La serie Ray Donovan mostraba a un “solucionador de problemas”. Su protagonista era un señor que se encargaba de arreglar los desastres y delitos de gente poderosa de Hollywood. Donovan era un personaje de ficción, pero más de una celebridad hubiera pagado gustosa sus servicios para evitar pasar una temporadita tras las rejas.
Al Pacino, armado sin justificar
Aunque no suele hablar del episodio y durante mucho tiempo lo mantuvo oculto, el protagonista de Scarface tuvo un encontronazo con la Ley. En 1961 fue detenido por la policía en Rhode Island por llevar escondida en su auto una pistola calibre 38, además en el baúl se encontró un pasamontañas y unos guantes por lo que la policía sospechó que iba a cometer un robo. Como no tenía dinero para pagar la fianza pasó tres días en prisión pero no llegó a ser condenado.
Los problemas con la ley le habían pasado cerca varias veces. Criado en el Bronx, a los 11 años fumaba marihuana y a los 15, su mejor amigo robó un camión, secuestró un micro y murió de sobredosis.
Matthew McConaughey, llamen a mi mamá
Es uno de los actores más populares del mundo del cine gracias a películas como El lobo de Wall Street y Cómo perder a un hombre en diez días, sus premios y, su indiscutible atractivo. Casado con la modelo brasileña Camila Alves tuvo romances con Patricia Arquette, Penélope Cruz, Ashley Judd y Sandra Bullock.
Pero antes de este presente tranquilo tuvo un problemita con la ley. Su detención parece más ridícula que delictiva. En 1999, la policía de Austin, Texas recibió llamados de distintos vecinos por los ruidos molestos que salían de una casa. Los agentes llegaron con sus patrulleros y se encontraron con McConaughey drogado, totalmente desnudo y tocando el bongo. Tras un par de horas tras las rejas, fue liberado.
Como en las películas, le permitieron hacer una llamada. El actor no se comunicó con su abogado sino con su mamá. “Me sentía culpable porque no fui criado para estar en la cárcel”, explicó cuando fue consultado sobre el episodio y agregó con humor “¿Qué tiene de malo tocar el bongo desnudo? El episodio le dejó una enseñanza que compartió con sus seguidores: “Cierra la ventana que tiene el hermoso aroma a jazmines porque son las dos de la mañana y podrías despertar algún vecino”.
Haley Joel Osment, veo que estoy en problemas
El temeroso Cole Sear que inmortalizó la frase “veo gente muerta” en Sexto sentido, a los 18 años fue detenido por conducir ebrio y llevar marihuana. El 20 de julio de 2006 manejaba su auto de noche cuando perdió el control, chocó con un buzón y volcó. Aunque no hubo personas heridas, el actor se fracturó una costilla. La policía llegó y de nada valió su cara de ángel ni su fama, se le hizo el control de alcoholemia y dio positivo.
El actor se enfrentaba a la posibilidad de pasar seis meses en prisión pero el tribunal lo condenó a 60 horas de terapia, participar durante seis meses en reuniones de Alcohólicos Anónimos y pagar una multa de quince mil dólares. En suma y como dirían las abuelas, la sacó barata.
Boy George, no hay mal que por bien no venga
En 1984 decenas de personas tarareaban “karma, karma chamaleon” el pegadizo estribillo de Culture club. El grupo británico había irrumpido fuerte a base de talento y también a su carismático líder, Boy George. Con sus cejas depiladas, su maquillaje cargado y un look andrógino, el cantante británico rompía muchos esquemas y estereotipos de la época.
Con el nuevo siglo empezaron sus problemas con la ley. En 2005 fue arrestado en Nueva York por posesión de cocaína, pero él alegó que era de un amigo. El juez no le creyó y fue sentenciado a limpiar las calles de Nueva York por obstruir la Justicia. Además tuvo que pagar mil dólares de multa y asistir a un programa de rehabilitación de drogas.
Ese episodio podía entrar en la categoría de “problemas que le suceden a gran cantidad de famosos”, pero en 2008 el delito fue más grave. El modelo y prostituto noruego Auden Carlsen acudió a la casa de Boy George para una sesión de fotos, pero terminó encadenado a una pared, golpeado por el cantante y amenazado con un objeto sexual. Carlsen logró huir de la vivienda y en calzoncillos llegó a una seccional donde hizo la denuncia. George fue detenido.
Aunque los abogados argumentaron que el británico actuó bajo los efectos de las drogas fue sentenciado a 15 meses de cárcel. Cumplió cuatro y salió por buena conducta. Sin embargo, la experiencia no fue mala. “La cárcel fue un regalo. Los primeros días son duros porque todos te preguntan qué has hecho para estar allí, pero después yo me acostumbré a estar conmigo mismo, y eso fue el mejor regalo de la vida”. Para Boy nunca mejor dicho “no hay mal que por bien no venga”.
Heather Locklear, muchacha descontrolada
La rubia bonita de Melrose Place tuvo su primer arresto en el año 2008 bajo el cargo de “conducción temeraria”. La encontraron en un estacionamiento con su auto alemán negro dando marcha atrás una y otra vez intentando aplastar unos lentes de sol. Fue detenida y se comprobó que estaba bajo los efectos de medicación recetada. Salió bajo fianza.
