Breaking Bad, la serie creada por Vince Gilligan no sólo nos regaló una de las mejores ficciones de la historia sino a varios personajes secundarios que supieron ocupar un lugar importantísimo dentro de la trama. Junto a Walter White y Jesse Pinkman, los nombres de Saul Goodman, Mike, "Los primos o Gustavo Fring formaron parte de esos personajes inolvidables. De hecho la serie contó con un spin-off, Better call Saul en el que varios de estos roles volvieron a tomar vida.
Giancarlo Espósito supo ser el dueño de “Los Pollos hermanos” y su Gus Fring se mudó también a la serie protagonizada por el contrvertido abogado Saul Goodman. Pero ahora el actor se animó a darle vida a un personaje real: Adam Clayton Powell, el reverendo y congresista que lideró el movimiento afroamericano junto a Malcom X y Martin Luther King, y la lucha por los derechos civiles.
En Godfather of Harlem, la serie de Fox Premium que estrena este 19 de junio a las 23, acompaña al ganador del Oscar, Forest Whitaker, que interpreta al mafioso Bumpy Johnson, uno de los jefes de la mafia afroamericana más notorios de los Estados Unidos. El resto del elenco lo completan Nigél Thatch como Malcolm X,Vincent D’onofrio y Paul Sorvino, entre otros.
En comunicación con Teleshow, Espósito nos contó sobre el desafío de interpretar y darle vida a este hombre que no fue tan reconocido mundialmente, pero que se consagró como un emblema de la lucha de los derechos civiles en los Estados Unidos.
—¿Conocías al personaje de Adam Clayton Powell Jr. antes de sumarte a la serie Godfather of Harlem?
—Estaba muy familiarizado con el personaje porque crecí en Harlem (New York). Hay una calle de hecho que se llama Adam Clayton Boulevard. Mi mamá era muy religiosa, iba mucho a la iglesia donde él daba sus discursos y siendo un niño pequeño, Adam Powell era sólo un predicador. Pero cuando fui creciendo me di cuenta que era uno de los líderes más importantes en el país. Y marcó la vida de muchos afroamericanos en su época, incluso lideró reclamos y protestas de asiáticos. Pero cuando empecé a investigar su vida para esta serie tomé realmente noción sobre lo que significó para los años 60. Estoy muy feliz de estar en esta serie porque puedo contar una historia que es extremadamente contemporánea hoy en día.
—Adam Powell tenía una personalidad contradictoria ya que por un lado luchaba por los derechos civiles pero por otro lado tenía sus descuidos y vicios…
—El desafío fue interpretar a un hombre que era profesional (abogado y también congresista) pero también era un ser humano y quería vivir su vida. Él pensaba: si los blancos podían hacer lo que querían, engañar, mentir, ¿por qué él no podría hacerlo?. Adam siempre fue transparente: parte de su filosofía era hacer lo que quería, siempre ser él mismo, lo que también implicaba, tomar, fumar, amar a muchas mujeres... Fue un ser humano muy complejo. Por eso fue muy emocionante para mí interpretar a alguien que no se avergonzaba de lo que realmente era. La gente no conoce a Adam Clayton Powell como conocen a Martin Luther King o Malcolm X. Por eso mi responsabilidad, era dar a conocer a este hombre. Durante mi investigación, leí los discursos de Adam Clayton Powell y recordaba en mi mente los discursos de Martin Luther King y al compararlos me di cuenta que ¡tenía las mismas líneas! Entonces me di cuenta que era rivales porque ¡se robaban los discursos!. Pero a pesar de eso, se respetaban. Lamentablemente la gente recuerda más a King que a Clayton Powell.
—¿Crees que este doble discurso hizo que la gente no lo recuerde?
—No sé. La idea de Adam era “Como cambiar el mundo y la sociedad”, a pesar de todos sus vicios. Era un hombre que decía lo que pensaba, ¿Cuántos de nosotros decimos realmente lo que tenemos en nuestra mente? Vivimos en un mundo donde la verdad no sale a la luz. Vivimos en Instagram, Twitter, Facebook subiendo actividades de nuestra vida pero no sabemos realmente quiénes son esas personas.
