“Es un programa muy especial porque recibimos una nueva compañera. Ojalá estemos muchos años trabajando juntos: me gusta que los grupos de laburo se lleven bien. Estoy muy feliz de que te sumes”. De esta manera, con una sonrisa en el rostro, Alejandro Fantino le dio la bienvenida a Marcela Tauro, quien se sumó este lunes al panel de su programa, Fantino a la tarde, tras estar más de un mes afuera de la pantalla de América por su conflictiva salida de Intrusos.
Lo que llamó la atención no fue la presencia de Tauro en el programa –hecho que ya se sabía que iba a suceder– sino la ausencia de Luis Ventura, uno de los panelistas del ciclo. “Lo que están viendo no es barro. Ventura no está porque quedó enganchado en el Puente Pueyrredón. No es que no vino. Eso se terminó. Acá es todo paz y amor”, explicó Fantino. Para los desmemoriados que no recuerden a qué hizo referencia el conductor, es necesario hacer un breve repaso por la historia que distanció a los nuevos compañeros de trabajo.
A mediados de 2014 Ventura se fue de Intrusos en medio de una pelea con Jorge Rial, cuando se supo que esperaba un hijo extramatrimonial con Fabiana Liuzzi. Esta ruptura con el histórico conductor del ciclo de América significó también el distanciamiento con Tauro. Si bien a lo largo de todos los años que trabajaron juntos ya habían tenido roces, este hecho significó el final de su relación, sin vuelta atrás. Hasta ahora...
Para demostrar que estaba diciendo la verdad, Fantino habló vía telefónica con Ventura, quien dijo: “Tu programa se llama Fantino a la tarde, el mío es Ventura, tarde. Salí 40 minutos antes de lo habitual y realmente, te digo, son cuadras y cuadras de cola, todo a paso de hombre. Hay solo dos carriles en Puente Pueyrredón. Se hace todo más engorroso porque hay varios controles”.
Tauro, por su parte, se tomó la situación con mucho humor. “Ahora van a decir que (Ventura) no vino porque vine yo”, dijo, entre risas. Y contó un divertido detalle de su llegada al programa: “Acá tengo unas flores que pensé que eran de ustedes. Me las dan y digo ‘gracias, las llevo al piso’. Pero veo que tiene una tarjeta que dice ‘te amo mucho’. ¡Fantino no me va a poner eso! Ahí me di cuenta de que fue Martín (Bisio, su novio)”.
Más de 20 minutos después del inicio de la emisión, Ventura finalmente hizo su ingreso al estudio y se dio el tan esperado reencuentro con Tauro. “Hola”, se limitó a decirle ella. “¿Cómo te va?”, le respondió él, cortante. Ambos intentaron quitarle dramatismo a la situación, pero la tensión –o por lo menos la incomodidad– se podía percibir a través de la pantalla.
“¿Puedo tocarle el codo o es mucho?”, preguntó Tauro, intentando ponerle un poco de humor a la situación. “No hagamos una novela. Laburemos. Fue un fin de semana muy intenso”, respondió Ventura, y rápidamente se pusieron a hablar del tema más relevante del mundo del espectáculo: la separación de Marcelo Tinelli y Guillermina Valdés.
La última vez que Tauro salió al aire en Intrusos fue el 20 de mayo pasado. Ese día mantuvo un intercambio al aire con Rial por una información sobre el doctor Rubén Mühlberger. “Los cruces de opiniones entre ellos son legendarios. Marcela y Jorge se conocen desde hace más de tres décadas”, contaron por aquel entonces miembros del equipo, bajándole el tono al conflicto. Pero para ella fue el punto final de su extensa trayectoria en el histórico ciclo de espectáculos.
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