La semifinal de Bake Off, emitida el domingo pasado por Telefe, estuvo envuelta en un clima por lo menos tenso. A lo largo de la última semana estuvieron circulando fuertes versiones de un posible fraude que beneficiaría a Samanta Casais, una de las participantes que sigue en carrera para consagrarse como la mejor pastelera amateur de la Argentina.
Sucede que se puso en duda si ella es realmente una pastelera amateur: una de las condiciones indispensables para participar del reality gastronómico conducido por Paula Chaves. A través de las redes sociales comenzaron a circular imágenes que la muestran a Samanta trabajando en una confitería, e incluso presentando sus trabajos como pastelera en televisión.
Además, la joven publicó fotos en las redes sociales mostrando las refacciones que hizo recientemente en su cocina. Muchos tomaron esas imágenes como un indicio del destino que le habría dado a los 600 mil pesos que entrega como premio el programa, que fue grabado a mediados del año pasado.
Como si eso fuese poco, desde la cuenta de Twitter de Telefe, el canal que emite el programa, se publicó por error un video con el anticipo de la emisión final del certamen. En el mismo aparecen los tres participantes que -tal como se pudo ver en el programa del domingo- llegaron a la final. Un auténtico spoiler.
Con todos estos condimentos se emitió la semifinal, en la que Samanta Casais, Damián Pier Basile, Agustina Guz y Agustina Fontenla se sometieron a tres desafíos bastante específicos. El primero, a pedido de la integrante del jurado Pamela Villar, fue una clásica isla flotante, en la que todos lograron deleitar al jurado con su sabor, pero no pudieron sorprenderlos con la decoración.
En medio del desafío, Agustina Fontenla tuvo algunos inconvenientes para llevar a cabo su preparación y, si bien entre los participantes se suelen ayudar, no recibió el auxilio inmediato de sus colegas. En las redes sociales, muchos manifestaron que Samanta debería haber tenido una actitud de mayor compañerismo, ya que en otras ocasiones, cuando ella se enfrentó a otros obstáculos con su preparación, Agustina rápidamente la ayudó.
Twitter no tardó en llenarse de mensajes al respecto y convirtieron en trending topic no solo a Samanta, sino también a las palabras “la odio”. En las redes se juntaron la decepción por el supuesto fraude y esta actitud de la participante: los usuarios manifestaron su bronca a través del humor.
El segundo desafío le dio el toque francés al programa. Como no podía ser de otra forma, fue propuesto por Christophe Krywonis: los participantes debieron hacer un París-Brest, un típico postre del país europeo del siglo XVIII. Los resultados dejaron satisfecho al jurado: “Hubo algunas imperfecciones pero realmente los cuatro demostraron que están en una semifinal por algo. Hubo un muy buen nivel en general”.
Por último, a pedido de Damián Betular, los cuatro semifinalistas debieron preparar una caja de 48 bombones. Nuevamente, los resultados fueron satisfactorios. “A esta altura del certamen el que quiere seguir en carrera para ser el gran pastelero amateur tiene que saber elaborar una caja de bombones, y tener la creatividad suficiente para elaborar el relleno”, dijo el jurado.
Después de analizar los resultados de los tres desafíos, el jurado se reunió y debatió sobre cuáles debían ser los tres participantes elegidos para llegar a la gran final de Bake Off. El suspenso de la televisión se mezcló con los nervios y los memes de las redes sociales -compañía indispensable, junto a algún postre, para mirar el reality-. El resultado lo había anticipado el tuit de Telefe: Agustina Fontenla fue eliminada y, por lo tanto, Samanta, Damián y Agustina Guz están en la gran final.
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