Tras pasar casi un mes internado en el Hospital Fernández, en la mañana del miércoles Jorge Cacho Fontana fue dado de alta y pudo regresar a la Clínica de Rehabilitación y Geriatría Inter Plaza, dónde reside actualmente. El laureado locutor, de 88 años de edad, había llegado al nosocomio el 16 de julio con 37,8 grados de fiebre, cuatro días después de haber sido sometido a un test de coronavirus que le dio positivo.
Durante todo este tiempo, Cacho estuvo asistido por una máscara de oxígeno de baja intensidad. Pero hoy, aunque todavía sigue peleando contra el COVID-19, pudo volver a su hogar para continuar allí con su recuperación. “Ya está en el Inter Plaza, que es su casa, ahí vive. A él lo internaron por un cuadro de fiebre y neumonía. Una vez superado eso, puede seguir el aislamiento como todas las demás personas que están en sus domicilios esperando curarse”, le confirmó Antonella, una de sus hijas, a Teleshow.
La productora del Canal de la Ciudad explicó que no sabía si su padre debía volver a someterse a un hisopado, aunque se mostró muy aliviada de saber que podrá continuar su mejoría en un lugar más cómodo para él. Obviamente, por el protocolo previsto para evitar contagios, ningún miembro de la familia pudo visitar al locutor durante su internación y su hija debió conformarse con recibir los partes médicos vía telefónica. Pero, ahora, al menos pudo hablar con él. ¿Cómo lo notó? “Está muy agradecido a todos los profesionales del hospital y muy bien de ánimo”, aseguró Antonella.
El pasado 23 de abril, Cacho cumplió años y, a pesar de no haber podido hacer un gran festejo debido a la cuarentena, se mostró de lo más contento. “Estoy más que bien, la estoy pasando mejor que en los tiempos jóvenes porque estoy con una vitalidad, una fortaleza y un espíritu muy importante que me ayuda a llevar esta pandemia que estamos padeciendo todos”, dijo aquel día en una entrevista telefónica en Nosotros a la mañana, por El Trece.
Hasta antes de que el coronavirus llegara a la Argentina, Fontana estaba trabajando en Radio Nacional, pero tuvo que interrumpir su labor por pertenecer al grupo de riesgo de adultos mayores. Y por eso, al soplar las velitas, el locutor pidió como deseó poder volver a sus actividades pronto: “Es lo único que quiero y es lo único que no me dejan. Yo tengo una idea para la televisión, ¿pero usted ve a un tipo de 88 años en la televisión? Tengo el armado para hacerlo de pie a cabeza. Pero si no, quiero seguir haciendo radio. Esto ahora se cortó y es otra vida a la que tenemos que acostumbrarnos”, había dicho entonces.
A pesar de que en la residencia donde vive ya se habían detectado algunos casos de COVID-19 entre empleados y residentes, según había contado Antonella el conductor “nunca tuvo miedo” de infectarse. “Estaba muy cuidado, con barbijo, alcohol en gel. En el lugar son muy cuidadosos. Están permanentemente en estado de alerta. Y, como se sentía tan bien estaba seguro de que no estaba contagiado. Entonces, lo transitaba desde otro lugar”, había relatado la hija de Cacho que hoy, por suerte, pudo dar la noticia del alta del locutor.
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