Sus primeros pasos en el medio los dio en el 2015, como azafata en A todo o nada, el programa que conducía Guido Kaczka. Desde entonces, Belén Pouchán no paró de crecer. Además de ser bailarina, sus destrezas físicas –también es contorsionista– llamaron la atención de Marcelo Tinelli. Rápidamente la convocó para que se uniera a las filas de ShowMatch como parte del staff.
De allí en más estuvo haciendo teatro, fue convocada por Flavio Mendoza y dejó una huella. Sin embargo, de un momento para el otro, decidió hacerse a un lado de la exposición mediática. Hizo una pausa y en medio de ese descanso recibió una propuesta para irse a trabajar afuera del país. “Desde hace un tiempo venía con ganas de buscar otros caminos, pero no me animaba. Cuestión que hace un tiempo me surgió la posibilidad de venirme a trabajar a Dubai, de la mano de una compañía italiana, y acepté. Mi contrato era de diciembre del año pasado al 16 de abril de este año”, comenzó en exclusiva con Teleshow.
Luego, brindó detalles de cómo tenía organizada su agenda, hasta que el COVID-19 la alteró: “Ya tenía pautado irme a Cannes, a hacer un show en el Festival de Cannes, y otra oferta en el sur de España, y cuando surgió esto de la pandemia, que se cerró todo, decidí quedarme en Dubai porque pensé que iba a ser más fácil desde acá poder moverme a Europa que si me volvía a la Argentina. Sentí que allá me iba a quedar presa”.
Por otro lado, contó cómo se vive este período de pandemia en el país en el que reside, donde ya es una ciudadana más y hace de las suyas con sus acrobacias: “Es mucho más libre. Acá la gente está trabajando como siempre, se puede salir, está todo abierto, nunca se cerró nada. Sí hubo algunos casos, pero son muy poquitos. Hay muchas medidas de sanidad y toda la gente cumple con las medidas de prevención, en eso es muy estricto y la gente cumple. En mi caso, yo estaba desde marzo sin trabajar, porque la compañía que me contrató se volvió, pero me dieron alojamiento. No tenía sueldo, pero sí donde vivir. Pero bueno, por la posibilidad de lo de Cannes no me quería ir a la Argentina. Hoy en día me estoy guiando bastante por la intuición y me está saliendo bien”.
“Lo de Cannes se complicó porque yo no tengo pasaporte europeo, y lo de España también por lo del coronavirus, así que me quedé sin ofertas laborales. Con todo esto, quise irme a España, pero me decían que no se estaba pudiendo. Hasta que un día la compañía italiana que me contrató se entera de que sí se podía viajar, y ahí me mandan todo, incluso un montón de formularios para llenar, para poder viajar. Hasta ahí yo me imaginé que estaba todo chequeado”, resaltó.
A continuación, brindó detalles de la odisea que pasó el día que quiso viajar. “Fui al aeropuerto y pasé el check in, pero a pasos de subirme al avión me frenan y una persona me dice: ‘No podés viajar porque no tenés los papeles. No sos residente, no te podemos dejar subir’. Ahí me separaron a un costado, me hicieron un montón de preguntas, empezaron a hacer llamados… Fueron horas y horas, estuve dos días sin dormir, imaginate. Me dicen que no me podía ir a Madrid porque no tenía la residencia, que no podía irme a Argentina porque no había vuelos para allá y que no podía quedarme en Dubai porque mi visa vence hoy, 7 de agosto”.
“En ese momento me agarró una desesperación, pero rápidamente me calmé y les pedí que me den una solución ellos. Me llevaban de acá para allá, no me daban respuesta, yo veía que nadie sabía qué hacer con mi tema. Lo que me decían es que la compañía aérea se equivocó al dejarme pasar todas las etapas previas al viaje. Imaginate, estuve a metros del avión. En un momento me dicen: ‘Elegí un país al que puedas entrar sin visa y nosotros te cambiamos el vuelo para ese país’. Ahí me volví loca, ¡genial la propuesta! No tenían la mejor onda, y más en esta situación por la que estamos atravesando. Me trataban como si la culpable fuese yo”.
“Después de eso me retuvieron el pasaporte. Mi hermano, que vive en Madrid y es residente, tampoco consiguió nada. A todo esto, le avisé a un amigo mío que es argentino, pero que vive acá en Dubai, y se fue al aeropuerto, pero no lo dejaban pasar. En un momento le dijeron que tenía que sacar un visa como que él era tutor mío, pero también me retenían la visa. Fue de locos, hasta que me dejaron salir. Pero ocurrió un montón de horas después”.
Con los papeles renovados y todo en regla, Belén se prepara para seguir demostrando su arte. “En septiembre regresa el espectáculo en el que estaba y ya me confirmaron que sigo con ellos. También hago cosas como modelo. Estoy bien, tengo ahorros, tengo donde vivir, no es que estoy tirada. Estoy contenta, porque Dubai fue un curso intensivo de conocerme y de vida. Estar lejos de mi país y poder despegarme es por algo bueno. Aprendí a estar sola y a encarar la vida. Me siento empoderada y no necesito más nada que yo y mis ganas de crecer”.
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