—Un personaje inolvidable para todos los amantes de la serie fue tu villano de Breaking Bad, Gustavo Fring el dueño de “Los Pollos Hermanos”, ¿Qué aprendiste de Gus?
—Yo estoy muy feliz de haber creado con Vince Vaughn a Gustavo Fring. Él era un personaje que se tomaba su tiempo antes de contestar. Me enseñó que actuar no es solamente memorizar una líneas, sino es aprender el ritmo de la personalidad de cada rol, es aprender el tiempo y entender las ideas y la visión del guionista. Y me di cuenta, al interpretar a Gustavo, que sus líneas estaban perfectamente escritas, y los actores amamos cuando pasa esto, pero también nos gusta poner nuestras propias palabras (risas). Y nuestro ego nos hace creer que lo haríamos mejor que lo que los guionistas pensaron. Y llevando a Gustavo a mi vida real, nosotros los seres humanos, nos leemos en nuestras miradas, gestos y sabemos cuándo hay una amenaza de algo en esas lecturas e inmediatamente sabemos si debemos estar a la defensiva o ser amables, sabemos cuál es la intención en su mirada o en su voz. Yo puedo decirte que soy una buena persona pero vos realmente ves si eso es real. Y eso me lo enseñó Gustavo.
—¿Y Cómo cambió tu vida después de Breaking Bad?
—Mira, realmente fui muy bendecido, sobre el camino que tomó mi carrera después de Breaking Bad. Tuve la oportunidad de mi vida en esa serie. Es como nunca lo solté a Gustavo, porque lo seguí haciendo en Better.... En seis u ocho episodios voy a terminar mi participación en esa serie y formará parte de mi pasado. Y seguramente será una triste pérdida. Tendré que dejar de interpretar a este hombre introspectivo, intimidante, que no expresa sus sentimientos.
—¿Creés que Godfather of Harlem servirá para entender los conflictos surgidos luego de la muerte de George Floyd y el #BlackLivesMatter ?
—Lo que pasa en nuestro país es inhumano. Y no tiene color lo inhumano. Estuve pensando toda esta última semana cómo mi visión sobre las mujeres ha cambiado, porque hoy en día las mujeres están en la primera línea de lucha más que nadie. Vi la gran familia de la humanidad diciendo que esto no puede seguir. Es criminal. Yo soy afroamericano padre de cuatro hijas mujeres y debo aprender algo para ellas también. Yo crecí con un padre dominante, patriarcal, sexista, yo lo amo, pero creció en una época diferente donde esas cosas se aceptaban. Mis hijas deben encontrar quiénes son dentro de este mundo, cómo van a ser de adultos y como futuras madres. Pero, ¿qué podría decirles cuando me preguntan si podían marchar en protesta por la muerte de Floyd? No podía negarme. Yo tenía miedo por la policía, por el coronavirus, pero entendí que debían hacerlo. Pero me molestaba conmigo mismo por no haberles podido decir que temí siempre por mi vida, por todas la veces que me paró la policía y me tiró al piso, o todas las veces que me dijeron “negro”. O las veces que la policía me pedía la licencia de conducir y cuando me veían el nombre me decían: “Ay te ví anoche en tal serie, seguí de largo, no hay problema”. ¿Eso es un privilegio porque me veían en la televisión? ¿De no ser así habría terminado en la cárcel?. Por eso compartir el dolor de nuestras experiencias, debe servir para transformarnos nosotros y movernos de ese dolor. Aplaudo cuando la gente protesta unida, contra la violencia de los policías y los políticos. Todo eso debe parar. Porque la gente decente no debe tener miedo. La gente no va a aguantar más estas cosas. Yo no es más un enfrentamiento entre tú y yo sino una unión de “nosotros”.
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