Khea: “Quiero demostrar que puedo llegar a diferentes estilos musicales”

En entrevista con Infobae, el rapero que expandió las fronteras del trap argentino habló de sus últimos lanzamientos, incluyendo la flamante colaboración con Tini

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Ivo Alfredo Thomas Serue. Tres nombres y un apellido para un pibe nacido en abril del 2000, que patea las calles de la zona menos ostentosa del norte del Gran Buenos Aires: Virreyes, San Fernando, Ingeniero Maschwitz, de vuelta Virreyes. Camina y el hambre corre por sus venas. No es el estómago vacío, sino las ganas de romperlo todo y rearmarlo a través de toda esa música con la que convive su hambre. Adentro suyo.

“Vengo de un barrio humilde, de clase media baja, me mudé un montón de veces, pero me crié y tengo a mis amigos por acá”, dice hoy Khea, el mismo chico de los tres nombres y el apellido, pero desde el alter ego con el que hoy está en la cima del trap argentino.

A diferencia de muchos de sus compañeros de generación, no transitó demasiado la ruta del freestyle; apuntó directamente a la música: su debut fue en agosto de 2017 con “B.U.H.O.”, un track infeccioso en el que compartió mic con Duki, Arse, Midel y Klave. Meses después, puso a la escena local en el mapa mundial con “Loca”, hitazo indiscutible -la canción más escuchada de 2018 no en Argentina, sino en todo el mundo- que tuvo una primera versión junto a Duki y Cazzu, pero que subió a otro nivel cuando llegó a oídos de Bad Bunny -rey global del género- y decidió subirse a un remix que, todavía hoy, sigue acumulando escuchas.

De aquellos días hasta hoy, pasó de todo y muy rápido, para él y para muchos de los artistas que animan la escena. “Cuando arrancó todo fue un ‘estás en el baile, bailemos’. Porque yo salí, salimos todos y fue muy sorpresivo, fue muy rápido cómo se fueron dando las cosas”, le resume a Infobae quien se convirtió en el primer artista latino en ser fichado por Interscope Records: sello que edita a artistas gigantes como Lady Gaga, Eminem y Gwen Stefani, entre otros.

En paralelo a cómo fueron creciendo sus reproducciones, también afiló el perfil de su estilo de vida: “Young Flex”. “Eso sale de estar todo el tiempo flexeando: romper las reglas, que te chupe un huevo todo. Mi personalidad es así, de guachín siempre fui un moco, aprendí a las piñas, siempre fui mandado. Con el tiempo, le encontré otro significado: ‘flex’ de ‘flexibilizarse’, ante lo bueno y lo malo. Soy una persona muy paciente ante todo. Si te ponés a ver las cosas malas, te agarra un estrés increíble. Pero si ves las cosas por las buenas, siendo paciente y flexible, vas a estar bien, contento todo el tiempo. Además, estoy armando un sello discográfico y se va a llamar así, ‘Young Flex’, y va a tener ese concepto, esa energía”, explicó.

Después de un viaje relámpago a Nueva York, en febrero, para hacer promoción, el trapero deseó “estar un mes en casa, en la cama, haciendo nada… ¡El mundo me escuchó, boludo! ¡Y me dio tres meses!”. Sin embargo, el confinamiento no lo detuvo. Durante esta época editó su primer mixtape, “Trapicheo”; el single confesional “Mami lo siento”; un remix del reggaetón-pop “Donde Estás”, junto a Piso 21; y una colaboración con Tini, en el flamante “Ella dice”.

Sobre la trastienda de esta última, contó: “Nuestros equipos de trabajo venían hablando hace un montón como para hacer algo juntos. Y cuando se dio la posibilidad, Tini me mandó el tema, así que hice mi parte en mi casa, me grabé y se lo mandé. Y quedó el tema: fue todo bastante espontáneo y rápido. Hice como ocho versiones de mi chanteo hasta elegir el que me gustaba. Tini me parece una artista muy versátil, que tiene una voz muy destacada para el oído y que le sirve para montarse a cualquier estilo de música. Una de las cosas que me impulsó a hacer el tema, más allá de que es un temón, fue hacer un cruce de mundos, mi género y mi ambiente con el de ella. Me parece que esos crossovers tienen que seguir pasando en la música”.

