Puede que esta nota sea un mal trago para los fieles seguidores de El gran premio de la cocina. Que lo aquí contado deje un sabor agridulce. Y que hasta sea -por qué no- casi una patada en el hígado. Y es que el romántico intercambio que Carina Zampini y Christian Petersen construyen a diario en el ciclo de El Trece es el plato fuerte de las tardes televisivas. Sin embargo, es apenas eso: un juego para la pantalla chica.
“Con Carina nos divertimos. Y parte del juego es decirnos cosas lindas y chichonear un poco entre nosotros”, le explicó Petersen a la periodista Fernanda Iglesias, en Esto no es Hollywood, de Radio del Plata. Esa propuesta de recrear un escena entre ellos surgió por la propia esencia de Zampini, una de las actriz de telenovelas más respetadas de su generación. Pero claro, el cocinero muchas veces no comprendía cómo debía desempeñarse en ese juego de seducción. “Al principio me costaba. ¡Nunca sabés si te está hablando en serio o no! -reconoció-. A veces ella me miraba a los ojos y me decía cosas y yo pensaba: ‘¿Qué está pasando?’”.
Presos del talento de ella y del oficio de él, la mayoría de los televidentes terminó creyendo que entre Christian y Carina el asunto iba en serio. Pero no. Nada de eso. Petersen contó que muchos le preguntan si existe un romance, y su respuesta es la misma que le dio a Iglesias: “Tengo una novia. Se llama Sofía”.
Informado el nombre, aquí aportamos el apellido: Zelaschi. Y casualmente, fue participante de la primera edición de El gran premio de la cocina. Alcanzó la final, pero no pudo irse victoriosa. Dejó el programa habiendo conocido a Petersen, con quien comenzó un romance. Mamá de un niño (tiene su cara tatuada en un brazo), Sofía tiene 25 años. Y también es cocinera como su pareja (trabaja en uno de sus restaurantes), pero no es tan celosa como él lo era a su edad, según lo admite... el propio Christian, claro.
“Esto le divierte, no le afecta -dice el chef sobre la reacción de su pareja respecto al coqueteo en pantalla con Zampini-. ‘Si te molesta, no lo hago más', le dije. Pero me dijo que no le molestaba. Es abierta, con otra mentalidad. No es tan celosa como era yo a esa edad. Es más libre. Además, como trabajó conmigo en la tele, sabe lo que pasa”.
Con Carina llegó a besarse en el programa. Sucedió a fines de abril, cuando emularon ser una pareja de recién casados. “¿Y el beso?”, reclamó Petersen; sus palabras fueron correspondidas por quien mucho sabe de simular como reales los besos de ficción más apasionados.
Este lunes, al abrir la octava temporada de El gran premio..., los dos hablaron de su relación sentimental frente a viejos participantes del reality (no estaba Sofía). “Tenemos como una especie de poliamor -definió la actriz-. Es una relación en la que lo único que hace falta es que las personas que son parte estén de acuerdo”.
Pero el acuerdo -se ha dicho- es otro: lejos del poliamor que en un momento Florencia Peña colocó en la escena pública, por ejemplo, Christian y Sofía mantienen el pacto de comprender que lo que sucede en el ámbito televisivo, allí queda. Al fin, el único amor que trascendió el ciclo fue el de ellos. Aunque a muchos seguidores de El gran premio... podrían encontrar esta nota un sabor que no los satisface.
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