Tras casi ocho años de relación, se separaron Marcelo Tinelli (60) y Guillermina Valdés (42). Lo contó esta mañana el conductor con un posteo en su cuenta de Instagram. Y sus dichos marcaron el final de una historia de amor intensa, con vida en casas separadas, una crisis en el comienzo y un hijo en común, Lorenzo, que nació el 18 de abril del 2014.
Sin embargo y como es público, Guillermina no fue la primera mujer importante en la vida del conductor. Y posiblemente no será la última. Repasemos.
Los que conocieron a Marcelo en su juventud señalan como su primera novia formal a Alejandra Garayalde, oriunda de Bolívar, su ciudad natal. La relación había comenzado cuando Marcelo tenía 21 años y ella solo 18. En ese entonces, Tinelli hablaba de deportes en el programa Badía&Compañía, junto a su gran maestro. “Ella no es una chica para salir una vez y nada más. Si andás con Ale, tenés que ponerte de novio”, le advirtieron los amigos de la mujer al conductor y él no dudó en invitarla a salir y comenzar una relación seria.
“Era lo que es ahora: una persona simple, muy romántico y dulce. Nos conocimos de más grandes porque yo de chica viví un tiempo en Buenos Aires. Después me fui para Bolívar. Luego volvimos para Capital y seguimos juntos un tiempo. El estaba con el tema de la salud de su madre. Nos divertíamos mucho. También nos celábamos un poco. Si íbamos por la calle caminando y algunos chicos me decían un piropo, él se enojaba: ‘¡Pero yo estoy acá, al lado tuyo!’, me decía. Igual yo tenía que lidiar con su club de fans”, reveló hace casi 10 años una de las pocas veces que habló el primer amor del conductor.
“Fui reina de la Feria de las Naciones, reina de la Cerveza, del Trigo... reina de todo lo que te imagines”, reconoció Alejandra al diario Perfil en 2011, y aseguró que estuvo ”muy enamorada, creo que fue el amor de mi vida. Lo quiero mucho. Siempre deseo que sea muy feliz. Me río mucho cuando hace payasadas en el programa y me veo muy reflejada en él, en la manera de ver la vida y tomarla con una sonrisa”.
La relación finalizó luego de cinco años. La misma Alejandra explicó los motivos: “Los dos éramos muy celosos. Además, él estaba escalando profesionalmente. Tenía que hacer muchos sociales con la gente y, bueno, por ahí terminábamos peleando. Entonces, yo sentí en un momento que tenía que dejarlo ir para que siga su carrera. Rompimos, yo volví a Bolívar y rehice mi vida. Quedamos en buena relación”.
Entonces llegó a su vida Soledad Aquino, una productora del programa Badía & Compañía. Allí se conocieron. Ella era una adolescente de clase alta criada en Zona Norte y el flechazo fue inmediato. Se casaron en mayo de 1986 y tuvieron dos hijas: Micaela (31) y Candelaria (29). Se separaron en 1993. A esa altura, la fama del conductor crecía a pasos agigantados.
“De golpe apareció alguien, que era Paula... Yo estaba histérica, no entendía nada. Yo era una diosa en esa época y pasó eso. Cuando nos separamos y Marcelo empezó a salir con ella, a mí me costó muchísimo toda esa situación, hice mucha terapia”, confesó Soledad muchos años después, en el programa de Rodrigo Lussich. “De todas maneras, con el paso de los años y el crecimiento de ambos, siempre mantuvieron una relación cordial”, cerró.
Un año después de la ruptura, Paula Robles entró oficialmente en la vida del conductor. La bailarina integraba el staff de Ritmo de la noche como una de las históricas T-Nelly’s. Después de tres años y cuando Tinelli ya no podía caminar tranquilo por la calle, dieron el sí en Macondo, la estancia que el conductor tenía en Baradero, al norte de la provincia de Buenos Aires. Fue el 1º de noviembre de 1997 y ella esperaba su primer hijo.
Juntos tuvieron a Francisco –el 16 de marzo de 1998– y a Juana –21 de noviembre de 2002–, hasta que se separaron en el otoño del 2009. Por entonces, los rumores de nuevos amores del conductor se leían en las revistas con noticias del espectáculo.