-¿Y “Trapicheo”? ¿De dónde salieron tus ganas de editar una colección de canciones?

-Todo el año pasado viví en una mansión, en San Isidro, con mi crew. Estuve ahí para purificarme y crecer mentalmente. El año pasado fue clave para mí y casi todos los temas de “Trapicheo” salieron de esa convivencia y reflejan un cambio musical respecto a lo que venía haciendo antes: en las letras, en los flows, en las melodías, en la producción. Pero no lo considero un “disco”. Cuando decida hacerlo, me quiero ir con músicos, productores, hacer 50 temas, elegir los 25 que más me gusten y editarlo con un concepto más marcado. 

-¿En dónde notás que está más marcada tu evolución artística?

-En general, mi música muestra que voy creciendo como persona. Y aunque mi esencia siempre fue la misma, voy madurando, revisando mis ideales, sintiendo cosas que antes no. Lo más importante es cómo me cambia la voz: yo escucho “Loca” y hoy, la voz, la tengo distinta; ahora la tengo más de hombre, ahí tenía 17 años. Sé que a mucha gente le pareció raro “Trapicheo” porque jugué mucho con mi voz.

-Si agarramos solamente la música que editaste en estos tres meses, se nota que buscás variedad. ¿Por qué?

-¡Me sale! Me pones un beat de reggaetón y te hago un tema de reggaetón. Me ponés una banda atrás de rock y te puedo hacer melodías de rock. De chiquito tuve mucha influencia musical, me nutrí de mucha música, a más no poder: desde (Alfredo) Zitarrosa, Silvio Rodríguez, hasta los Guns N’ Roses, Aerosmith, David Bowie, Nonpalidece, Bob Marley… Tengo reggae, rock, después conocí el rap y en el rap fue donde me sentí que me asenté realmente un género musical, pero me quedaron todas esas vainas metidas en la cabeza. Yo trato de marcar versatilidad en mi música y no encasillarme. Quiero demostrar que puedo llegar a diferentes estilos musicales.

-En “Mami lo siento”, le pedís disculpas a tu mamá por no poder pasar tanto tiempo con ella como quisieras. ¿Recibiste reclamos por parte de tu familia o amigos?

-La verdad que no, todos me bancan y saben en la que estoy. Pero cuando empezó todo esto, la senté a mi mamá y le dije: “Quiero hacer esto”. Yo calculo que ella ya pudo comprender que me iba a tomar mucho tiempo de mi vida. Y energía, además de tiempo. Cada vez puedo equilibrar más, separar más, tomarme mis tiempos y escaparme un toque de lo que es Khea, ponele. Pero al principio, era como que estaba muy en una, porque era más joven. Hoy te hablo desde otro lado, realmente. En la canción bajé ese sentimiento de por ahí no tener el tiempo suficiente para mi familia y para mi mamá… Y también de mi deseo, de querer comprarle una casa a mamá y que no tengo tiempo, porque yo en un año y medio, dos años, quiero decirle: “Mamá, tomá, te compré tu casa”. Y no hablo solo del hecho material: la felicidad, de canalizar la felicidad por otro lado. Sería una satisfacción enorme decir “le compré una casa a mi mamá”.

-¿Cómo te imaginás que va a ser “Young Flex”, tu sello discográfico?

-Quiero trabajar con artistas que quieran hacer un cambio, poner un pie fuerte en la música y que no piense en el “ahora”, que sea más a largo plazo. Y también que sean buenas personas: a alguien que es mala persona y tiene mucho talento, primero le tenés que hacer cambiar la forma de ver las cosas. Porque por ahí con fama, plata y encima mala persona, no sé lo que al chabón le puede pasar en la cabeza. No quiero alimentar a un monstruo. Me gusta ver esas cosas, cómo son las personas. Esa fue la bajada de data que me dio mi familia, ver la vida así.

-¿Cómo lideras a tu equipo?

-Por suerte sigo con mis amigos, con los que arranqué y con los que formé. Un líder tiene que saber delegar. Siempre marco la diferencia entre jefe y líder: el líder es el que trata de dar el ejemplo y el jefe es el que te dice lo que tenés que hacer. Yo trato de ser un líder: a veces soy un líder colgado (se ríe), me cuesta, tengo muchas cosas en la cabeza, pero trato de llevarlo.

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