Como es de público conocimiento, desde mediados de marzo Juana Viale está reemplazando a su abuela, Mirtha Legrand, al frente de sus dos ciclos. Y esto tiene una razón más que lógica: pese a que los medios de comunicación fueron considerados desde el primer día de la cuarentena como “esenciales”, la conductora de La Noche de Mirtha y Almorzando con Mirtha Legrand es considerada una persona de riesgo frente al coronavirus por su edad.
Pero claro, cuando aceptó ocupar el rol de la diva, la actriz no imaginó que iba a tener que sentarse en su silla durante más de cuatro meses. Así que tuvo que acostumbrarse a la fuerza no solo al ritmo de los programas, sino también a la crítica de los haters. De hecho, en la emisión del sábado pasado, Juana compartió la mesa con el periodista Osvaldo Bazán, la conductora Karina Mazzocco, la abogada Florencia Arietto y el economista Damián Di Pace. Y se refirió, justamente, a este tema.
La charla giraba en torno a lo esenciales que pueden ser o no ciertos trabajadores de la televisión. Y todos coincidieron en que, para muchas personas que no pueden salir de sus casas, programas como el de Mirtha son su único entretenimiento. “Tengo muchos mensajes de fanáticos de mi abuela, que es la generación que la sigue, y de gente más joven que empezó a engancharse ahora, que me cuentan que les hace compañía”, contó Juana. Y, acto seguido, miró a cámara y exclamó: “Así que, haters, ¡soy esencial!”
La actriz contó que Mirtha “está bien” y que se comunica “todo el tiempo” con ella para estar al tanto de los pormenores del ciclo. “Como el programa lo grabamos, me manda mensajes antes de venir a la mañana, también cuando salgo de grabar el segundo programa a las siete y media de la tarde. Y a las nueve de la noche antes de salir y, después, cuando termina”, contó risueña. Y reconoció que su abuela le envía sus propias preguntas para cada invitado.
Entonces, Juana aseguró que de todas formas se siente “bien” en su rol de conductora. “Por suerte pregunto (a sus invitados), porque no puedo decir lo que pienso. Si digo lo que pienso ya no soy más esencial para nadie...”, disparó. Y luego se explayó sobre el tema: “Cuando empecé era por 15 días, ¿se acuerdan? Dije: ‘¡Por 15 días voy!’ Y ahora se extiende... Pero la realidad es que muchas veces no sé preguntar. Hay muchas cosas que no sé porque no es mi metier estar tan informada de todo. Y con el tiempo me empecé a curtir. Tengo un equipo de producción alucinante atrás, básicamente”.
Lo cierto es que hace tres semanas la actriz fue acusada de “golpista” en las redes sociales cuando, en medio de un debate entre el economista Roberto Cachanosky, el abogado Alejandro Fargosi, el ex diputado Julio Bárbaro y la periodista María Julia Oliván, preguntó si el presidente Alberto Fernández terminaría su mandato. En ese momento, Juana se vio obligada a pedir disculpas a través de su cuenta de Twitter. Pero, como las agresiones continuaron, a la semana siguiente hizo un fuerte descargo en el que aseguró: “No soy una operadora política de ningún espacio”.
Recordando ese momento, Viale reconoció que se sintió muy “afectada” por esa situación. “Por eso escribí algo, porque me sentí como muy señalada. Primero porque fue una pregunta, no con una intención. Porque lo único que yo quiero es que a la Argentina le vaya bien. Indistinta la bandera que tenga el presidente”, aseguró.
Y luego agregó: “Yo pregunté si pensaban que Alberto terminaba su mandato. Pero fue en forma de pregunta, no de golpista o por querer generar nada. Por todo el caos... Bueno, no importa. Y me afectó mucho porque yo no soy política, yo no tengo una banda y soy o roja o blanca o de cualquier color. Estoy acá con intenciones de proporcionar una información y tengo gente que puede opinar mucho mejor que yo. Entonces, esa vez me afectó bastante que me acusaran de golpista o gorila, que entre paréntesis es un animal muy inteligente, quiero decirlo. Pero no me gusta que me cataloguen como algo”.
SEGUÍ LEYENDO