A David Lebón se lo nota feliz y no es para menos. Lebón & Co., el disco que editó el 10 de mayo del año pasado, no para de darle satisfacciones. Acaba de recibir ocho nominaciones a los Premios Gardel y es uno de los firmes candidatos a quedarse con el premio “Álbum del año”.
El trabajo, en el que logró reunir a colegas muy queridos como Ricardo Mollo, Andrés Calamaro, Fito Páez, Coti y los Polifemo, entre otros, le llenó el corazón; y así lo hizo saber en una entrevista telefónica con Infobae -la cuarentena obligatoria no deja margen para encuentros en persona-, en la que dijo sentirse sorprendido por semejante reconocimiento.
“Es muy fuerte para mí porque yo no espero mucho, no soy un tipo de esperar regalos”, cuenta emocionado, al tiempo que se hace un lugar para recordar otros momentos de su vida, como la etapa de Serú Girán. Además, anticipó que le propuso a Charly García hacer un disco juntos: “Sé que él tiene ganas”.
- ¿Qué sentís, a esta altura de tu carrera, ser reconocido con ocho nominaciones en los Premios Gardel?
- Para mí es más que una sorpresa. (Risas). Cada vez que me dicen que les gustó el disco, me hace muy bien porque me hace olvidar de las cosas feas y me acuerdo de las cosas lindas, que son ustedes.
No te olvides que hay muchos que no están, como por ejemplo Luis (Alberto Spinetta), Pappo... Hay un montón. Yo quedé medio como solito... Está Ricardo Mollo y, en realidad, hay un montón. Es muy fuerte para mí porque yo no espero mucho, no soy un tipo de esperar regalos. Si vienen, me encantan. No soy un pedigüeño. Tampoco me pongo celoso si gana otro, si gana una persona inservible... Pero no hay inservibles, sino no te votan.
Me sorprendió porque mi señora, que es mi productora, Patricia, me fue diciendo de a poco quienes eran los nominados y cada vez que aparecían los nombres yo le decía: ¿Otra vez? y ¿otra vez? (Risas). Hay mucha gente con muchas nominaciones. Creo que este año hubo una buena preselección de músicos, me gusta cómo eligieron a los músicos.
- Lebón & Co. es un disco por el que desfilaron grandes artistas y amigos tuyos. ¿Qué fue lo que más disfrutaste de la grabación?
- Fue maravilloso todo. Fue mágico, sobre todo cuando llegaron Rinaldo (Rafanelli) y Juan (Rodríguez), de Polifemo. Hacía 40 años que no nos veíamos. Grabamos la canción de una (”Suéltate rock and roll”) y nos moríamos de risa porque no lo podíamos creer. Yo viví con Rinaldo muchos años cuando llegué de Estados Unidos. Es mi hermano y, la verdad, fue hermoso volver a verlo después de tanto tiempo porque él está en San Luis. Y lo mismo con Juan, que hacía mucho que no lo veía.
Y después, todos, Lisandro (Aristimuño), Julieta (Venegas), Ricardo (Mollo), Eruca Sativa, Andrés Calamaro... ¡Están todos! En realidad, faltan algunos pero los más cercanos estuvieron y lo hicieron muy bien. Por ejemplo, Coti laburó increíble. Todos tenían la cosa bastante manyada.
Lo de Fito (Páez) fue lindo porque con él grabé “Y dale alegría a mi corazón”. Fue la única canción que grabé con él, y la verdad que estuvo bueno que venga. Nos divertimos. Lo más lindo de todo es que la pasamos bien. Y cuando había que hacer las cosas en serio la hacíamos en serio. No había joda. Ya estamos en una edad en la que queremos hacer las cosas bien.
- Te quería preguntar cómo surgió la chance de hacer este disco, la cocina de Lebón & Co., y también por Gabriel Pedernera, baterista de Eruca Sativa y productor del álbum. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con él?
- Hermoso. Me lo propuso el presidente de Sony como productor del disco. Esto lo armaron Patricia y él; y me convencieron. Me encantó, me volví loco, era mi sueño. Cuando me empezaron a decir a los que eligieron y todo...
Primero me sentí bien atendido. Es muy difícil que un tipo de 68 años tenga contratos de grabación, salvo grupos de folclore, que hay gente grande obviamente. Pero, en el caso mío, llegó todo en el momento justo. Por eso hoy justamente estaba hablando de tener paciencia. Hay que tener paciencia papá hasta que un día alguien haga un cartel que diga: “Ya pueden largar la paciencia”. (Risas).
- Y sobre todo en esta época hay que tener paciencia, ¿no? ¿Cómo estás pasando la cuarentena?
- Lo que más me muele la cabeza son dos cosas. Quiero ver a mi familia, tengo ocho nietos. Quiero verla urgente. Y, por otro lado, quiero también ver a mi público. No es mío pero es mi familia también. Entienden lo que canto, cantan lo que canto y lloramos cuando hay que llorar. El Colón fue hermosísimo, me dejó bien como para tomarme estas vacaciones de virus. (Risas). Me dejó tranquilo porque fue hermosísimo. A Dios le quiero agradecer muchísimo porque me da salud y amor para que yo pueda hacer estas cosas.
