A principios de mayo Jimena Barón ya había manifestado en las redes sociales su angustia porque su hijo, Morrison, prefería pasar la cuarentena en la casa de su ex pareja, Daniel Osvaldo, y no en la suya. “No puedo competir con la casa de mi ex, por ende, mi hijo no quiere volver a mi casa porque no tengo pasto, ni metegol, ni pool ni una mierda”, había explicado la cantante.
Asimismo, con el paso de los días en cuarentena, Jimena y Daniel comenzaron a intercambiar algunos mensajes que daban cuenta de que las diferencias entre ellos habían quedado en el pasado. Por ejemplo, ella subió una serie de audios que le envió a su ex pareja porque no le respondía los mensajes. “¿Laucha, Laucha, Laucha? -apodo con el que llama a su hijo-. Cuarto audio, cuarto audio. Hola, hola, ¿Morrison?”, preguntó con humor, y agregó “ni pelota”, ante el silencio del futbolista.
El sábado pasado Jimena fue a la casa de su ex para buscar a su hijo, ya que quería pasar con él su cumpleaños número 33, que se celebra hoy. Sin embargo se llevó una gran sorpresa: el niño le dijo que quería estar con ella, pero también con su padre, su perro y su hermano mayor, Gianluca, fruto de la relación de Daniel con una pareja anterior. Le hicieron una invitación formal y ella aceptó pasar su cumpleaños en la casa del delantero.
“Fui a buscar a Momo, me dijo que no quería volver al departamento, que quería estar con el hermano, el perro y el papá y ‘con vos también, quedate’. Padre adhiere, ‘quedate’. ¿Se terminará el mundo? Me quedo. Hay pasto, recuerdo cómo se siente tener el sol en la cara, el perro y a mi hijo, el fin de la paz y el silencio, el quilombo que más extrañaba. Recuerdos cien mil por segundo”, relató Jimena en una publicación en Instagram, acompañada por fotos y videos del festejo único de cumpleaños: en medio de la pandemia por el coronavirus y acompañada por su ex pareja, algo impensado hasta hace muy poco.
“Se abren vinos, potes de helado, se sigue recordando toneladas por minuto pero se ríe. Cumplo 33 años, se festeja, e inesperadamente es un cumpleaños de los más lindos, muy inesperadamente. Momo nos regala un show de trap, se abre champán, pregunta si los sueños se cumplen. Daniel intenta justificar la torta ya comida (que hice yo hace dos días), la vela y la bengala usada. Comienza eufórico a cantar el feliz cumpleaños en inglés, el padre en un acto patriótico se indigna. Bailamos hasta las 9 am. Vimos el amanecer. El alma se llena de curitas invisibles, se siente bien”, contó la artista. Todos los detalles quedaron documentados a través del material que publicó. Todos con un común denominador: la sonrisa en el rostro de todos los presentes.
En ese sentido, continuó: “Cuando el 2020 no podía ser más inesperado, se vuelve más inesperado. Lo abrazo, con todas las volteretas que me trae, lo abrazo muy fuerte. Me siento agradecida, en procesos de grandes aprendizajes, en búsqueda de cambios, de cierres, de nacimientos, de acomodar todo distinto y que se sienta mejor, de que sane lo que sigue jodiendo, de despedirlo, de perdonarme, de no ser tan dura conmigo misma, de regalarme aceptación y sorpresa. Intento que no me afecte ni me lastime qué piensan los demás de mí, mi vida, mis decisiones. Abrazo también las cagadas que me mandé e intento ser mejor persona todos los días, pero sin castigarme tanto”.
Y cerró con un mensaje para sus seguidores: “Los abrazo también a ustedes del otro lado, que me llenan de amor, de verdad. Les agradezco la compañía, incluso cuando anduve un poco desbrujulada. Les agradezco eso muchísimo. Los extraño, los veré cuando se pueda y les contaré y cantaré cosas distintas. Estamos todos distintos, ¿verdad? Que así sea. Gracias por los mensajes y los lindos deseos, me siento muy feliz y afortunada. Feliz cumpleaños para mí”.
Su historia de amor
Jimena Barón y Daniel Osvaldo se conocieron en 2012 por mensaje de texto. El celestino fue un productor de Pura Química, el ciclo que conducía Germán Paoloski en la pantalla de ESPN. En ese entonces, el futbolista jugaba en Italia y había ido como invitado en una de sus visitas a la Argentina. Ella lo vio por televisión y le cautivó un particular detalle del jugador: mientras hablaba, se tocaba los hilos del pantalón roto que vestía.
