Lourdes Sánchez vivió unos días muy complicados a mediados de octubre del año pasado, cuando fue operada de urgencia debido a una infección. En un principio, le habían dicho que se trataría de una intervención sencilla, de no más de 40 minutos. Pero ya en el quirófano, los profesionales se dieron cuenta de que se trataba de una situación mucho más delicada. Y, en una cirugía que duró alrededor cinco horas, tuvieron que sacarle el apéndice y las trompas de Falopio.
Invitada el sábado pasado a PH, Podemos Hablar, el programa conducido por Andy Kusnetzoff por Telefe, Lourdes recordó aquel episodio que, afortunadamente, ya forma parte del pasado. Y destacó el rol protagónico que tuvo su marido, Pablo el Chato Prada, quien estuvo en todo momento a su lado.
“En mi vida tuve muchos episodios muy riesgosos con el tema de la salud, desde chica. Tuve un aneurisma a los siete años. Zafé de esa, fue realmente un milagro. Todavía no entendemos qué pasó. No me llegaron a operar, mi mamá me llevaba a una monjita que me ponía la mano en la cabeza y rezaba. Ella desapareció, no entendemos, realmente fue un milagro”, empezó contando la bailarina.
Y luego habló del suceso más reciente. “El año pasado tuve una complicación al volver de un viaje que pensaron que era algo muy simple, me medicaron con algo que no era. Volví del viaje ya muy mal en el avión, con dolor de panza. Pensaron que tenía una intoxicación, me dieron unos antibióticos, zafé unos días del dolor y después reapareció, volvió más agudo. Me hice unos estudios y tenía unos quistes en los ovarios y después aparecieron más, así que decidieron operarme de urgencia”, contó.
Lourdes relató lo difícil que fue ese momento: “Cuando estaba entrando al quirófano llegué a saludar a mi marido, porque era ya, había que operar. Él estaba en mi casa, agarró el auto y vino rápido. Me sacaron un poquito (antes de la operación), nos damos un beso y yo entro (al quirófano) llorando. Porque es una situación muy traumática, muy fea. Mi ginecóloga me dijo: ‘Te tenemos que operar’. Iba a ser simple, 40 minutos y salía. Y la realidad es que duró cinco, seis horas. Me tuvieron que sacaron las trompas porque había una infección muy grande, y también el apéndice”.
En ese momento, Prada tuvo que autorizar todas las intervenciones por ser el familiar directo de Sánchez. “El Chato era el que iba diciendo que ’sí'. Lo llamaban él y le decían: ‘Le tenemos que sacar las trompas’. Él decía: ‘Pará que llamo a la hermana’. Pero le decían: “Mirá que si no, se muere’. Era ya. Él tenia que tomar esa decisión. Yo, obviamente, me enteré de todo esto recién al otro día. Me dijeron ‘te tuvimos que sacar tal y tal cosa’, cuando era una operación muy simple…”, explicó Lourdes.
Fue entonces cuando el conductor le remarcó que la situación de su esposo, estando en riesgo su vida, había sido “horrible”. Y la bailarina, invadida por la emoción, dijo: “Era eso o realmente me moría, según mi doctora. Y ahí es donde yo le tomé mucho más valor a él (por Prada), el valor que tiene en mi vida. Lo que tuvo que pasar es realmente muy fuerte, muy difícil… Lo volvería a elegir una y mil veces. Salió todo bien, pero escuchar que te digan que estuviste al borde de la muerte es fuerte”.
Lourdes reconoció que gracias a la decisión de El Chato de aceptar que le sacaran las trompas, ella hoy puede contar la historia. Sin embargo, la gran duda era si la bailarina, que ya es mamá de Valentín, de 4 años, podría volver a a tener hijos. “No de forma natural. Pero la ciencia está muy avanzada y yo ya lo tengo muy aceptado”, concluyó Sánchez más relajada.
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