“Nuestro vínculo es muy bueno. Los chicos son el vínculo. Hay muy buena onda, muy buena relación. Lo que logramos es un montón. Es algo muy fluido. Hasta con Guillermina, con ella también tenemos muy buena relación. Nuestras hijas son muy contemporáneas, así que son amigas entre sí”, contó Paula hace poco y para salir del perfil bajo que supo mantener desde que se separó del conductor. Y en ese entonces agregó: “Tratamos de desarrollar el vínculo más sano, más fácil. Aprovechás la vida. Es ir liviano. Ser liviano es un compromiso y ese compromiso tiene su profundidad. Se trabaja para eso”.
Después de Paula apareció Sol Calabró. La bomba con la primera foto estalló durante el verano de 2011, en Punta del Este. Algunos afirman que entre ellos había algo desde mucho tiempo antes. Sol era una empleada en el área de marketing de Ideas del Sur, que había empezado como secretaria. Había estado casada y fue, sin dudas, la novia de Tinelli con perfil más bajo.
“Mi vida no cambió. Sigo viviendo en el mismo departamento, tengo el mismo auto y no tengo custodia, ni nada. En Ideas del Sur hago el mismo trabajo, no tengo horario especial ni sueldo extra. Son las reglas del juego, lo entiendo, pero detesto el avasallamiento porque ante todo soy una persona”, declaró Sol Calabró una de las pocas veces que habló públicamente de su vínculo con el conductor. Y fue más lejos. Se rió sobre su parecido con Paula Robles que todo el mundo marcaba. “¿Por qué habría de molestarme? Si es cierto. ¡Soy más parecida a Paula que a mi propia hermana!”, apuntó cuando todavía salía con Tinelli.
Después de algún tiempo soltero y múltiples romances no blanqueados, Guillermina Valdés llegó a su vida. La primera foto juntos de Marcelo y la actriz apareció durante la primera semana de agosto de 2012. Se los veía saliendo en auto de Le Parc, la torre donde el conductor tenía su casa. La sorpresa fue grande. Todo se confirmó muy pronto.
Se conocían hacía un tiempo. Tinelli había sido socio de Sebastián Ortega, el productor y primer esposo de Guillermina, padre de sus tres hijos –Dante (19), Paloma (17), Helena (15)–. Arrancaron el noviazgo, con la actriz Paula Kohan como una de las celestinas.
A partir de ese momento, el conductor se atrevió a hablar de su relación en Showmatch y se dejó ver con Guillermina. Sortearon una crisis de diciembre del 2012 a febrero del 2013 y después sí, se consolidaron. Iniciaron una peculiar convivencia en departamentos separados por un par de pisos, en la misma torre de Palermo. Los hijos de la actriz –que había empezado su carrera como modelo– se amalgamaron de maravilla con los de Tinelli. Y así le dieron solidez a los casi ocho años de relación de pareja que este fin de semana llegó a su fin.
En una de sus entrevistas, hace poco más de un año cuando el conductor le regaló un anillo de compromiso, la empresaria confesó por qué la relación con Marcelo era distinta. “¡Me siento más apasionada! Después de haber vivido tanto, y ya limpia de cuestiones muy de la cabeza (planteos y manejos), una sabe que puede no atarse a ninguna historia”, dijo a la revista Gente.
“Siento que hoy elijo con quien y cómo compartir, con convicción plena. Y esa libertad de elección y de acción hace atractivo cualquier vínculo. Cuando ese elegir es sano y legítimo, decís: ‘quiero morir al lado de esta persona'. Eso es el amor”.
Contó, además, cómo sentía ese amor por Marcelo. “En una relación de aprendizaje mutuo y permanente”. Y admitió haber descubierto junto a él, un nuevo modo de amar, “más adulto, más elegido”.
Pero la clave que subrayó en esta relación madura, fue la comunicación: “Marce y yo, que venimos de palo diferente, logramos tener un gran diálogo. Nos decimos todo. Lo que gusta y lo que no. Y aunque eso derive, tal vez, en algunos días de distancia. Con los años aprendí a no pedir, a no demandar: la cuestión está en decir lo que me pasa”.
Este domingo, la separación de la que se habla desde hace unos meses, se confirmó en boca del mismo Tinelli. En su cuenta de Instagram, el conductor cerró ocho años de amor con estas palabras:“Hola a todos quería contarles que con Guillermina, estamos atravesando una crisis y hemos decidido separarnos, después de estos casi 8 años maravillosos que vivimos. Sentimos que es lo mejor para los dos, y compartiremos un hijo maravilloso y amado, que va a tener siempre a sus papás presentes. Mil gracias a todos por el amor infinito que nos dan en todo momento. Los quiero”.
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