No es la primera vez que Lizy Tagliani se pone nostálgica durante la cuarentena y revive escenas de su infancia. En otra ocasión ya había publicado en su cuenta en Instagram fotos en el colegio, evocando aquellas épocas opacadas por el alcohol, que siempre estaba presente en su familia, y los problemas económicos. En esta oportunidad, la conductora de El Precio Justo se refirió a las actitudes de sus compañeros del barrio que la hacían llorar y que hoy sigue recordando entre lágrimas.
Lizy subió una vieja foto suya en blanco y negro, de cuando podía contar sus años con los dedos de una mano, acompañada por un emotivo texto que tuvo mucha repercusión entre otras figuras del mundo del espectáculo.
“Siempre lloro recordando la niña que fui. Recién vino Luisito a mi mente entre carnavales, me vi corriendo desesperada por todas las calles para que una bombita de agua no me alcance. Los chicos mojaban a las chicas, me cansaba de correr pero no me corría nadie. Los chicos de mi barrio nunca pudieron ver mi vestido a lunares, ni mi largo cabello, ni los aros que alguna enfermera me puso al nacer… Les costaba ver lo que yo veía”, recordó la conductora.
Y siguió: “Yo no (me) sentía diferente por querer ser niña, yo (me) sentía diferente solo por ser. Tantas veces después de llorar a escondidas me sacudía los mocos, me secaba las lágrimas y seguía. Mamá me decía que tenía que mostrar que yo no elegí ser quien soy, solo vine a vivir y ya era bastante. Hoy acá, siendo Lizy y aburrida en mi cuarentena, sé que me iré algún día y dejaré en algún rincón mi mensaje de mujer”.
En cuestión de horas el posteo superó los 80 mil “me gusta” y recibió muchos mensajes de apoyo y demostraciones de cariño. Entre los famosos que comentaron se destacan Guillermina Valdés, quien escribió “sos todo y más”; Connie Ansaldi, quien publicó “¡qué hermosura!”; Nancy Dupláa y Elizabeth la Negra Vernaci, entre otros.
A mediados de mayo había publicado una foto de su primera comunión junto a sus tíos y el marido de su madre en San Miguel: “Hermosa familia. Desde no sé qué edad tendría yo, Rubén fue el marido de mi mamá durante mucho tiempo. Era bueno, divertido y lo recuerdo muy alto… El alcohol opacaba todo lo lindo que vivíamos”.
Luego subió más fotos de aquella jornada tan importante para ella y revivió una conmovedora historia: “Cuando dieron la fecha de la comunión en la iglesia San José Obrero escucho a mi mamá contarle a mi tía Bernarda que no iba a poder hacerme nada. Cuando llegamos a casa -yo que jamás me metía en las conversaciones de los grandes- le dije: ‘Ma, ¿por qué no voy a tener fiesta de comunión? ¿No tenemos plata? Yo le puedo decir a la abuela Gregoria que haga tortillas de queso’”.
“Mi mamá me miró con esa sonrisa que nunca se le borraba y me dijo: ‘No digas nada, es una sorpresa’. No sé de dónde, pero estoy segura de que fue trabajando, que llegó el día y acá están las fotos del fiestón. Hasta fotógrafo, porque no teníamos cámara. Ya sabrán por qué para mí querer es poder. Terca como mi mamá, La Tina”, recordó, y cerró el baúl de los recuerdos.
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