Festival de la canción de Eurovisión: la historia de Fire Saga: ese es el nombre de una de las mejores películas que estrenó Netflix este año. Will Ferrell es uno de los protagonistas y también escribió y produjo esta historia que cuenta a modo de parodia y de homenaje los entretelones del festival más reconocido del viejo continente.
La trama comienza en Húsavík, un pueblo de Islandia, donde Lars (interpretado por Ferrell en su adultez) un niño de unos 7 años aproximadamente está muy triste porque su mamá acaba de morir. Su padre (Pierce Brosnan) un sex symbol del pueblo se hace cargo de este hijo con el que casi no tiene cosas en común. Lars quiere ser cantante y ganar el festival de Eurovisión. En el mismo plan se encuentra Sigrit (Rachel McAdams), una niña que recupera el habla cuando el pequeño Lars la invita a cantar con él. Fanáticos del grupo sueco ABBA, ambos crecen con el objetivo de ser los nuevos ganadores del festival. Ellos se convierten en el dúo Fire Saga, y lo que le sigue es pura ilusión y el relato de ambos por luchar por un sueño.
La película es una oda a los sentimientos, a la sencillez y a la fuerza de voluntad. Nos muestra a personajes inocentes en la piel de Lars y Sigrit y a otros que abusan de estos tiernos amigos. Músicas mezcladas con elfos, con fríos paisajes y con la ilusión de ganar a fuerza de voluntad. Participan también la cantante Demi Lovato y el actor protagonista de la serie islandesa Trapped, Ólafur Darri Ólafsson.
Claramente esta historia está llena de canciones, y se pueden reconocer a muchos ex ganadores del festival que realizaron cameos. Entre ellos se encuentran Alexander Rybak (ganador del festival en 2009), Loreen (2012), Conchita Wurst (2014), Jamala (2016), Netta (2018), Jessy Matador (2010), Elina Nechayeva (2018), Bilal Hassani (2019), Anna Odobescu (2019) y John Lundvik (2019). Cada uno de ellos fue en representación de sus países de origen y se hicieron del premio mayor. Y su participación en la película es un homenaje a ellos y a todos los que alguna vez participaron del festival.
Todos estos ganadores nos regalan uno de los mejores momentos de la película cuando cantan “Song-A-Long”. La cámara va enfocando a cada uno de ellos mientras entonan una seguidilla de canciones superpopulares y reconocibles por la audiencia, como “Believe”, de Cher, “Ray of Light”, de Madonna, “Waterloo”, de ABBA, ”Ne partez pas sans moi”, de Celine Dion, y “I Gotta Feeling”, de los The Black Eyes Peas. Imposible que como espectador no cantes algunas de las estrofas de estos temas. Todo es alegría y corazón contento.
En otro fragmento de Festival de la canción de Eurovisión: la historia… podemos deleitarnos con la canción “Amar pelos dois”, que Salvador Sobral (ganador en 2017) toca en el piano recreando a un músico callejero.
Muchas de las escenas del film fueron recreaciones de presentaciones del mismo festival. Por ejemplo, cuando los Fire Saga hacen una de sus primeras interpretaciones en el escenario, eligen para colocar en la escenografía una rueda de hámster en la que camina y corre Lars. Esa misma imagen fue tomada del show que dio la cantante ucraniana Mariya Yaremchuk en 2014. De hecho, dos de sus protagonistas, Rachel McAdams y Dan Stevens (que interpreta a Alexander Lemtov) dijeron que se basaron en la islandesa Hera Björk y el mítico representante de Rusia, Philipp Kirkorov, respectivamente. Guiños no faltan para los seguidores del Eurovisión que en Islandia bate récords de audiencia (más del 98% del share).
Es imposible no preguntarse si los actores del film cantan realmente. Ferrell lo hace en pocas ocasiones (él toca el piano en el film) y por momentos utiliza su propia voz. En el caso del personaje de Sigrit, su voz no es la de su actriz, sino la de la cantante Molly Sandén que representó a Suecia en Eurovisión Junior en 2006. Stevens (que lo escuchamos cantar en La Bella y la Bestia) tampoco canta en ese tema tan emblemático como lo es “Lion of Love”. Quien sí lo hace es el barítono Erik Mjönes.
Festival de la canción de Eurovisión: la historia de Fire Saga es un film que genera empatía con todo aquel que esté dispuesto a disfrutar de dos horas de distensión y conexión con las cosas más sencillas de la vida. Un festival que parece lejano por estas pampas, pero que nos conecta desde la ilusión de perseguir nuestros sueños por más que parezcan imposibles. Y de eso, Lars y Sigrit pueden dar cátedra.
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