El 12 de diciembre de 2019, Tristán sufrió una fractura de cadera por la que debió ser intervenido quirúrgicamente. Y desde entonces, nada volvió a ser igual él, ya nunca más pudo volver a caminar. Hoy, el cómico, de 83 años, se encuentra internado en una clínica de rehabilitación de la ciudad de Córdoba. Y en diálogo con Confrontados, por El Nueve, su hijo Federico Díaz Ocampo relató la dramática situación que se encuentra atravesando.
“Mi padre está en un centro de rehabilitación desde febrero, que fue cuando decidimos llevarlo ahí con mi hermana (Victoria, residente en esa ciudad)”, empezó contando el joven. Y recordó que, tras el accidente doméstico de Tristán a fines del año pasado, la obra social de actores, a la cual él denunció por no asistirlo en los tiempos que su edad amerita, le había dado turno para ver a un neurólogo recién para después de dos meses.
Tristán también es padre de Mariano y Hernán, su hijo del corazón. Pero, según explicó Federico, a los hermanos se les está haciendo “muy difícil” costear la internación del cómico. “Decidimos llevarlo a Córdoba para poder empezar a hacer todo lo que faltaba. No es que no lo estaba haciendo la Obra Social, pero los tiempos de ellos no eran los que necesitaba una persona de 83 años”, dijo.
Y luego, visiblemente compungido, Federico confesó: “Es una edad bastante difícil y, la verdad, a mi me hace muy mal. Porque de verlo entero, como lo vi siempre a mi padre, a de repente ver que no haya vuelto a caminar...”
El hijo del cómico explicó que su padre no sufría de Alzheimer, cómo había trascendido. “El en el 2011 le detectan una pequeña demencia senil que, obviamente, se fue agravando hasta la fecha. Pero él nos reconoce tanto a mi hermanos como a mí. De hecho, yo el otro día hablé con él”, contó Federico, quien recordó que incluso después de este diagnóstico Tristán siguió trabajando en teatro. Y que, recientemente, había hecho un viaje con él a Perú, a visitar a uno de sus hermanos, y luego a Europa, dónde permanecieron por dos meses.
“A nosotros nos hizo muy mal el tema de la rehabilitación, La verdad es que yo, después del viaje, de verlo tan entero... Siempre fue un tipo duro, un tipo que siempre fue entero. Y verlo en una silla de ruedas la verdad que....”, se lamentó Federico con los ojos llenos de lágrimas.
No obstante, cuando le preguntaban si estaba preparado para “lo peor”, teniendo en cuenta la edad avanzada de Tristán, el hijo del cómico señaló que “no”. “No quiero soltar”, dijo conmovido. Y aseguró que no pierde las esperanzas de que su padre vuelva a subirse a las tablas.
“Siempre lo hablo con mi hermana que es más grande y, a veces, como que me reta. Pero yo, aunque papá esté en silla de ruedas, quiero que siga haciendo teatro. En algún momento quiero que suba a un escenario, porque a los artistas eso es lo que nos llena el alma”, dijo. Y pidió que las autoridades de Pergamino, ciudad natal de Tristán a la que él siempre nombraba en las entrevistas, le hagan “una estatua o una placa” de reconocimiento.
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