Siempre es emocionante cuando un participante se lleva un premio importante de un programa de televisión. Pero lo es mucho más cuando el ganador, de verdad, lo necesita. Tal fue el caso de Karina Quinteros, una chofer de taxi oriunda de Córdoba, que este miércoles se llevó el auto y la licencia en Bienvenidos a Bordo, por El Trece, y le arrancó más de una lágrima a todos los presentes.
La mujer contó que la habían anotado sus hijos, Brian y Maximiliano, de 19 y 21 años. “¿En qué te dicen: ‘Mamá no me hinches'?”, le preguntó con humor Guido Kaczka. Y ella respondió que “en todo”. ¿Por qué? “Soy muy jodida en la limpieza, el orden, el estudio y el trabajo”, explicó la participante, que dijo que los chicos eran “buenos pibes”.
Entonces, el conductor del ciclo le preguntó cuánto hacía que manejaba un coche, a lo que ella respondió que iba a cumplirse un año. Y confesó que lo que la había llevado a convertirse en taxista había sido “la necesidad de trabajar”, ya que antes era ama de casa. “Soy buena, pero ando un poco perdida porque yo soy de Capilla del Monte. Hace cinco años que vine a Buenos Aires”, explicó.
“¿Cuántas horas trabajás por día?”, le preguntó Guido a la mujer después de que girara las dos primeras ruedas dando en el “6″ y en el “7″. “Unas diez o doce, a veces más...”, contestó la participante. Y explicó que, por no ser propietaria del auto, gran parte de lo recaudado se lo llevaba el alquiler del vehículo.
Pues bien, llegado el momento, la taxista tenía que girar la tercera rueda y lograr que se clave en el número “8″ o, en su defecto, en la bandera negra y amarilla. Dos posibilidades en treinta y dos. Y lo logró: después de dar un par de vueltas, la ruleta quedó en el número indicado. Así que Karina se alzó con el premio mayor.
“¡Sí, sí, sí!”, empezó a gritar Guido mientras la participante se agarraba la cabeza y lloraba. “¡Karina de mi vida! ¡Qué bárbaro! Pensé que se corría... ¡Qué lindo! ¡Felicitaciones! ¡Que bien lo hiciste!”, decía el conductor. Pero la participante casi no podía hablar de la emoción.
“Qué deben estar diciendo ahora tus hijos... ¿Mirá si no te ordenan todo ahora? Karina: deben estar ordenando. ¡Que buen premio! ¡Qué bien! Te ganaste taxi y licencia. ¡Tenés las dos cosas!”, exclamó el conductor.
Recién entonces, la participante pudo emitir unas palabras. “Muchísimas gracias, la verdad”, dijo. Luego Guido salió del estudio hasta la vereda de Ravignani casi esquina Cabrera, donde están dispuestas las ruletas. Y al verlo, la mujer no pudo contener las lágrimas.
“No lo puedo creer. De verdad, estoy feliz. Porque es una lucha mi vida diaria, sola, con los dos chicos. Así que no tenés idea de lo bien que me viene”, le dijo conmoviendo también al conductor, que le aseguró que estaban “todos re contentos” de que ella se llevara el premio.
Kaczka bromeó con que ya no le iba a tener que alquilar más el auto a Eduardo, el dueño del taxi que ella manejaba hasta ahora, pero Karina explicó: “Somos amigos. La verdad es que, en esta pandemia, él me ayudó mucho y yo le estoy totalmente agradecida”.
Antes de despedirse, la ganadora aseguró que en su Córdoba natal la estaba mirando “toda la familia”. Y, ya sobre el final del programa, se dirigió a su taxi y se fue manejando, mientras todo el equipo del programa la saludaba con los ojos empañados.
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