Un día como hoy pero hace 63 años nació, en Pergamino, Ricardo Mollo, uno de los músicos más emblemáticos del rock nacional. El ex guitarrista de Sumo y líder de Divididos dejó, en esta ocasión, de lado las grandes celebraciones y solo atinó, debido a la cuarentena, a una reunión íntima con los integrantes de su casa. Muy familiar. Ante este momento tan particular, si bien suele ser muy cauto y precavido con lo que muestra de su intimidad, quien sí permitió ir un poco más allá fue su pareja, Natalia Oreiro.
La artista uruguaya, con quien tiene un hijo en común, Merlín Atahualpa, de ocho años, le dedicó un tierno mensaje que compartió a través de sus redes sociales: “Feliz vuelta al sol a mi persona favorita”. Como viene ocurriendo desde hace poco más de un mes, cuando se abrió una cuenta en la red social, también replicó sus palabras en ruso. La artista uruguaya cuenta con una gran colonia de fanáticos en Rusia y, ante esto, no se olvida de sus fanáticos desplegados en el mundos.
Sin embargo, y más allá de las cálidas palabras con las que se refirió a su amado, lo que sorprendió a esas personas que están pendientes de sus pasos fueron las tres fotos inéditas que publicó la actriz y cantante. Se trata de un material desconocido para la gran mayoría, que pertenecía a lo más íntimo de la familia y que salió a la luz en la fecha de cumpleaños de su amado marido. Postales románticas con la que describió el momento mágico que los atraviesa sentimentalmente.
Natalia y Ricardo se conocieron hace casi 20 años en una clase de yoga. Ella jamás imaginó encontrarse con una estrella del rock en un lugar como ese. Sobre las primeras veces que se vieron, Naty contó que apenas lo conoció se enamoró de él. Que todo el tiempo estuvo pendiente de que Ricardo la mirara y se fijara en ella. “Era muy sensible, me cuidaba mucho en las clases. Yo creo que esa parte sensible fue lo que me mató, lo que me enamoró”, recordó tiempo atrás.
En todo este tiempo optaron por el bajo perfil y por evitar las confrontaciones públicas. Apostando por caminar en silencio, de la mano, viviendo un romance que parece un guión de novela o película con tintes románticos. “Cuando yo empecé a salir con él no sabía que era el cantante de Divididos. Después de que empezamos a salir sí supe, pero al principio no. Yo no escuchaba Divididos, entonces no le tenía la cara al cantante. ¡Soy un desastre! Ahora soy re fan de Divididos”.
En medio de este momento romántico, de su felicidad por el andar de Nasha Natasha, el documental que filmó en Rusia allá por el 2014 y que ahora vio la luz, salió a la superficie un episodio que tiene a Oreiro como protagonista. El hecho nos traslada a su adolescencia, a la época en la que estaba en pareja con el actor Pablo Echarri. Según contó el periodista Augusto Tartúfoli, la relación entre ellos finalizó luego de que ella le tirara a la basura, por error, los ahorros en dólares que Echarri guardaba en el freezer.
Tartu contó que ella no estaba al tanto de ese dinero que estaba adentro de una caja de patitas de pollo, y que lo mandó a la basura luego de que Pablo le dijera que estaban feas y que había que tirarlas. Siempre según el relato del periodista, este hecho lo puso muy mal al actor, que recién estaba juntando sus primeros ahorros. Desde ese episodio la relación empezó a caer, hasta que llegó a un punto final y sin retorno.
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