Desde que volvieron a convivir, se divierten en las redes sociales publicando fotos y videos de su rutina y las distintas actividades que realizan. Tal es el entretenimiento que se hacen llamar Mabel y Roberto cuando hablan del otro.
Jimena Barón y Daniel Osvaldo pasan la cuarentena juntos desde hace algunas semanas, cuando la actriz aceptó la propuesta de quedarse en la casa del jugador de Banfield, en donde ya estaba el hijo que tienen en común, Morrison, de seis años. Los acompañan también Gianluca, el hijo mayor de Osvaldo –fruto de su relación con Ana Oertlinger– y Casi Caniche, como apodaron al perro que tienen de mascota.
En las últimas horas, la cantante publicó una serie de Stories en su cuenta de Instagram –red social en la que tiene seis millones de seguidores– en las que dejó entrever la buena relación que mantiene tanto con Osvaldo como con su hijo mayor, a quien ya conoce desde hace ocho años.
El jueves por la noche, Jimena cocinó una tortilla que, al parecer, no le gustó a Gianluca. El adolescente demoró en comerla, lo que derivó en un reto de su padre. “Tenés paja hasta para respirar...”, reprochó el futbolista. “Hace dos horas que roe la tortilla de papa”, agregó Barón en el video que publicó.
“Te vas a comer todo”, exigió el ex delantero de Boca. Sin embargo, pocos segundos después, Gianluca “confesó”, según la cantante. “No puedo decir que no me gustó. Ya está...”.
La primera reacción de Jimena Barón fue reírse, pero también tuvo un exabrupto: “¡Ay, hijo de puta! ¿Ahora me decís que no? ¿No te gustó? Soy una madrastra malvada”.
Mientras tanto, Daniel Osvaldo intentó defender a su ¿pareja? “¿Cómo que no te gustó? Sí te gustó. ¿Te gustó o no te gustó?”, persuadió a su hijo adolescente.
Sin perder el humor en ningún momento, la cantante, que al describirse como “madrastra malvada”, de alguna forma confirmó la reconciliación con el padre de su hijo, siguió grabando a Gianluca, que continuaba manipulando los cubiertos alrededor de la tortilla, pero sin comerla: “Sos un boludo”.
Jimena Barón y Daniel Osvaldo estuvieron en pareja durante cuatro años, entre 2012 y 2016. Vivieron en Italia y Argentina. Tuvieron a Morrison. Se separaron en medio de denuncias públicas por violencia verbal, apostaron a su amor en una segunda oportunidad, que no prosperó. Ella se lanzó como solista estrenando una canción sobre su historia de amor y se describía como una “tonta”, él le respondió con otros temas en su banda de rock.
Cortaron todo tipo de vínculo, él se fue a vivir a Italia, ella viajó para que se reencontrara con su hijo. Protagonizaron fuertes peleas en las redes sociales, a través de las cuales él terminó defendiéndola cuando quedó en medio de una polémica y la saludó por el Día de la Madre. Se reencontraron en el acto de fin de año del jardín de su hijo en diciembre de 2019, que pasaba a primer grado, posaron juntos para una foto familiar y las compartieron en las mismas redes en las que antes se habían peleado.
Y ahora, ocho años después, están pasando la cuarentena juntos. Pero durmiendo “en cuartos separados”, según sostuvo ella cuando le preguntaron si habían tenido relaciones sexuales.
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