Lourdes Sánchez abrió las puertas de su casa y mostró el impresionante vestidor en el que tiene zapatos, prendas, carteras y hasta un camarin. Hace poco más de dos años, cuando nació su hijo Valentín (3), la bailarina y su pareja, Pablo el Chato Prada, se mudaron a un hogar más grande. Según su relato, en su inmueble anterior, el principal eje de las discusiones con el productor ejecutivo de ShowMatch era porque ella utilizaba gran espacio para maquillarse y peinarse.
“Este es mi lugar en toda la casa, porque siempre fue motivo de peleas cuando vivía con el Chato en un lugar más chico. Yo colmaba la casa de peluqueros, maquilladores... Entonces, dije ‘cuando nos mudemos me voy a armar mi lugar así nadie me rompe las pelotas’”, contó, de manera exabrupta y entre risas, en una nota que realizó a través de una videollamada con el ciclo La Jaula de la Moda.
Sorprendido por el tamaño del vestidor, el conductor del ciclo lo comparó ¡con un departamento de dos ambientes! “Es un bulo, tu refugio anti nuclear donde nadie te molesta”, consideró el animador en la entrevista que tuvo algunos problemas de conexión.
Distribuidos en dos paredes, hay dos muebles de ocho pisos y seis estantes, en los que entran a razón de cuatro pares de zapatos en cada uno. Es decir, lo que da un total de ¡casi 200 pares!
También se ve un placard abierto en el cual aparecen algunas prendas colgadas, otras dobladas en estantes, y algunos cajones en los que no detalló el contenido, pero probablemente sea ropa interior. Además, en el centro tiene una cajonera con un estante vidriado, en la cual tampoco contó lo que guarda allí.
“La escalera es un poco marginal”, bromeó Lourdes sobre el elemento que utiliza para acceder a las prendas que están en la parte superior del vestidor que en una de las columnas tiene colgado el cuadro de una bailarina.
Según detalló la ex panelista de Los Ángeles de la Mañana, ese sector es su lugar preferido de la casa. “¿El Chato entra?”, quisieron saber en el ciclo de moda. “No, muy poco. Solamente para retarme cuando está todo desordenado. Se mete acá y me empieza a criticar. Yo no soy la más ordenada del mundo, pero soy feliz en mi desorden", indicó.
En otro sector, hay una especie de camarín: allí tiene una silla frente al espejo con iluminación propia y una mesa para apoyar su maquillaje.
Por último, contó ella misma decoró el ambiente que tiene ploteado hasta el techo y reveló que ese lugar era la terraza de la casa y que lo convirtió en su vestidor.
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