En pleno confinamiento, el foco está puesto en los adultos mayores. Se hace hincapié en su resguardo ante posibles contagios, que pueden ser más peligrosos para este grupo etario. En ese sentido, una de las figuras que alzó su voz fue la periodista Fanny Mandelbaum, de 82 años. “Cuando me dijeron que tenía que pedir permiso para sacar a pasear al perro me dio un ataque de histeria. Menos mal que se cambió”, hizo referencia a la medida implementada en la Ciudad de Buenos Aires y que luego se revocó.
A cuatro meses y medio del inicio del aislamiento social obligatorio, la periodista volvió a hablar del tema en Jubilados TV, por la señal de A24. “Necesito estar en contacto con la gente y sentirme útil, no soy una cosa. Hace cuatro meses que me siento un vegetal. A pesar de que sigo teniendo mi programa de radio, que estoy conectada, que tengo 20 grupos de WhatsApp y aprendí lo que era Netflix, no es lo mismo que estar conectada con tus seres queridos”, se lamentó Fanny, que en abril sufrió pornoextorsión.
A continuación, detalló esa necesidad de reencontrarse con los suyos. “Vinieron mi hija y mi nieta, hasta la puerta, pero les di un abrazo muy fuerte. Lo necesitaba, necesitaba ese contacto. Hace un mes me fracturé la cadera y por eso permitieron que mi empleada, que hace 15 años está conmigo, venga a estar en casa para ayudarme. Repito: no estoy sola. Tengo amigas de vecinas y nos conectamos por el palier, hago vida social”.
Por otro lado, se puso en la piel de las personas de su edad, que no pueden salir y no tienen quien los contenga. “Es absurdo hablar de los 60 años como la edad de riesgo, cuando hay mujeres y hombres de esas edad que se encuentran en la plenitud. La longevidad cambió, no es más 60, 65 y si llegás a 70 te aplaudo: ahora una persona de 90, es una persona lúcida, que sigue trabajando. Hay varios ejemplos. No es una franja etaria que es peligrosa. Peligroso es aquel que tiene muchas enfermedades previas. El peligro es la famosa comorbilidad. El que tiene sobrepeso, que tuvo cáncer, el que tiene diabetes, enfermedades cardíacas y demás”.
A continuación, se puso como ejemplo a ella misma para resaltar que, según su opinión, el tema de fondo no es una cuestión de edad: “Estamos las otras personas, las que nunca fumamos, que no tenemos enfermedades preexistentes, que hemos hecho una vida activa hasta hace cuatro meses, y que además somos conscientes de que cuidarnos es cuidar a nuestro seres queridos y a los que nos rodean. No podemos estar encerrados”.
Por otro lado, habló de lo que significa para ella la cuarentena: “Es enseñarle a la gente a cuidarse, algo que se tiene que hacer bien. La cuarentena significa ir a los geriátricos y ver si las personas que trabajan ahí, trabajan en tres o cuatro lugares diferentes. La cuarentena es ir a los barrios vulnerables y ver qué pasa. Tener equipo en las terminales de ómnibus, el puerto, en Ezeiza…”
Para finalizar, se refirió al momento en el que se levante la restricción y pueda salir con libertad. “Me seguiré cuidado, de esos no tengo dudas. Yo recién salí hace dos días después de mi operación, fui al supermercado. Veo a las chicas, que están ocho horas sentadas ahí, con un pedazo de plástico en la cara, puesto ahí… Díganme si el riesgo que corro yo no es el mismo que corren ellas”.
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