Se nota en su tono de voz que no la está pasando nada bien. La noticia de que sus padres, Kity y Raúl, tienen coronavirus se hizo pública en la tarde del sábado. Sin embargo, el Chino Maradona viene lidiando con esta angustia desde hace ya dos semanas. “Mi viejo está internado hace 14 días y ahí está, más o menos. No sabemos qué va a pasar. Por momentos está mal, por momentos mejora. Está peleándola, así que tiene para unos días más. Y mi mamá está bien, porque es asintomática así que no le pasó nada”, aseguró el sobrino de Diego Maradona en diálogo exclusivo con Teleshow.
—¿Qué edad tienen tus padres?
—Mi viejo 77, los cumplió el 23 de julio; y mi vieja 67, diez años menos.
—¿Tu papá tenía alguna enfermedad preexistente?
—No. Si hubiera tenido algo, ya se lo hubiera llevado el virus maldito este. En realidad, él se empezó a sentir mal y lo fueron a ver a la casa, pero le diagnosticaron neumonía. Entonces le dieron unos remedios, unos antibióticos fuertes. Pero ahora, con todo esto, pensamos que no era ninguna neumonía, sino que ya tenía coronavirus. Calculo yo... Pero bueno, cuando lo fueron a ver la primera vez, no le hicieron hisopado ni nada. Se lo hicieron después, cuando ya casi no podía respirar. Le había colapsado un pulmón.
—¡Tremendo!
—Un peligro, porque si mi vieja no lo llevaba a la clínica ese domingo, hubiese sido peor.
—¿Dónde está internado ahora?
—En una clínica de Vicente López, La Torre. En un principio lo habían llevado a la sede de Lomas del Mirador, que se especializa en neumonía, porque eso es lo que le habían diagnosticado. Pero después lo tuvieron que trasladar a la otra que atiende temas del corazón. Mi viejo entró con una insuficiencia renal y respiratoria.
—¿Y cuál es el panorama actual?
—Lo que sabemos es que lo van a tener unos diez días más con medicamentos. Y, después, habrá que ver cuando le saquen el respirador cómo reacciona. Entró mal, muy grave. Y, en ese momento, el panorama era muy desolador. Yo al principio pensé que se nos iba, pero ahora tengo esperanzas de que se recupere. Obviamente, va a quedar con algunas secuelas. Pero hoy la situación es totalmente distinta a la de hace dos semanas.
—¿Diego está al tanto de todo esto?
—Sí: mi tío está desde el primer día pendiente de la salud de mi viejo y de mi vieja. Y habla todos los días con mi mamá. En ese sentido, debo decir que se puso a disposición.
—¿Tus padres estuvieron en contacto con él u otros integrantes de la familia?
—No. Mis viejos, desde el primer día de la cuarentena, estuvieron encerrados. Obviamente, mi mamá salía a hacer las compras y esas cosas, así que yo calculo que se deben haber contagiado por algo que ingresó ella a la casa. Porque la verdad es que mi papá no salió para nada.
—¿Y cómo estás llevando vos este momento?
—Ahora bien. Pasé una semana de incertidumbre total, porque tenía a los dos contagiados, y a mi papá muy grave. Y la verdad es que la pasamos muy mal todos. Pero bueno, mi mamá por suerte está bien. Ella ya cumplió con su aislamiento, así que no hay peligro de nada y va a poder retomar su vida normal. Y yo tengo fe de que mi viejo se va a recuperar.
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