En mayo de 2019 la actriz argentina Azul Fernández viajó a Barcelona, España, para formar parte de Merlí Sapere Aude, el spin off de la serie catalana Merlí. Tras el éxito de la primera temporada -protagonizada por Carlos Cuevas (Pol Rubio), la productora anunció que habría una segunda parte cuyo rodaje comenzaría en mayo de este año.
Estaba previsto que durara tres meses -durante mayo, junio y julio-, tiempo en el que la universidad en la que transcurre la serie estaba adaptaba. Y la actriz de 23 años ya había recibido los guiones, los estaba estudiando y tenía todo listo para viajar. Sin embargo, la pandemia del coronavirus obligó a cambiar los planes de la producción de la serie, así como también los de ella, que quedó del otro lado del océano.
“Se suspendió de un momento a otro y al principio no había fecha para comenzar a rodar porque no se sabía cuánto duraría la pandemia y cuándo aprobarían, en España, los protocolos”, explicó Azul en una entrevista exclusiva con Teleshow.
Una vez que contaron con las autorizaciones correspondientes, se comunicó a todo el elenco que el rodaje iniciaría en julio. Una vez más, Azul preparó a Minerva Picotti, el personaje que interpreta en la serie y que -curiosamente- al final de la primera temporada ella viaja a la Argentina, de donde es oriunda. Sin embargo, debió cancelar su participación en la nueva temporada ya que no obtuvo los papeles y permisos necesarios para poder viajar.
“Acá, en Argentina, el confinamiento fue más estricto y el consulado de España en el país no abrió y no se pudo hacer ningún trámite”, lamentó la actriz sobre “la cadena de problemas” que surgieron a raíz de la cuarentena que comenzó a regir en el país el 20 de marzo.
Desde España, la producción, los guionistas y sus compañeros adaptaron sus agendas para esperar a la actriz durante dos semanas. Sin embargo, pasado ese período, al ver que desde Buenos Aires no había una respuesta sólida por parte de las instituciones, debieron comenzar a grabar sin ella. “Todos hicieron lo posible para que yo pudiera viajar, pero el tiempo se iba agotando y llegó un momento en que no se pudo esperar más”, indicó quien, entre los permisos, necesitaba una autorización para poder salir de la Argentina e ingresar a España con una visa de trabajo ya que permanecería allí por tres meses.
“Me generó tristeza porque es un proyecto que me encantó y respeto muchísimo. Sé que estas cosas pasan. Intento no tomármelo peor que eso”, agregó. A pesar de no haber podido ser parte de la segunda temporada de Merlí Sapere Aude, Azul se siente agradecida porque sabe que desde España todos hicieron lo posible para que ella pudiera viajar. Y cuando sus compañeros se enteraron que no lo haría, le enviaron mensajes de texto para hacerle sentir su cariño.
“Con ellos hablo todo el tiempo. Somos muy amigos. Veníamos hablando previo a la fecha de rodaje sobre la incertidumbre que había. Y cuando la productora les comunicó que yo no podía viajar, me llamaron”, contó y describió al elenco como “un grupo de trabajo súper cálido y hermoso”. “Quedó mucho amor”.
Por su parte, lamentó que con la serie “tenía el año asegurado”. “Había rechazado algunas propuestas”, indicó y aclaró que una vez que supo que no viajaría logró retomar algunas convocatorias. “Algunos proyectos que eran para filmar el año que viene siguen en pie y voy a seguir haciendo castings”.
Justo quien porta como nombre Azul, prefiere las fotos en blanco y negro, quizás sabiendo que no existe escala cromática que alcance para definir la profundidad de las emociones, las que ella transmite cuando actúa.
Mientras en España se roda la segunda temporada de Merlí Sapere Aude, en Argentina, Azul Fernández apuesta a seguir formándose como actriz. Celebra el éxito de la serie catalana y desea que haya una nueva edición. “Me dijeron que si hacen una más, van a contar conmigo”, celebró quien tiene un futuro asegurado en su carrera internacional.
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