Decenas de ciudades de Estados Unidos, de norte a sur y del Atlántico al Pacífico, fueron escenario en las últimas horas de violentos disturbios en protesta por la muerte de George Floyd, el caso más reciente de violencia policial contra afroamericanos en el país.
John Cusack fue uno de los que se sumó a las multitudinarias marchas del “Black lives matter” (Las vidas negras importan) en Chicago y en medio de la protesta se convirtió en víctima. En las redes sociales, el actor contó que mientras grababa los disturbios que se produjeron, fue interceptado por efectivos de la fuerza, que lo agredieron con sus bastones.
“A los policías no les gustó que grabara el auto en llamas, así que vinieron por mí con bastones. Golpearon mi moto. Aquí está el audio”, denunció el actor en Twitter. En la filmación, se escucha decir a los agentes: "Te tienes que ir, ¡lárgate, vamos!. “¡Está bien, me voy, está bien!”, responde Cusack.
Minutos después, Cusack publicó una nueva grabación en la que se observa un auto prendido fuego a la distancia y a una gran cantidad de efectivos policiales patrullando el lugar. “Estos fueron algunos de los pacíficos oficiales que gentilmente pusieron a punto mi bicicleta con sus bastones”, escribió. John también también afirmó que la policía estaba usando gas pimienta para reprimir a manifestantes y periodistas que se encontraban en el lugar.
El trágico hecho que desencadenó esta serie de expresiones ocurrió el lunes 25 de mayo, cuando la Policía de Minneapolis (Minnesota) interceptó al ciudadano afroamericano George Floyd y lo detuvo tras la denuncia del dueño de una tienda de la ciudad, quien aseguró que le había pagado con un billete de 20 dólares apócrifo. El violento accionar de las fuerzas de seguridad contra Floyd se viralizó gracias al video que grabó un transeúnte: ya con George en el piso, un agente sostuvo su rodilla contra la cabeza durante varios minutos, inclusive cuando él le advertía que no podía respirar.
El autor del hecho Derek Chauvin, de 44 años, se encuentra detenido en la cárcel del condado de Ramsey. Es el primer oficial blanco en Minesota en ser procesado penalmente por la muerte de un civil de raza negra. La sentencia máxima por asesinato en tercer grado es de 25 años; el máximo para homicidio involuntario de segundo grado es de 10 años. Sin embargo, los ciudadanos exigen el arresto de los otros tres agentes implicados que podría ser apresados en los próximos días.
El video de su muerte conmovió a Minneapolis, luego a los Estados Unidos y finalmente a todo el mundo, además de provocar una fuerte reacción popular en la ciudad, que derivó en saqueos, violencia racial y la quema de una estación de policía el pasado jueves por la noche.
Floyd era oriundo de Houston y después se fue a vivir a Minnesota. Tenía 46 años, creció en Third Ward, uno de los vecindarios de personas de color en Houston. Con su altura de 1,95 metros, se destacó como tight end en el equipo de fútbol de la secundaria Jack Yates y jugó el campeonato estatal de 1992 en el Astrodome de Houston.
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