Le comentó sobre el flechazo a su amiga Eugenia Tobal, que era parte del ciclo, y quien habló con el productor. Emulando a Cupido, lograron que la actriz y el entonces futbolista comenzaran a hablar por mensaje de texto.
Así, comenzó una relación a distancia. Ella viajó durante sus vacaciones, pero estaba grabando Sos mi hombre, ficción de El Trece que protagonizaban Celeste Cid y Luciano Castro, en la cual interpretaba a una boxeadora. Y en febrero de 2013 se sentó con la producción de Polka y les habló desde el corazón. Les contó que estaba muy enamorada, que no aguantaba más la distancia y que se iría a vivir a Italia con su novio.
Se despidió de sus compañeros, armó las valijas, cerró su departamento y tomó el primer avión con destino a Roma. De esa forma, seguía retrasando el sueño de lanzarse como solista, y escribía canciones que quedaban en sus cuadernos sabiendo que algún día las interpretaría sobre un escenario.
En marzo de 2014, y con una mudanza a Torino en el medio –el jugador se fue a la Juventus–, nació Morrison, el primer hijo de la actriz y el cuarto de Daniel Osvaldo. El ex futbolista es padre de Gianluca –que vive en Buenos Aires, fruto de una relación que mantuvo antes de irse a Europa–, y Victoria y María Helena, a quienes tuvo con la modelo italiana Elena Braccini.
“Cuando lo conozco a Daniel, más las historias alteradas que él me contaba, dije: ‘Estoy conociendo a un hombre que no puede ver a los hijos, porque las mamás no sé qué…’ Historias que con el tiempo y por conocer a esas mujeres, después dije: ‘Qué hijo de put…, no era tan así esta historia’. Pero yo creo que era mi momento de ser la heroína, de salvarle la vida a ese pobre chico, con una vida tan complicada por personas ajenas a él. Yo dije: ‘Yo lo quiero ayudar’. Encima, yo soy una mina súper culposa. Después, con el tren en movimiento, no me pude zafar, no pude salir”, contó la actriz cuando ya se había separado de Osvaldo.
Primera escandalosa separación y una tercera en discordia
A principios de 2015, Osvaldo firmaba contrato con Boca Juniors y la actriz regresaba a la Argentina con la esperanza de retomar su carrera. Tiempo después, ella contó que él no quería que trabajara, es por eso que cuando quiso aceptar algún proyecto, llegaron las primeras peleas.
En mayo, cuando ella había aceptado sumarse a Esperanza Mía, confirmaban su separación en medio de denuncias públicas por violencia verbal. Según el relato de la actriz, cuando se iba a ensayar, recibía mensajes con insultos de parte de su ex, que le decía “gatito barato” y “andá a chupar p…”.
Después de recibir los violentos mensajes, Jimena regresó a la casa que compartían en un exclusivo barrio en la zona de Tigre –eran vecinos de Gianinna Maradona–, y se encontró con un placard vacío. El futbolista había hecho las valijas y se había ido, sin darle ningún tipo de explicación.
A los pocos días, aparecieron fotos de Daniel Osvaldo junto a la cantante de rock Militta Bora, con quien además compartía un tatuaje. Él escribió el nombre de ella en su muñeca, mientras que la artista plasmó el del futbolista en su brazo.
Dicha relación no prosperó y la carrera de Osvaldo como futbolista llegaba a su fin en medio de peleas con el entonces DT Guillermo Barros Schelotto, que le reprochaba actitudes inapropiadas dentro del vestuario, como fumar.
La cantante también apostó al amor y vivió una relación con Matías Tasín, a quien años más tarde le presentaría a Nicole Neumann. Estuvieron de novios algunos meses, incluso viajaron a Miami al casamiento de un familiar de ella, pero terminaron separados, y en buenos términos.
Luego de una fallida reconciliación, llegó “La Tonta”
En marzo de 2016, Jimena Barón le daba una segunda oportunidad al padre de su hijo, con la esperanza de que esa vez sí funcionara y pudieran continuar con la familia que habían formado tras la llegada de Morrison. “No hay nada que entender ni que explicar”, remarcaba en ese entonces la actriz intentando que su relación dejara de ser mediática.
Sin embargo, en mayo de ese mismo año confirmó que la reconciliación no había funcionado y habían decidido separarse de manera definitiva. Y así, logró cumplir el sueño de lanzarse como solista. Su primer tema fue “La tonta”, tema que indirectamente le dedicó a él: “Vuelvo a ser la tonta que se amolda a tu rutina, la que te espera mientras te cocina. Que se pone contenta si te ve y si no también. Y sin querer todo lo que juré jamás volver a ser, me vuelve y lo repito una y otra vez. Pedazos de ilusión que rescaté, vuelvo a romper”.
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