La despedida, el primer paso en ese largo camino llamado “hacer el duelo”, es uno de los tantos rituales que no forman parte de esta nueva normalidad, obra indeseable del coronavirus. Si bien este lunes comenzó la flexibilización de la cuarentena en el AMBA, las reuniones de personas todavía no están permitidas y el protocolo para evitar el contagio del COVID-19 se sigue aplicando a los velatorios y los entierros.
Esta tarde los restos de Marcos Luis Gastaldi encontraron su morada eterna en el Jardín de Paz de Pilar. Hasta allí se dirigieron su ex esposa, Marcela Tinayre; Nacho Viale; y sus hijos Rocco, Valeria y Marcos. Muy a su pesar, y en medio del dolor, solo pudieron acercarse hasta la puerta del cementerio, para cumplir con el mencionado protocolo.
A través de su cuenta en Instagram, Nacho publicó una foto del ex marido de su madre, acompañado por un breve pero emotivo texto: “Chau Marcus. Descansá en paz. Andá tranquilo. Yo te lo cuido”.
El empresario murió ayer a los 65 años, después de permanecer una semana internado en grave estado de salud, en medio de su lucha contra la enfermedad de Parkinson.
En diálogo con Teleshow, su hija, la ex Bandana Valeria Gastaldi, había contado el año pasado: “Me toca a mí acompañarlo, cuidarlo, y obviamente me pone muy sensible. A la persona que te tuvo en brazos, vos tener que abrazarlo… Es muy, muy difícil. Está pasando un momento duro. Él por ahí tampoco registra tanto, y en ese sentido es mejor. Pero a veces sí registra, y es duro para todos. Lo tratamos de mantener como algo hermético porque es muy difícil”.
Además de su actividad como banquero, Marcos Gastaldi se había destacado en la organización de eventos, como carreras de Fórmula 1, y manejaba negocios e inversiones en Nueva York, Miami y San Pablo. Además, fue representante, inversor y consejero de Luciano Benetton y fundó Alea Producciones, empresa especializada en eventos deportivos y espectáculos. Con esa firma organizó conciertos en Argentina de Ray Charles y Rod Stewart, entre otros.
Su historia con Marcela Tinayre comenzó en 1997. Ella ya había estado casada con Ignacio Viale, padre de sus hijos, Juana e Ignacio. Él ya tenía cuatro hijos: Camila, Valeria, Marcos y Santiago. Cuando falleció Daniel, el único hermano de la hija de Mirtha Legrand, él la acompañó incondicionalmente y la lealtad entre ellos empezaba a ser tan fuerte como su amor. Se casaron en el 2000 en Miami y un año después nació Rocco.
La relación se consolidaba. Rocco había traído alegría y un lazo que los uniría para siempre. Pero en abril de 2002 Gastaldi fue detenido acusado de estafas reiteradas supuestamente cometidas durante su gestión como uno de los dueños del Banco Extrader. Durante siete días se mantuvo prófugo hasta que fue arrestado al salir de la casa que compartía con su esposa en Barrio Parque. En el momento de la detención, una enfurecida y joven Juanita se abalanzó sobre las cámaras de televisión que cubrían la noticia reclamando que dejaran en paz a su padrastro.
Pese al escándalo, la sentencia y la detención, Marcela mostró su lealtad. “Marcos no es un trucho ni un estafador. Él es el único que se quedó en la Argentina y pagó todo con su propio dinero. Y además, siempre dio la cara. Aquí estoy, defendiendo a mi esposo con todo lo que tengo. Que un hombre esté sospechado no quiere decir que sea una mala persona. Además, es un padre fantástico”. Y reveló que fue detenido al salir de su casa porque pasó a despedirse de su hijo antes de entregarse a la Justicia.
Después de 26 días preso, Gastaldi recuperó la libertad. Los siguientes años hubo rumores de chispazos entre la pareja que ellos desmentían. Cuando Rocco cumplió ocho años decidieron “darse un tiempo”. Fue entonces que Gastaldi conoció a Sol Santamarina, una bella arquitecta, 24 años más joven. Hubo romance y la mujer quedó embarazada. Tuvieron una hija, Francesca. El mismo nombre que Marcela y Marcos habían pensado para su bebé si hubiera sido beba.
Lo que podría haber sido el “acta de defunción” de cualquier pareja, entre Tinayre y Gastaldi sirvió, según declararon, para “refundar el amor”. Gastaldi se hizo cargo de su hija –previo examen de paternidad que no dejó dudas sobre la filiación-, rompió con Sol y volvió con Marcela.
El matrimonio siguió adelante, con esa capacidad tan de los Legrand/Tinayre/Viale de mostrar hasta donde quieren mostrar. Se los veía juntos, sonrientes, comiendo sushi en algún lugar de moda o tomando unos tragos pero no daban notas ni protagonizaban portadas. Su vida privada era privada.
Pese al hermetismo, de vez en cuando surgían versiones de crisis, broncas y peleas en el matrimonio. Pero ellos no confirmaban ni desmentían rupturas. Aunque Gastaldi no hablaba con la prensa, Marcela de vez en cuando hablaba de su matrimonio: “Siempre estuve junto a Marcos en momentos críticos. El tiempo va a demostrar que estamos muy bien como pareja”.
Ante la enfermedad y a pesar de estar divorciados, Marcela no desatendió al padre de su hijo: “Ha compartido muchísimo en mi vida. Lo extraño y lo cuido mucho”. Y así fue, porque el amor es más fuerte pero la lealtad, también.
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