“Como sabemos que muchas personas que viven de la cultura están atravesando un momento difícil, vamos a habilitar la transmisión por streaming de actividades culturales como recitales y obras de teatro. Siempre, claro está, sin público”, anunció a través de su cuenta de Twitter, luego de una conferencia de prensa, el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
El anuncio confirma la puesta en marcha del “protocolo para streaming y estudios” desarrollado por ACMMA (Asociación Civil de Managers Musicales Argentinos). “Gracias a todos aquellos que sumaron su tiempo y esfuerzo para que toda la industria de la música pueda volver. Hoy más que nunca ponemos en valor la música argentina”, celebraron desde la asociación.
Sin embargo, según la mirada del empresario y productor de espectáculos Daniel Grinbank, la posibilidad de hacer shows online no es una solución, sino “un paliativo”. “Es un vuelto y una propina, pero no una salida para la industria. Sirve para bancar unas pocas cuestiones”, aseguró en diálogo con Teleshow tras el anuncio.
Además, pidió bajar las expectativas al respecto ya que esto es solo “un primer paso para ir habilitando cuestiones que puedan desembocar al vivo, con público, pero estamos hablando de cifras irrelevantes en una industria que ya estaba en crisis”. Esta apertura según el empresario “es un primer paso interesante, pero no soluciona el tema de fondo, que es la cantidad de gente que vive de esto y está preocupada, en lo económico, esto es irrelevante".
El protocolo para que se puedan realizar dichos conciertos vía streaming incluyen cuidados como el lavado de manos, distancia de un metro entre las personas, fundas para los micrófonos y barreras de acrílico para los instrumentos de aire, entre otros. Además los músicos no podrán acercarse a interactuar entre ellos durante los shows.
Las medidas mencionadas podrían hacer, según Grinbank, que los nuevos espectáculos cuadren más dentro de los códigos televisivos que de los shows en vivo. “No es al azar que hace treinta años se crearan los videoclips para mostrar música. Con las restricciones de producción y movimiento, sin público, hay que ver una hora y media de artistas estáticos".
A partir de ahora, en cada lugar donde se lleven adelante los conciertos se regirá bajo un protocolo que en muchos casos, según el empresario puede ser costoso y por otro, restringirá a la hora de producir y crear.
Antes, durante y después
La pandemia puso en evidencia una crisis que ya lleva tiempo: “Es un año que venia mal y está perdido”, dijo el hombre que entre otros hitos, se le destaca haber traído en el 2016 a los Rolling Stones. Sobre el día después, analizó: “Hay que ver cúando se puede volver, pero también qué producciones pueden resistir y cúales no hasta ese momento. Es todo una nebulosa para la industria, por eso a esto no lo llamaría ni luz”.
“Se habla de cómo volver, pero pregunto, ¿cómo se llegará a ese momento?", dijo en referencia a las PyMEs y trabajadores tercerizados (técnicos, diseñadores gráficos, plomos, músicos, asistentes, iluminadores, maquilladores, vestuartistas, personal de transporte) que trabajan de manera anónima en cada show para que los artistas se luzcan. “Atrás de Fito Páez, la Sole o Abel Pintos, hay decenas de personas. Hay miles de puestos de trabajo. Es una industria que derrama muchas actividades y esa gente está mal".
En ese sentido observó que “los protocolos son acotados a la creación de puestos”, por lo que muchas áreas continuarán inactivas y que además, bajo esta nueva modalidad, los shows se harán “una vez, no varias como los casos de las giras”.
Por otro lado entiende que una vez que estén las condiciones dadas para realizar una apertura al público “los hogares tendrán otras prioridades, van a pagar deudas antes que espectáculos”, dijo y dio el ejemplo de Corea, que reabrió los cines y la venta de entradas respecto al año anterior cayó un 93 por ciento, ya que además de contar con el dinero para asistir a actividades recreativas, la gente deberá “sentirse segura”.
“Entendemos que es lógico este orden: primero está la salud, pero también es necesidad que nuestro sector sea escuchado. Esperamos tener reuniones con las autoridades. Pero es importante aclarar que no vamos a forzar nada, porque la salud es lo primero”, agregó.
Efecto Brasil
A la crisis económica y a la pandemia, se le suman los problemas de la región que podrían hacer más difícil la llegada de artistas internacionales una vez que se restablezca la normalidad: “Nadie viene a la Argentina si no pasa antes por Brasil, y allá tienen récord de muertes”.
“El cuándo (se volverán a hacer shows con público) lo definirán las autoridades. Mientras se van elevando protocolos, pero siempre sujetos a la salud porque en última instancia, somos entretenimiento”, reiteró y aunque hay ciertas provincias que tienen una mejor situación y pueden reabrir más actividades, hay que “resolver el tema del transporte” para que un artista pueda desplegarse hasta allí.
Para cerrar, Grinbank hizo una analogía entre el “paliativo” que representan los shows vía streaming, con la primera escena de la película de Woody Allen, La última noche de Boris Grushenko: “Es algo muy gráfico. Es la voz en off de un condenado a pena de muerte que tiene que ser ejecutado a las 5, pero que su abogado logra que lo pasen para las 6”.
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