Pocas cosas unen a la Argentina con Suecia y la música, en contadas ocasiones, ha sido una de ellas. Después de Abba y de Roxette, una banda de pop, otro grupo mixto en un mar de agrupaciones exclusivamente masculinas, conquistó las radios, las discotecas y la televisión argentina. Dos chicos, dos chicas, letras en un inglés forzado y canciones sencillas, pero pegadizas, fueron suficientes para que Ace Of Base pegara fuerte en la década del 90, lograra récords de ventas y dejara una marca indeleble en el inconsciente colectivo.
En las escuelas suecas el inglés se da como segundo idioma, por eso el país tiene uno de los porcentajes más altos de personas que hablen esa lengua que cualquier otro país (que no sea angloparlante). Este dato, sumado al objetivo que tienen la mayoría de los artistas de llegar a un público más amplio deja en claro por qué los suecos cantan en inglés y Ace of Base no fue la excepción.
El cuartero nació en Gotemburgo, la segunda ciudad importante después de la capital sueca, Estocolmo. En medio de este paraíso nórdico rodeado de parques y canales que alegran la zona, Ulf Ekberg y Jonas Berggren decidieron que querían formar una banda. Los primeros noventa sonaban a tecno así que allá fueron a ver qué podían inventar. Los chicos se habían conocido en el colegio y no daban con una buena voz para su proyecto. La solución no estaba tan lejos, las hermanas de Berggren, Jenny y Malin iban a ser la nueva incorporación para la formación definitiva.
En un juego de palabras que incluye ases y sótanos, el grupo justamente nació de un subsuelo, donde ensayaban. Berggren tocaba teclados, Ekberg la guitarra, las chicas cantaban y también componían y los cuatro echaban mano a sintetizadores y cajas de ritmos, la marca registrada del cuarteto. Antes de mostrarse al mundo tenían que pasar por Estocolmo y por eso decidieron enviarle un demo a Denniz Pop, un productor de moda que empezaba a trabajar con los mejores. “¡Escucha nuestra cinta y llámanos! Ace of Base”, decía la nota y Denniz no tuvo más remedio que hacer caso.
Él mismo Denniz contó años más tarde que una noche, cuando salió de la productora, se llevó el casete y lo puso en el estéreo de su auto para escuchar de vuelta a casa. El productor encontró potencial, pero algo faltaba y lo peor es que la cinta se atascó y no la podía sacar. Ahí quedó hasta que al otro día pasó a buscar a su coproductor, Douglas Carr, para ir juntos al estudio donde trabajaban. Cuando Carr se subió, estaba sonando Ace of Base: “Estábamos bromeando en el auto, riéndonos de la calidad del demo”. Según contó Carr al sitio web Slate, eso sucedió durante dos semanas “hasta que un día Denniz escuchó algo en la canción, vio una manera de unir la melodía al ritmo, dividir todo en elementos básicos y luego superponerlo todo”.
“¡Creo que voy a producir esto!”, terminó diciendo Denniz, a quien el cansancio o el destino ya le habían ganado. Para mediados de 1992, pleno verano en el hemisferio norte, Ace of Base ya empezaba a pegarla con “Wheel of Fortune”. Cuando el otoño empezaba a asomar, el grupo ya estaba en Estocolmo para grabar con Denniz su primer gran hit de alcance mundial, el que había empezado a sonar en el auto del productor y que ahora se llamaba “All That She Wants”.
“Jonas y yo somos buenos en las melodías, pero sucedieron muchas cosas en la pista. Denniz era muy bueno borrando cosas y haciendo que el sonido fuera más limpio y simplificado. Creo que nos quitó el 50 por ciento de nuestra instrumentación”, recordó Ekberg en la nota de Slate. Denniz tenía fascinación por hacer todo más simple, lograr una simplicidad que parezca hasta trivial era su búsqueda y con Ace of Base lo logró. Las voces lánguidas de Malin y Jenny terminaron de hacer el trabajo.
Las letras no tenían mucho sentido y Ekberg lo confirmó cuando dijo: “Creo que fue una ventaja para nosotros que el inglés no fuera nuestra lengua materna porque somos capaces de tratar el inglés de manera muy respetuosa y simplemente buscar la palabra que suena bien con la melodía”. Así de fácil. Happy Nation fue el primer disco del grupo y enseguida trepó a los primeros puestos de Suecia y la vecina Dinamarca. Para 1993 ya habían conquistado Europa, pero seguían pendientes de poder ingresar en Norteamérica. En medio de la oleada grunge, los suecos pop se hicieron un lugar y firmaron con Arista, un sello ligado al R&B que no se quiso perder la chance de facturar millones. “All That She Wants” era un éxito seguro.
Luego llegó “The Sign”, otro hit, y con este la fama mundial, las giras, los fans enloquecidos. A comienzos de 1994 el estudio mayor de Telefe, en Buenos Aires, se dio el lujo de tener a Ace of Base en vivo. Marcelo Tinelli los recibió en Ritmo de la noche, el programa que conducía los domingos y un público enardecido acompañó desde la clásica tribuna. El cuarteto no tocó en vivo, fue más bien una presentación promocional, pero quienes sí cantaron fueron las personas que desde las gradas tapaban todo con sus voces dejando al playback casi inaudible.
