Morena Rial utilizó su cuenta de Instagram, en la que tiene casi un millón y medio de seguidores, para compartir una reflexión que hizo luego de algunas críticas que recibió justamente en esa red social.
“Puedo evitar las redes, silenciar los comentarios. Pero, ¿cómo apago todo eso que ya leí?”, se preguntó la joven y contó algunas de las sensaciones que siente antes de irse a dormir. “¿Cómo se apagan las burlas de esos que detrás de una red social, con total impunidad, consiguieron que más de una vez concluya mi día sin poder mirarme al espejo?”.
Las palabras de la hija de Jorge Rial hacen referencia a algunos comentarios maliciosos que recibe en sus redes sociales. Y no por alguna opinión que ella haya dado sobre un tema en particular, aunque eso tampoco justificaría una agresión, sino simplemente críticas a cuestiones físicas.
Al ser una figura pública, su experiencia la ayudó a aprender a no leer o escuchar todas las agresiones. Sin embargo, según cuenta, hay veces que no dejan de afectarle. Tal como lo describió en su posteo. “Es un trabajo de un paso a la vez, el de conseguir abrazarse a uno mismo, pero es dar uno adelante y dos atrás cuando al costado del camino existen personas opinando. De mí, de aquella que no conocen pero les apareció en Instagram, y de su vecina”.
Luego, ejemplificó algunos de los mensajes que recibe, y además, reveló que uno de los comentarios que más se destaca es que no suele publicar fotos de cuerpo entero. Un cuestionamiento totalmente fuera de lugar ya que cada uno es libre de publicar lo que quiere en sus redes sociales. “Que si la ropa es muy ajustada, que si subí de peso, ¡o si bajé! es porque pude pagarme costosos tratamientos”.
“En su lista de preocupaciones no está el daño que hacen comentando, en sus cosas por opinar no se toman el minuto de pensar cuánto es el costo por estar a gusto con uno mismo. Aprendo a diario el aceptarme, trabajo en el amor por mí, en poder pisar firme luego de esas piedras al autoestima que (hace años) me toca bancar”, indicó Morena, que es madre de Francesco, fruto de su relación con el futbolista Facundo Ambrosioni.
“Me pido perdón, aunque los demás deberían hacerlo (y no lo espero), me pido perdón por haber creído que soy eso que dicen, me pido perdón por haberme puesto a llorar en cada cuestionamiento que alguien que no me conoce puso en observación, me pido perdón por no haberme defendido, por no haberme protegido. Aún duele, a veces esa burla hace eco y resuena el resto del día, pero hoy tengo ganas. Hoy tengo fuerzas para cada mañana despertar y proponerme ser una mejor versión de mí. Entender que vivir y dejar vivir es cosa de grandeza, es virtud y lo contrario es miseria”, continuó la joven de 21 años.
Por último, aseguró que su deseo es que “llegue el momento donde todos estemos lo bastantemente ocupados trabajando en nosotros mismos como para tener de tiempo de opinar sobre los demás”. “Sean felices, libres, vivan y dejen vivir”, concluyó Morena Rial.
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