“No enseño a cocinar. Animo a que la gente cocine. No soy chef. Soy una cocinera caradura”, es la presentación de Tefi Russo en su cuenta de Instagram, red social en la que tiene casi un millón de seguidores.
A horas de debutar como conductora de Los expertos, sabores con historia (por la pantalla de El Trece a las 00:15), la cocinera habló con Teleshow y contó que originalmente el ciclo se había pensado como un contenido digital y que por la cuarentena terminó siendo un programa de televisión. “Estoy ansiosa, pero tranquila ¡y sorprendida! Todavía no tomo dimensión y no caigo”, se sinceró.
“Lógicamente, todos nos tuvimos que adaptar a la cuarentena y a los cambios permanentes. Yo empecé a grabar con el chip de que era para un contenido digital y de repente me llamaron para avisarme que saldría al aire y ya pasaba a ser conductora. ¡Me parece un montón! Todavía no me hago cargo del título”, bromeó.
—¿Tu marido, El Pollo Álvarez, te dio algún consejo?
—Siempre nos acompañamos mucho. Me dio consejos de contención, de explicarme algunas cuestiones para trabajar en la televisión argentina. Pero no se mete para nada en lo que es mi estilo, y mi manera. Porque lo que hace él es completamente distinto a lo que hago yo. Aunque ahora terminamos siendo los dos conductores de El Trece (ndr: Álvarez está al frente de Nosotros a la mañana).
—¿Qué te genera debutar como conductora?
—No tomo conciencia. Me tocó en un momento donde no hay mucho que hacer. Salí a grabar una vez por semana a exteriores con un equipo reducido. No tuve todo lo que sucede cuando llegás a un canal y debutás como conductora.
—¿Hacés muchos videos en las redes sociales, ¿estás preparada para salir en televisión?
—La primera vez que hice tele fue para El Gourmet, que entré por la ventana en un especial. Y me encantó, estuvo buenísimo. Al principio me daba mucha vergüenza. Hasta ese momento no había hecho nunca nada en cámara. Cuando me vi fue conmovedor, me emocioné. Las primeras veces que hacía cosas con cámara era de cartón. No soy conductora, no soy actriz, ni artista, ni periodista. Por eso es cuestión de tiempo y de sacarse el miedo. El tiempo cambia muchísimo y vas naturalizando la cámara y entrás en confianza. La cámara es algo natural para quienes buscan eso. A los cocineros que nos surge hacer algo así es un proceso hasta estar un poco más cómodos.
—La cuarentena cambió los planes de todos. En su caso, te benefició porque te convirtió en conductora de televisión.
—Sí, igual, si hubiese podido elegir, hubiese elegido debutar en televisión en una circunstancia un poco más normal. Pero por alguna razón me tocó así y no me quejo. Al contrario, lo agradezco. Está buenísimo.
—Jugando con el nombre de tu cuenta de Instagram y el del programa nuevo, ¿cómo pasás de ser inutilísima a experta?
—No soy experta. De hecho voy a que ellos me enseñen distintas cosas. Y lo de inutilisíma tampoco es para abrir el paraguas. Nunca voy a esconder lo que soy en la cocina, con lo bueno y lo malo. Lo que hacemos nosotros en las redes es un coqueteo gastronómico. Participamos en programas, producimos contenido, representamos alguna que otra marca de alimentos, podemos sacar un libro. Me parece que está buenísimo. Las redes sociales le dieron una posibilidad a un montón de personas que mostraban algo desde su casa. En mi caso, nuestro amor por la cocina.
—¿Y cómo te definís?
—Yo simplemente animo a que la gente cocine. ¿Cómo? Haciendo la cocina un poco más terrenal. Cocinando con la táctica que tenemos, y sabiendo que todos podemos mejorar. Me tocaron casos de mucha gente que empezó a cocinar conmigo y decidió empezar a estudiar la carrera. Y aprovecho estas oportunidades siendo respetuosa y teniendo en claro cuál es mi lugar. Esa es la clave.
—¿Qué recomendás cocinar cuando, justamente, no hay ganas de cocinar?
—El horno es un gran aliado, igual que el freezer. Sobre todo ahora en cuarentena. Así que mi recomendación son las milanesas. A mí me gusta ser sincera. Cuando tengo que hacer milanesas de cero me quiero morir: empanar, el huevo, etc... Pero cuando termino y veo el tupper lleno, ¡soy feliz! Tenemos que aceptar eso. La idea no es escandalizarme por las trampas que uno puede llegar a hacer en la cocina. Lo simple también está buenísimo y es rico. Lo simple es hogar, es familia.
—¿Vos sos simple?
—Yo soy simple en la cocina. Aunque también me encanta probar de todo y conocer otras gastronomías. Cuando tengo la oportunidad de viajar, averiguo todo sobre las comidas. Desde el chiringuito en la playa hasta un muy buen restaurante. Me copa. Pero lo simple es terreno seguro. Es cálido, cercanía. Una banana con dulce de leche de postre es todo lo que está bien.
—¿Qué alimentos básicos no pueden faltar en la heladera?
—Frutas, verduras, algún queso, carne, huevos, pan. Y cosas de back up en el freezer, como verdura picada. Con eso tirás un buen rato. También crema que, para mí, te arregla todo. Yo no llevo la bandera del mundo fit.
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