Nueve reinas, la emblemática película dirigida por Fabián Bielinsky, celebra los 20 años de su estreno el próximo 31 de agosto. A modo de homenaje, Ricardo Darín, Gastón Pauls y el resto del elenco recordaron el rodaje y contaron anécdotas de la multipremiada obra que en su momento fue vista en los cines por más de un millón y medio de espectadores.
A través de una videollamada con el programa de la TV Pública Estamos Conectados, Darín contó que la propuesta de Bielinsky para participar de la película ocurrió en “el momento justo”, ya que por ese entonces él quería “desprenderse” de la televisión, después de haber participado durante tantos años en diferentes programas: “Me abrió una puerta no solo para mi oficio sino también al mundo cinematográfico para afuera. Tuve la suerte de que Nueve reinas empezó a dar vueltas por el mundo al mismo tiempo que empezó a dar vueltas El hijo de la novia, de Campanella. Entonces me ofrecía la posibilidad de mostrarme en dos roles totalmente distintos, y para un actor eso es soñado”.
El problema fue que, en un principio, el director no había pensado en él y Pauls para protagonizar el largometraje, sino en Leonardo Sbaraglia y el Puma Goity: “Me dijo ‘me gustás pero sos demasiado simpático y no quiero que Marcos (su personaje) sea simpático, no quiero que le caiga bien a nadie, y vos sonreís y empieza a tener otro color’. Él era muy cuidadoso con eso y tenía muy en claro qué era lo que no tenía que tener la película. No quería que el personaje tuviera empatía con la audiencia porque Marcos era una lacra humana”.
“Entonces entendí lo que dijo y con Gastón tratamos de ceñirnos a sus directivas y propuestas -recordó-. Lo curioso es que cuando un libro está tan bien escrito, como este, hay una cosa que tiene que ver con la libertad del espectador: finalmente no logramos que el personaje no tuviera empatía con la platea. Los dos personajes fueron abrazados por la audiencia porque da un poco de ternura ver cómo estos dos giles creen que son los más maduros del mundo”.
Pauls, por su parte, aprovechó la ocasión para contar que fue uno de los rodajes más divertidos de su carrera: “La debo haber visto ocho o nueve veces, pero más que reírme por lo que se hace o se dice en la película, me río por el recuerdo de los rodajes. Nos reímos mucho con Ricardo. De hecho, antes de que dijeran ‘acción’ estábamos hablando de cualquier cosa: fútbol, vino, alguna mujer… Porque él en ese momento estaba en pareja pero yo no. Lo analizo y tiene mucho que ver con lo que pasaba con esos dos personajes, que estaban las 24 horas juntos. Sí o sí tenía que haber una conexión profunda. Nos reíamos mucho”.
Ninguno ahorró en elogios para con el director, fallecido en 2006 tras sufrir un paro cardíaco. “Fue hermoso, con toda su inseguridad por ser su primera película. A pesar de eso, tenía todo el amor, la pasión y las convicciones que nos transmitió. Por eso digo que fue una película graciosa y divertida para filmar: estaba Fabián ahí. Nos reíamos con él, Ricardo lo imitaba… Fue un hermoso director, pero por sobre todas las cosas un maravilloso ser humano”, aseguró Pauls.
Darín también le dedicó palabras de afecto y admiración, y mostró el costado más humano del reconocido director. Según contó, cuando terminó el rodaje de la película, Fabián los invitó a su casa. El plan era juntarse a comer unas pizzas (cocinadas por él) junto a su esposa y su pequeño hijo, y ver por primera vez la película, aunque no estaba totalmente terminada: era un “crudo”, como suele decirse, sin la mezcla de sonido ni algunos efectos especiales.
“Martín (el hijo del director) estaba con fiebre, entonces él se tuvo que repartir entre mirar la película en el living y atender al hijo. Se volvió medio loco yendo y viniendo, y las pizzas no le salieron tan bien como sabíamos que le salían. Cuando terminamos no dijimos ni una palabra, fue ‘chau, mañana hablamos’. Él tampoco se mostró demasiado interesado en saber qué nos pareció. Salimos los dos (él y Pauls), cada uno en su coche, sin decir nada. Coincidimos en un cruce de calle y paramos, nos miramos, y seguimos. Después volvimos a parar en un semáforo y ahí, sí, alguno de los dos dijo: ‘No estuvo buena’”, relató Darín, y concluyó diciendo que “lo que consiguió Fabián fue una maravilla”.
Otra de las historias destacadas de este homenaje estuvo vinculada a las estampillas, las famosas “nueve reinas”. Darín contó que en una ocasión él estaba en el depósito de utilería de Patagonik, la productora madre de la película, cuando inesperadamente las encontró. “Comprenderán que no me puedo retirar de este lugar sin esto porque me pertenecen”, le dijo el actor a quienes se encontraban allí. Sin embargo, un tiempo después, en medio de una campaña solidaria, las donó para conseguir fondos.
Enorme fue la sorpresa de Darín un rato después de contar esta historia, cuando el productor Damián Kirzner se hizo presente en el estudio del programa de la TV Pública y enseñó una caja con las estampillas. Incrédulo, el actor le preguntó si eran las originales. Él le respondió que sí: “Por un precio módico te las llevás”.
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