Graciela Alfano y Diego Maradona se conocen desde que son adolescentes. En los ’70, su madre, Liliana Casanovas, después de haber enviudado, se casó por segunda vez con el abogado Humberto Capelli. Por aquel entonces, el hombre trabajaba en el Tribunal de Disciplina de la AFA, y a veces, cuando el joven futbolista tenía que ir al lugar, ella se lo cruzaba. “Lo llamaban ‘Maravilla Maradona’ por las cosas que hacía en la cancha de Argentinos Juniors”, recordó en alguna ocasión.
Si bien tenían una buena relación, no pasó nada entre ellos… Hasta mucho tiempo después. En 1995 Diego volvió a Boca y se instaló nuevamente en Buenos Aires. Aprovechando esta oportunidad, Alfano lo invitó al programa que conducía en ese momento, El Periscopio. Allí entablaron un vínculo un tanto más cercano y, al parecer, el por entonces futbolista se quedó pensando en ella una vez que apagaron las cámaras.
“A las dos de la mañana el señor de seguridad (del edificio en el que vivía) me dijo: ‘Está la camioneta con el señor Maradona y un oso gigante que dice te quiero’. Miré por el balcón, que no era un piso alto, y lo veo ahí. Y bajé, ya estaba sin maquillaje. Terminamos en la plaza San Martín, hablando hasta las seis y pico de la mañana. Charlamos pero no nos besamos”, contó el año pasado en Los Ángeles de la Mañana.
El lunes pasado, la actriz brindó una entrevista por videollamada con Confrontados, el ciclo conducido por Marina Calabró en El Nueve, y revivió aquel romance: “Lo primero que impacta de Diego es su personalidad. Cuando ves que hace un gol no estás viendo una pelota que entra en un arco, estás viendo la vida de una persona, porque cualquiera mete un gol. Cuando lo ves a él estás viendo al que metió el gol a los ingleses con la mano”.
“Lo que quiero decir, y no es solo en relación a lo sexual, es que una cosa es Maradona en tercera persona y abre las alas y es hasta un ser mítico, un dios del Olimpo, y otra cosa es Diego, un ser cálido, amable, humilde, cariñoso, paciente y laburante”, contó, pícara, entre risas.
Ahora bien, lo más interesante de esta charla fue cuando intervino Carlos Monti, panelista de Confrontados y compañero de Alfano en El Periscopio. El periodista hizo uso de su buena memoria y dijo: “Me obligás a hacerte esta pregunta… ¿No estabas en pareja en ese momento?”
Ella, lejos de ruborizarse o desviar el tema de la conversación, sonrió y respondió con sinceridad: “Esto me suena a una pregunta de 1990, Carlos. Sí, yo estaba en una pareja clandestina que conocías porque era parte del programa. Era una persona muy joven también, con quien tengo unos recuerdos maravillosos. Se casó, tiene tres chicos fantásticos y lo volví a ver… Fui muy poliamor en ese momento”.
Alfano también recordó el inolvidable programa de La Biblia y el Calefón de 1999, cuando visitó el programa de Jorge Guinzburg acompañada por Diego, Charly García y Joaquín Sabina. Ese día le dio un beso al Diez frente a cámara.
Al ser consultada por Franco Torchia, también panelista de Confrontados, si en algún momento se sintió cosificada en aquella oportunidad, la actriz respondió: “Siempre fui la Alfano, por supuesto que ahora soy una Alfano mucho más expresada, pero también era la Alfano ahí. Siempre fui una mujer empoderada por mi historia. Yo nací empoderada y no me sentí cosificada en ese momento. Yo sentí que tenía cuatro tipos que hacían lo que a mí se me daba la gana”.
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