“Tengo el apellido de mi papá, pero decidí usar el de mi mamá porque quería sentir que era uno más que aportaba en lo artístico. Estoy orgulloso de las cosas que dejaron mis familiares. Y siento que me puede abrir las puertas. Igual, me vengo preparando hace cuatro años”.
Benja Torres tiene 22 años y lleva en los genes el don musical. Es por eso que decidió continuar el legado familiar y abocarse a la música. Nieto de la recordada Lolita, sobrino de Diego y primo de Ángela, el joven tiene muy en claro que usar el apellido solo le permite mostrar su arte, pero debe formar su propio camino. Incluso su nombre verdadero es Diego Torres, pero al llevar el mismo que su tío decidió que su nombre artístico sea Benja.
“Tanto mi mamá, como Diego y mis otros tíos me dijeron: ‘Nadie te va a regalar nada. Podés tener el apellido, pero eso no te la hace más fácil’. No niego que puede abrir puertas, pero hay que demostrar que uno se prepara”, indica Benja en una entrevista exclusiva con Teleshow. “Lo veo en la carrera de Diego, que lo importante no es llegar sino mantenerse. Dios quiera que pueda llegar y perdurar. A veces me desespero porque no me pasa esto, o lo otro, pero hay que prepararse”.
Benja estudia canto, también toma clases de teatro y ha hecho improvisación en la escuela de Julio Chávez. Además, se formó en la escuela de danza de Hugo Ávila y Lolo Rossi, históricos jefes de coaches de ShowMatch. “Me gusta todo lo actoral. Antes era tímido y me costaba cantar frente a otros. El teatro me ayudó a soltar eso”, asegura quien ya lanzó los temas “Te pido que no”, “Dime si hoy”, “El final”, “Rey de la nada” y “Traguito de Paz”, su último trabajo que alcanzó miles de reproducciones en YouTube.
“Estoy trabajando en más. La idea era tenerlas para junio, pero se demoró con la pandemia. No podemos trabajar a la distancia con los productores, pero, por otro lado, viene bien porque puedo componer”, indica quien hace pop latino.
Los primeros temas los compuso junto a sus hermanos mayores. Uno de ellos es guitarrista, toca en la banda de Diego y también en Coronados de Gloria, grupo que integra Gloria Carrá). “Les pedí a ellos que me ayuden porque están en el mundo de la música”, continúa y aclara que los próximos temas se propuso hacerlos solo. “Es mi desafío”.
Lo lleva en la sangre. Benja recuerda con mucha alegría los encuentros familiares, aquellos en los que la música era el común denominador. “No es un mito. En cada reunión uno terminaba tocando el piano, otro bailaba. Siempre riéndonos. Todos mis tíos son muy divertidos, la pasábamos muy bien. Con mis primos poníamos High School Musical y preparábamos un musical”, destaca quien considera a Ángela como su hermana.
Por su parte, define a Diego Torres como un “tío muy presente”. “Me apoyo mucho en él. Le mando las canciones que hago a ver si le gustan, me aconseja, me tira su buena energía. Que me diga si está bueno, o no, es mucho. Diego no te regala nada. Deja que vos te prepares desde el día uno”.
Con respecto a su abuela Lolita, Benja no tiene demasiados recuerdos ya que la artista murió cuando él tenía tan solo cinco años. “Estuvo enferma durante mucho tiempo, pero sí me acuerdo que iba a jugar a su casa con Ángela y Sol. La conocí más por las anécdotas que se cuentan en mi familia, las películas o sus canciones. No deja de ser mi abuela. La veo cantar y lloro”, se sincera el músico que hace un tiempo soñó con ella. “Sentí que me estaba acompañando. Me hubiese encantado vivir un poco más con ella y saber cómo me ve, cómo canto”.
De la cancha al escenario. Hasta que comenzó su carrera artística, Benja transitó por otro camino. “Siempre me gustó, pero quise escaparme. Tenía el prejuicio de que no quería dedicarme a nada de esto porque era lo que hacía toda mi familia, pero por dentro siempre me gustó ir a ver a Diego a los recitales. Me crié haciendo eso y eran recuerdos que quería que me pasaran”, explicó el joven sobre los sentimientos encontrados que sentía en aquel entonces.
Es por eso que durante el año de colegio comenzó a jugar al fútbol en el club de la D Victoriano Arenas. Integró el equipo durante dos años, hasta que supo que, finalmente, quería seguir con el legado familiar. “La experiencia fue buenísima, pero sabía que era difícil llegar a ser profesional”, admite quien comenzó a tocar la guitarra. Así, comenzó a dar sus primeros pasos en la música.
“Todos (por su familia) me dejaron un panorama de que esto no es fácil, que lleva más no que sí. Y hay frustraciones”, cuenta sobre la charla que mantuvo con su madre Angélica -que es bailarina- cuando le planteó lo que quería para su futuro. “Mi papá es de otro palo, pero me apoya”, asegura quien además recibió la ayuda de sus hermanos cuando se lanzó como cantante.
Benja tiene 22 años, vive en Palermo con Sofía, con quien está de novio hace tres años. “En la cuarentena descubrí que me gusta cocinar. Es algo que me desconecta”, indica quien está estudiando inglés y producción musical por Internet y toma clases de canto a través de su celular.
A pesar de que los tiempos de la pandemia ahora lo prohíben, Benja disfruta de los deportes acuáticos como el surf. Además, y aunque ya no lo haga de manera profesional, le gusta jugar al fútbol con sus amigos.
Mientras tanto, aprovecha la cuarentena para continuar trabajando en sus próximos temas y soñar con realizar un mega show y subir al escenario como alguna vez lo hizo con su tío Diego cuando invitó a sus sobrinos al Luna Park con Luciano Pereyra. “Fue una locura, algo increíble”, recuerda quien en aquel entonces hizo un rap con el corista.
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