Romina Malaspina volvió a ubicarse en el ojo del mundo del espectáculo a mediados de junio, cuando se hizo cargo de la conducción de Noticias de 22 a 24, por Canal 26. Muchos salieron a cuestionarla por su desempeño al frente del ciclo periodístico y por el vestuario que eligió para hacerlo. Temas absolutamente superficiales e insignificantes al lado de la traumática historia que contó el sábado pasado en su visita al ciclo PH, Podemos Hablar.
La ex participante de Gran Hermano 2015 abrió su corazón en el programa que conduce Andy Kusnetzoff por Telefe y se refirió al momento más difícil de su vida: “Tuve un intento de violación a los diez años que me dejó un trauma muy grande que me duró los dos años siguientes”. Según su testimonio, antes le costaba hablar del tema pero ahora siente que pudo “cerrar y dejar atrás esa etapa”, que ahora le sirve “como experiencia”.
“Estaba en el barrio de mi casa, en Mar del Plata, andando en bicicleta y un tipo me agarra, tapándome la boca, y me lleva a una casa. Tira la bicicleta al piso y me intenta meter adentro de una casa. No llegó a pasar nada: me resistí, me resistí... Fue muy fuerte y traumático todo ese momento porque era como eterno, no se terminaba más pero pude zafar”, relató.
Malaspina recordó cómo fue que pudo escapar: “Zafé porque una vecina que pasó pidió auxilio. Empezó a los gritos y esta persona se asusta y se va corriendo. Nos dimos cuenta de que había un auto afuera que estaba en combinación (con el abusador) y fue todo sincronizado. El tipo sale corriendo, sale el auto y fue como una cosa de ‘Dios, menos mal que no me pasó nada’, porque estuve cerca de que me llevaran. No solo me salvé de una violación, sino quizás también de que me secuestren, de no ver más a mi familia. Me traumó mucho. No me imaginé que me podía secuestrar ni hacer nada, lo veía como un tipo que estaba parado en la esquina paseando al perrito…”
La conductora contó que hizo la denuncia en la Comisaría de la Mujer y que estuvo “en shock un día entero”. Y detalló: “No entendía, me parecía muy fuerte todo lo que había pasado: el intento de manoseo, todo. Nunca lo pudimos identificar. Tuve un pequeño trauma ese año porque lo veía… Me pasaba que no quería salir ni siquiera a la calle para ir al supermercado con mi mamá. Me pasaba que cualquier persona que veía, yo veía a esa persona, entonces no podía diferenciar quién era y no podía continuar con mi vida”.
“Me encerré en mi casa y empecé a jugar mucho a los videojuegos -recordó-. Me salió como mi faceta masculina. Tengo un hermano más grande, entonces me aferré mucho a eso y nos la pasábamos jugando a juegos online. Me guardé mucho en mi casa. Lo hice como muy interno, digamos”.
El silencio en el estudio fue el reflejo de la crudeza de su relato. “Gracias por compartirlo”, se limitó a responder Andy Kusnetzoff. No porque sea un hombre frío, sino porque en este contexto de pandemia por el coronavirus, y las correspondientes medidas de precaución para evitar su transmisión, impiden dar aunque sea un abrazo.
Si sufrís violencia de género o conocés a alguna víctima, llamá al 144: es gratis y atiende las 24 horas.
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