de la charla, Estelita (personaje que lleva adelante Mammón) le preguntó qué parte de su cuerpo no le gusta. “¿Te ves fea en algún momento?”, indagó para saber más.
“Sí, no sé si la palabra es fea, pero me encuentro un montón de defectos, desde la voz…”, arrancó la artista en Estelita en casa, el programa de América. Sus palabras llaman la atención porque lo que marca como algo que cambiaría si tuviera el poder de hacerlo es lo que le dio una fama internacional inimaginable. Cada presentación de Naty en el exterior es sinónimo de estadios colmados, de entradas agotadas.
Justamente, en el 2014 hizo un tour por 16 ciudades de Rusia y eso se transformó en un documental que por estos días se puede ver en Netflix. Se trata de Nasha Natasha (Nuestra Natalia). En ese trabajo está documentada la pasión que le pone al canto y se refleja el cariño que le tienen a la uruguaya.
Por otra parte, continuando con las partes de su cuerpo que no le agradan, fue directa: “Mis rodillas, de lo físico no me gustan mis rodillas. No me gusta usar minifaldas por eso. Cuando hice Gilda lo padecía porque es algo que no me gusta ver”, cerró.
En otro fragmento contó de su admiración por Raffaella Carrá. “Es de esas personas que te acercás y te encandilan. Con ella me pasó una cosa muy especial. Un día me voy a Uruguay con dos amigas, nos pusimos a joder, a grabarnos con unas cámaras enormes que ya no existen más. Yo había llevado unas pelucas de colores, y me puse a cantar como loca “03-03-456”. A los meses clavados me llaman de la compañía italiana de ella, avisándome que iba a grabar un disco de grandes éxitos y que me quería invitar a cantar ese tema. Fue muy emocionante poder conocerla. Es una persona muy sencilla, muy agradable”.
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