“Lo que el viento se llevó es un producto de su tiempo y refleja algunos de los prejuicios étnicos y raciales que han sido comunes, desgraciadamente, en la sociedad estadounidense. Estos retratos racistas eran equivocados entonces y lo siguen siendo hoy, y sentimos que mantener esta obra sin explicarlos y denunciarlos sería irresponsable", dijeron en los últimos días desde HBO para contar los motivos por los que habían decidido sacar del catálogo el clásico filme de 1939.
La película transcurre durante la guerra de secesión estadounidense, entre 1861 y 1865. Cuenta la historia de Scarlett O’Hara (Vivien Leigh), una joven rica y acomodada cuyo status se ve afectado por los acontecimientos políticos y que se enamora de Rhett Butler (Clark Gable).
En el contexto de Scarlett, además de su hermana y de su padre, estaban las criadas de la familia, Mammy y Prissy, interpretadas por Hattie McDaniel y Butterfly McQueen, respectivamente. La primera de ellas, hasta se encargaba de vestir a la protagonista y era de a momentos una especie de consejera para la joven “Escarlata”, como ella la llamaba.
Al momento de su estreno, el filme fue calificado por la crítica como “racista” ya que su forma de mostrar el trato de los O’Hara hacia sus criadas “resaltaba la esclavitud”. Sin embargo, era una de las primeras veces que Hollywood le daba espacio a artistas afroamericanos, incluso Hattie McDaniel fue la primera afroamericana en la historia en ganar un Oscar, luego de que la Academia la destacara como Mejor Actriz de Reparto.
A pesar de haber ganado la estatuilla, ni ella ni su compañera McQueen estuvieron en el salón principal con el resto del staff del elenco. Meses atrás, cuando la película estrenó con una gran fiesta que duró tres días en la ciudad de Atlanta, ellas habían sido las grandes ausentes. El mismo Gable se solidarizó y amenazó con no ir al estreno si no estaba su compañera, pero fue ella quien lo convenció de que él debía estar.
En un país segregado, la mujer que interpretó a Mammy tampoco conseguía el apoyo del resto de la comunidad afroamericana que veía como “indignos” los personajes que le tocó interpretar.
Apartada de sus compañeros de Hollywood, el nombre de McDaniel, quien murió en 1952, quedará en la historia del cine para siempre, donde supo ganarse sus dos merecidas estrellas en el paseo de la fama. Por su papel en la película de Victor Feming y otros tal vez no tan recordados, fue duramente criticada, ya que la acusaban de “encasillarse” en el rol de “buena criada”, a lo que ella con su humor e ironía respondía: “Prefiero actuar de sirvienta y ganar 700 dólares semanales que ser una sirvienta y ganar 7”.
Nacida en Kansas en 1895, Hattie era hija de padres esclavos liberados y en 1930 se fue a vivir a Los Ángeles, donde trabajó como empleada doméstica, aunque su plan y su sueño eran otros: llegar a la pantalla grande. Oportunidad que llegó dos años más tarde.
Aunque anteriormente había trabajado en la compañía de uno de sus hermanos, recordó la primera vez que subió a un escenario: “Alguien me dijo que en el hotel Suburban Inn de Sam Pick buscaban una asistente para el baño de mujeres. Salí corriendo y cogí el trabajo. Una noche, cuando todos los artistas se habían ido, el gerente pidió que algún voluntario se subiese al escenario, pedí una canción a los músicos y comencé a cantar. No volví a trabajar en los baños. Durante dos años protagonicé el espectáculo del local”.
Varios años después de Lo que el viento se llevó, se convirtió en la primera afroamericana en tener su programa de radio propio, ciclo que se canceló debido a sus problemas de salud. En 1950 sufrió un infarto y tras su recuperación, le diagnosticaron cáncer de mama. Murió en octubre de 1952 a los 57 años y sin dinero, a pesar de haber participado en más de trescientas películas (aunque solo en menos de un tercio figuró en los créditos) y de ser parte de la historia del cine.
Sus restos no pudieron ser depositados en el cementerio Hollywood Forever, donde ella había expresado que deseaba que reposaran, ya que a mediados del siglo pasado el lugar no aceptaba afroamericanos. Sin embargo, años más tarde luego de que la sociedad avanzara con la inclusión de los derechos de los afroamericanos, pusieron una placa en su honor.
Sus personajes estaban encasillados, es cierto. Pero ella, persona, más allá de sus interpretaciones, se puso una meta y luchó hasta cumplirla, supo hacerse un espacio en un contexto de tiempo y lugar donde no había margen para los afroamericanos en el cine y su nombre quedará en la historia.
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