Dos años después chocó contra una señal de tráfico y otra vez la detuvieron. Pero como no se presentaron cargos fue liberada.
En 2011 discutió con su novio, Jack Wagner. Hubo agresiones físicas y la policía intervino pero a falta de denuncias nadie terminó en prisión.
En enero de 2018, Heather volvió a descontrolarse. Su hermano llamó a la policía para denunciar que había problemas en la casa. Los agentes llegaron y Heather los amenazó con un arma. Fue detenida y un juez determinó la quita de la tenencia de armas y ordenó su por sexta ingreso en un tratamiento de rehabilitación. En junio llamó a sus padres diciendo que se iba a suicidar. Ellos fueron a ayudarla pero la actriz intentó asfixiar a su madre y golpeó a su padre. Esposada la llevaron a un centro psiquiátrico.
Al recibir el alta, los vecinos denunciaron disturbios en su casa. Un oficial llegó e intentó dialogar. Recibió una piña como respuesta. Un paramédico que intentó contenerla se ganó una patada. Locklear fue detenida y tras pagar una fianza de veinte mil dólares fue liberada. Por las dudas, los vecinos tienen a mano el teléfono para llamar al 911.
Susan Sarandon, adentro por una buena causa
Aunque apenas solo pasó unas horas privada de su libertad, la noticia se conoció con rapidez. Hace dos años, la protagonista de Thelma y Louise fue arrestada con otras 574 mujeres que protestaban en Washington contra la política migratoria del presidente Trump. La protesta transcurría tranquila hasta que entraron a las oficinas del Senado y la policía intervino llevándose a las manifestantes.
En su twitter la artista defendió la protesta: "Arrestada. Permanezcan fuertes. Sigan luchando. LasMujeresDesobedecen", escribió.
Mark Wahlberg, mejor no recordar ciertas cosas
El protagonista de Ted no solo es uno de los actores mejor pagos de Hollywood también una persona alejada de los escándalos. Pero en su adolescencia pocos apostaban por su futuro.
En 1988, con solo 16 años intentó robar dos cajas de alcohol a un hombre que estaba fuera de un local. Golpeó a su víctima en la cabeza con un palo y después corrió para escapar de la policía. Se refugió en otro local y el comerciante lo ayudó a esconderse. Al ver que estaba fuera de peligro le dio un puñetazo a su benefactor y huyó llevándose un paquete de cervezas. Una patrulla logró alcanzarlo, al detenerlo descubrieron que además guardaba una pequeña cantidad de marihuana.
Wahlberg fue sentenciado a dos años de cárcel por intento de asesinato. Permaneció en prisión cuarenta y cinco días y decidió cambiar su vida. “Pasar por la cárcel fue una verdadera llamada de atención. A lo largo de mi vida he conocido y frecuentado personajes indeseables. Cometí muchos errores y gracias a Dios, he podido aprender una lección de todos ellos. Ahora todo eso ha quedado en el pasado”.
En 2014, un ya consagrado Wahlberg le pidió a la Justicia que eliminara sus antecedentes penales porque deseaba anotarse como “agente de reserva” de la policía de Los Ángeles. Para algunos era una muestra más de su genuino arrepentimiento, para otros una movida fenomenal de sus publicistas.
Felicity Huffman, madre desesperada
Sophia, su hija, que quería inscribirse en la universidad de California, pero el camino del ingreso se presentaba duro y Huffman decidió tomar un atajo…
Según se demostró en la Justicia, la actriz pagó 15 mil dólares para que un supervisor especial se presentara en el hogar y ayudara a la estudiante con sus respuestas, es decir “truchara” la prueba. Un “pago por ayuda extra” conocido como soborno.
La actriz admitió su culpa. Fue sentenciada a pagar 30 mil dólares de multa y cumplir 250 horas de trabajo comunitario. Además la condenaron a cuatro meses de prisión que finalmente fueron dos semanas y otros 12 de libertad supervisada. Ella aceptó todo aliviada, su abogado le había advertido que ese delito se pena con hasta 20 años de cárcel.
“Quiero disculparme con los estudiantes que trabajan arduamente todos los días para ingresar a la universidad y con sus padres que hacen enormes sacrificios para apoyar a sus hijos y hacerlo con honestidad” declaró Huffman y agregó “Me disculpo con mis hijas Sophia y Georgia, y con mi marido Will. Los traicioné”.
El dolor más grande no se lo provocó la sentencia asignada por el juez, ni la difusión de sus fotos con uniforme de convicta sino las palabras de su hija. “Me dijo: ‘Ya no sé quién eres, mamá’. Y me preguntó: ‘¿Por qué no creíste en mí? ¿Por qué no creíste que podía hacerlo yo sola?’”.
Como otras celebridades que cometieron delitos, la actriz aseguró que se sentía “profundamente avergonzada”. Es que las celebridades saben que aunque un juez los condene, la absolución o condena definitiva siempre se las dará el público.
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