- Te quiero llevar hacia los tiempos de Serú Girán. ¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando pensás en el grupo?
- Primero armarme tranquilamente lo que voy a contestar para no responder cualquier huevada. (Risas). Lo de Serú ya está porque no está Moro. No es lo mismo. Si yo me doy vuelta y hay otro... Está Juanito, el hijo de Moro, pero no es Moro. Además, me parece que nosotros nos despedimos muy bien la última vez en River. Creo que fue una buena despedida. Llenar dos River para un grupo argentino, que nunca había llenado River nadie...
Estoy muy feliz de haber participado sin pedirlo yo, que Dios me haya puesto como pieza de ajedrez en los mejores grupos argentinos que hubo no me lo va a quitar nadie y estoy feliz. Por algo me llamaron, parece que toco bien.
- Hicieron música en una época muy difícil y se la jugaban con las letras en plena dictadura. ¿Se llegó a debatir al interior del grupo qué decir y qué no?
- No, pero lo que sí hacíamos era cuidar las letras un poco. Charly, en ese sentido, era ideal para las letras porque, por ejemplo, el tema de Alicia (”Canción de Alicia en el país”) te explica todo pero no hay nada que te pueda decir de quién está hablando. No hay pruebas, no dice las palabras que tiene que decir. Lo hizo por otro lado, como una película y, en ese sentido, Carlitos siempre fue muy inteligente porque no es la única además. Está “Los Dinosaurios”, hay un montón...
- “Encuentro con el diablo”...
- Exacto.
- Y ya que hablamos de Charly García, ¿cómo los ves hoy? El año pasado estuvo tocando bastante, de afuera se lo nota activo y haciendo música como siempre. Me imagino que eso te debe poner muy feliz...
- Él está bien, tratando de hacer las cosas bien. Incluso le propuse hacer un disco juntos cuando se sienta con ganas.
- Que hermoso va a ser eso...
- Simplemente nosotros dos. Así como hice con Pedro (Aznar) y Pedro conmigo... Si nosotros hacemos los tres va a ser Serú viste... En cambio, si lo hacemos con Charly nada más, va a ser otra cosa. Y yo sé que él tiene ganas. Yo le dije: “Tomate tu tiempo que tenemos tiempo. Cuando vos te sientas con ganas, me levantás el tubo, como hiciste cuando me llevaste a Buzios, y lo hacemos”.
- Volviendo al presente, ¿cómo creés que va a cambiar la industria de la música tras la pandemia?
-No tengo ni idea. Lo que sí sé es que hay buenas bandas nuevas que aún no escuché. Siempre hubo gente joven, todo empezó con la gente joven... En el caso mío, tengo suerte porque van muchos chicos. Van corriendo para adelante, se quedan mirando con mucho respeto.
Incluso hay niños de cuatro y cinco años que cantan las canciones. Hay gente que se le pianta un lagrimón cuando canto “Laura va” y a mi también. Yo veo Lassie y lloro. (Risas). Soy muy sensible. Amo al público, a la gente del mundo, son mi familia. No tiene que pasar todo esto que está pasando, tiene que terminar esto y tenemos que ser felices. Vamos a tocar, que vaya la gente, que sean días hermosos pero hoy no podés. Más vale no perder tiempo en discusiones y me quedo hasta que el presi diga: “Podés salir”. Y si me agarra algo le hago juicio a él... (Risas).
Las canciones de Lebón & Co.
“Puedo Sentirlo” (1986) con Julieta Venegas
“Dejá de jugar” (1989) con Coti
“Hola dulce viento” (1973) con Emmanuel Horvilluer
“Casas de arañas” (1973) con Lisandro Aristimuño
“Hombre de mala sangre” (1973) con Pedro Aznar
“Tu llegada” (1992) con Leiva
“Mundo agradable” (1992) con Ricardo Mollo
“Parado en el medio de la vida” (1981) con Andrés Calamaro
“Dos edificios dorados” (1973) con Eruca Sativa
“Llorar de amor” (2003) con Carlos Vives
“Suéltate rock and roll” (1975) con Polifemo
“El tiempo es veloz” (1982) con Fito Páez
Las 8 nominaciones a los Premios Gardel
“Mejor álbum artista de rock”
“Ingeniería de grabación”
“Productor del año”
“Grabación del año”
“Mejor diseño de portada”
“Canción del año” (”Mundo agradable”)
“Mejor canción de dueto/colaboración” (”Mundo agradable” con Ricardo Mollo)
“Álbum del año”
Playlist con amigos
Con motivo de la celebración del Día del Amigo, el próximo 20 de julio, David elaboró una playlist de amigos en Spotify: Juntos.
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