Para Cristian Castro se cruzan dos circunstancias: un deseo personal, y una realidad ligada al entretenimiento. “Quiero actuar”, anuncia, como si tal cosa, respecto a sus ganas, que quizás pueda rastrearse en su ADN, siendo hijo de la prestigiosa Verónica Castro y sobrino de Ramón Valdés, el recordado Don Ramón de El Chavo del 8.
Casi justificándose, Cristian habla entonces de que “muchos cantantes se dieron el lujo de actuar en el pasado”. Sin dar nombres, remarca esa situación temporal: ocurrió años atrás. Porque la escena se modificó. Y aquí asoma la otra circunstancia. “Había más espacios; ahora creo que se cierran los espacios: se llenó de actores, de cantantes, y es difícil sobresalir", dice el músico de 45 años en diálogo con su amigo Maxi Pardo para el programa Con amigos así, de KZO. Con Pardo -también cantante- grabó el dueto “Ahora mismo”, cuyo video acumula más de tres millones de reproducciones.
A través de una videollamada desde San Francisco (está radicado en Estados Unidos: tiene una casa en Malibú desde hace diez años), Castro se entusiasma con un proyecto que podría concretarse el año próximo. "Ojalá se pueda dar -dice, ilusionado-. Quiero hacer un largometraje en Argentina. ¡Y la vamos a romper!”.
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Aunque su carrera artística lo convirtió en ídolo de la canción romántica, cimentado en el éxito del hit “Azul”, lo cierto es que Castro dio sus primeros pasos en la actuación: tenía apenas seis años cuando hizo un papel en la telenovela El derecho de nacer, en 1981. Incluso llegó a recibir la distinción como mejor actor infantil, que entrega la Asociación Nacional de Críticos de Teatro de México, por su rol en la comedia musical Mame.
En 1982 sacó el disco Kristian y sus pollitas: a la canción "El gallito feliz”, contenida en esa placa, le debe el apodo por el que muchos todavía lo reconocen. En 1992, con la producción Alma nueva, todo cambió. Y la música lo atrapó por completo.
Regresando a este 2020, en el plano personal el intérprete de “Están lloviendo estrellas” todavía atraviesa el duelo por la muerte de su abuela materna, Socorro Castro, a fines de abril, a los 85 años. “Mi sentido de la vida está muerto”, confesó en su cuenta de Instagram, al postear una foto de su infancia, en la cual aparece sentado en el regazo de doña Socorro. En una entrevista con un medio mexicano, dijo sentirse “desolado” por la partida de quien llegó a considerar su verdadera madre.
Pero el tiempo continúa su marcha inalterable. Y este 15 de junio Cristian celebrará los 15 años de Simone, su hija mayor. Si bien no quiere presionarla, ni marcarle el camino para que siga sus pasos en la canción, le ha inculcado a la joven la afición por la música: Simone toma lecciones de piano.
Seguiría en pie otro proyecto profesional: una biopic suya, al mejor estilo Luis Miguel, la serie. Y allí, hay mucho para contar. Divorcios escandalosos, polémicas con su madre, acusaciones varias, mitos y habladurías varias en torno a su figura: la vida de Cristian Castro ha sido realmente de película, al margen de esos deseos innatos de regresar a la actuación y hacerlo a lo grande. O en la pantalla grande, cuanto menos.
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