Después de un verano que estuvo lejos de alcanzar las expectativas, los planes de los trabajadores de la industria teatral se vieron derrumbados ante la pandemia por el coronavirus, que obligó a cerrar las salas y detener por completo la actividad. Pocos días después de que Alberto Fernández decretara la cuarentena obligatoria, el productor Carlos Rottemberg realizó un pronóstico desalentador: “La temporada 2020 está perdida y me parece oportuno que entre nosotros sepamos eso, porque es la manera de poder calcular también desde lo económico cómo vamos a llegar cada uno en su empresa”.
Las semanas siguen pasando y la situación, en términos reales, no ha cambiado para el rubro. De todas formas, aunque parezca una obviedad, la mitad del vaso lleno no permite mentir: falta menos para volver a los escenarios. Con ese objetivo está trabajando la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET), que confeccionó un protocolo que fue presentado ante autoridades del Ministerio de Salud, con vistas a establecer una normativa que regirá a nivel nacional post cuarentena, para que vuelvan a abrir las salas.
Por estos días se está trabajando en la habilitación al ingreso a las salas para poder ensayar y realizar tareas de mantenimiento y transmisiones por streaming. La siguiente fase sería con público reducido, primero un 50 por ciento de la capacidad de las salas; para luego pasar al 75 por ciento y, finalmente, con aforo completo.
Para los fanáticos del teatro las esperanzas de volver a las salas se agiganta no solo por la presentación del protocolo, sino también por la faja que colocó el Multiteatro COMAFI sobre su marquesina.
Desde que comenzó la cuarentena, el cartel reza: “Bajemos el telón para cuidarnos. Habrá tiempo para volver al teatro”. Este sábado se colocó una faja roja con una afirmación que no pasa desapercibida: “¡Falta menos!”
A dos meses y medio de su pronóstico desalentador, Carlos Rottemberg, productor teatral y dueño de la sala de la Avenida Corrientes, se refirió a la situación actual de la industria y a la decisión de colocar esa faja: “Cuando manifesté que el año teatral estaba perdido en marzo, ‘debut y despedida’ de la temporada 2020, fue porque no se conoce que de todo el movimiento teatral en un año en el país, el 80 por ciento de los espectadores concurren en el semestre abril/septiembre; y solo un 20 por ciento en el semestre octubre/marzo, fundamentalmente sostenido por los veranos de Mar del Plata y Carlos Paz”.
“En el semestre abril/septiembre no solo se presenta el fuerte de la cartelera de Buenos Aires, se desarrolla todo el teatro independiente de la Argentina: la programación oficial de teatros públicos, las giras nacionales por provincias, más el epicentro de vacaciones de invierno, sumando al público adulto el infanto juvenil. Por eso cuando una pandemia impacta en ese semestre, el año para la industria teatral es irrecuperable”, aseguró.
En ese sentido, se refirió a la necesidad de reactivar de a poco la industria para que la temporada siguiente no corra riesgos: “Sin prejuicio de eso manifesté en marzo que sería importante poder abrir en primavera, no para salvar la actividad desde lo económico en temporada baja, sino para ‘adelantar el miedo’ y no empezar a hipotecar también la temporada 2021. La 2020 dejó de tener expectativa en marzo, lo que tampoco impidió que nunca me planteara la dicotomía entre salud y economía, sin dejar de mirar con el otro ojo las vicisitudes económicas de artistas y empresas. Complicado y delicado equilibrio, sin dudas”.
“Hoy, con el pequeño avance de protocolos presentados, siento que estamos en la mitad del recorrido. Consecuencia de ese sentir es el cartel que estamos colocando sobre la Avenida de los Teatros”, afirmó, esperanzado, Rottemberg.
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