El trauma
Esas demostraciones de afecto desmedidas por parte de los fans tendrían su momento fatal el 27 de abril de 1994. Jenny Berggren dormía en su cuarto de la casa familiar de Gotemburgo cuando sintió una presencia extraña en su habitación. Lo de Jenny no fue un sueño, sino la visita inesperada de Manuela Behrendt, una seguidora de Ace of Base a la que no conocía y que la estaba intimidando con un cuchillo. Indefensa y amenazada, la cantante se dejó llevar por la agresora hasta la habitación contigua donde dormían sus padres. El señor Berggren pudo apresarla sin sufrir consecuencias, pero su esposa tuvo varios cortes en las manos después de forcejear con la intrusa.
Behrendt, que era una alemana de 21 años, cumplió una condena en prisión y le fue denegado el ingreso a Suecia aun cuando hubiera recuperado su libertad. Aunque Jenny fue quien sufrió el ataque en carne propia, su hermana Malin (también conocida como Linn) quedó traumada para siempre. A partir de ese momento dejó de participar en las entrevistas que les hacían e incluso cambió su postura corporal en fotos y en vivo: ya no cantó más adelante, junto a su hermana, y buscó la protección del teclado al fondo del escenario.
Cuando salió The Bridge (1995), el segundo álbum del grupo, la voz principal quedó directamente a cargo de Jenny. Los viajes por todo el mundo seguían, el éxito era imparable, pero Linn estaba cada vez más ausente, a veces se llegaban a presentar como un trío. En 1998 se bajó del proyecto y continuó solo Jenny al micrófono, aunque no por mucho tiempo. Como trío, Ace of Base duró un poco más, hasta que Jenny se dio cuenta de que no tenía mucha cabida. Ulf Ekberg y su hermano Jonas Berggren no la dejaban participar de la composición ni la llamaban para ensayar, así que optó por iniciar una carrera solista.
Ulf y Jonas, ni lerdos ni perezosos, salieron a buscar sangre joven y pusieron a dos nuevas cantantes al frente del grupo, sin el permiso de Linn y Jenny, que eran tan dueñas del proyecto como ellos. “No me querían”, dijo la morocha en una entrevista con el diario sueco Aftonbladet. Como ninguna de las dos hermanas estuvieron de acuerdo en que continuaran usando el nombre del grupo con otra formación, siguieron avanzando como Ace.Of.Base. Bajo este nombre con puntos en el medio, Jonas y Ulf sacaron The Golden Ratio en 2010, un disco que pasó sin pena ni gloria, para el que sumaron las voces de Clara Hagman y Julia Williamson, en reemplazo de las hermanas Berggren.
La mancha nazi
Ace of Base no es una banda que se haya caracterizado por promover ninguna ideología, sino más bien todo lo contrario: sus letras no decían mucho, sus músicos menos. La sorpresa llegó cuando el grupo ya estaba perdiendo a Linn y buscaba volver a encontrar su cauce. Ulf Ekberg antes de unirse a los hermanos Berggren había formado parte de una banda punk con tendencias skinheads. El grupo llamado Commit Suiside (así con falta de ortografía y todo) entonaba estrofas como: “Los hombres con capuchas blancas marchan por el camino, nos divertimos cuando aserramos las cabezas de los negros / ¡Inmigrante, te odiamos! ¡Fuera, fuera, fuera, fuera! ¡Gente nórdica, despierta ahora! Dispara, dispara, dispara, ¡dispara!”.
La lírica reaccionaria fue publicada en el sitio de noticias HuffPost, donde también se lo relaciona a Ulf con Anders Klarström, también partícipe del grupo punk, que terminó condenado por posesión ilegal de armas de fuego y por amenazar a un actor con prenderlo fuego y llamándolo “cerdo judio”. Ekberg se mostró arrepentido de su pasado y en 2017, cuando en HuffPost le dieron su derecho a réplica expresó: “Tenía una banda llamada Commit Suiside, pero no escribimos ni interpretamos las canciones en cuestión y nunca he sido miembro de los demócratas suecos, sin embargo, los errores de la adolescencia que cometí en términos de mis ideas elegidas en ese momento fueron desafortunados y si hubiera vivido esos días nuevamente, ¡habría hecho las cosas de manera muy diferente! Lamento profundamente cualquier dolor y decepción que esto haya causado a nuestros fanáticos y quiero dejar muy claro que Ace of Base nunca compartió ninguna de estas opiniones y se opone firmemente a todas las posiciones extremistas tanto del ala derecha como de la izquierda”.
Después del fallido disco con las cantantes nuevas, Ace of Base no ha dado mucho más que hablar. En 2015 sacaron un álbum recopilatorio llamado Hidden Gems y las relaciones familiares mejoraron, pero ya nada volvió a ser como antes. Ulf se dedicó a la tecnología, Jenny canta canciones de Ace of Base cuando la convocan en algún festival, Jonas sigue componiendo y Linn es un misterio.
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