Cuando parecía que estaban a punto de confirmar su reconciliación, rompieron la convivencia que había comenzado hacia más de dos semanas. Jimena Barón regresó a su departamento luego de pasar parte de la cuarentena en la casa de Daniel Osvaldo, junto a su hijo en común, Morrison, la mascota y el hijo mayor del futbolista.
“No estoy embarazada. No volví con nadie”, fue lo primero que aseguró la cantante en un video que publicó este martes por la mañana en su cuenta de Instagram y en el cual explicó por qué volvió a su hogar. “Estoy con un tratamiento en el hombro. Me lo lastimé, ayer me lo pincharon, y tengo que seguir yendo”, indicó sobre la terapia médica que está recibiendo por estos días.
“Y está todo bien...”, agregó en alusión a la relación que mantiene con su ex. Luego, posteó un texto en el cual hizo referencia a que quiere que su hijo vea que sus padres se llevan bien. Además, habló de su infancia. “Siempre que el papá de mi hijo me dé lugar y muestre predisposición, voy a estar con una sonrisa enorme (y un vino). Viví toda mi vida con papás que se llevaron como el culo y duele. Haré siempre todo lo posible para regalarle otro capítulo de papás a mi hijo”.
También sostuvo que “pasar de página no significa olvidar, ni dejar de tener las cosas claras”. “Significa remendar lo roto, sanar. Todo lo que sea sanar y sentir mejor será bienvenido, decisión 2020. Y para mí es un regalo también que me hago a mí misma porque todos merecemos sentirnos mejor con la fórmula que nos haga más felices”.
Por su parte, la actriz pidió que “dejen de flashear que ser famosa es tener que ser ejemplo constante", y habló de su historia personal. “A mí me va como el orto en el amor. Me van a conocer 23 tontas más y 24 cobras. Y seguramente un álbum lleno de canciones a más pelotudos que me rompan el corazón”, indicó sobre sus populares temas.
“Me verán empoderada y me verán llorando como una idiota, en loop, dueña de mi vida y rogando migajas rancias de amor. Soy las dos. Perdón”, concluyó el posteo que realizó en su cuenta de Instagram, red social en la que tiene seis millones de seguidores.
El 24 de mayo, Jimena Barón celebró su cumpleaños en la casa Daniel Osvaldo y se quedó unas semanas más. Así lo relató en aquel momento: “Fui a buscar a Momo, me dijo que no quería volver al departamento, que quería estar con el hermano, el perro y el papá y ‘con vos también, quedate’. Padre adhiere, ‘quedate’. ¿Se terminará el mundo? Me quedo. Hay pasto, recuerdo cómo se siente tener el sol en la cara, el perro y a mi hijo, el fin de la paz y el silencio, el quilombo que más extrañaba. Recuerdos cien mil por segundo”.
“Se abren vinos, potes de helado, se sigue recordando toneladas por minuto pero se ríe. Cumplo 33 años, se festeja, e inesperadamente es un cumpleaños de los más lindos, muy inesperadamente. Momo nos regala un show de trap, se abre champán, pregunta si los sueños se cumplen. Daniel intenta justificar la torta ya comida (que hice yo hace dos días), la vela y la bengala usada. Comienza eufórico a cantar el feliz cumpleaños en inglés, el padre en un acto patriótico se indigna. Bailamos hasta las 9 am. Vimos el amanecer. El alma se llena de curitas invisibles, se siente bien”, contó la artista.
“Cuando el 2020 no podía ser más inesperado, se vuelve más inesperado. Lo abrazo, con todas las volteretas que me trae, lo abrazo muy fuerte. Me siento agradecida, en procesos de grandes aprendizajes, en búsqueda de cambios, de cierres, de nacimientos, de acomodar todo distinto y que se sienta mejor, de que sane lo que sigue jodiendo, de despedirlo, de perdonarme, de no ser tan dura conmigo misma, de regalarme aceptación y sorpresa. Intento que no me afecte ni me lastime qué piensan los demás de mí, mi vida, mis decisiones. Abrazo también las cagadas que me mandé e intento ser mejor persona todos los días, pero sin castigarme tanto”, agregó Jimena Barón.
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