Muchos famosos cumplen con la cuarentena obligatoria en sus hogares, esperando con ansias poder volver a trabajar. El rubro del espectáculo fue uno de los más golpeados, ya que los teatros mantienen sus puertas cerradas y se suspendieron las grabaciones de ficciones televisivas y películas, desde que el Gobierno estableció el aislamiento social, preventivo y obligatorio el pasado 20 de marzo.
En este contexto, Valeria Archimó se encuentra “guardada” en su casa, acompañada por sus dos hijos, Ámbar (la niña que tuvo con el productor Guillermo Marín, de quien se separó el año pasado) y Teo (fruto de una relación anterior). En diálogo con Teleshow, la bailarina y coreógrafa explicó que solo sale de su vivienda para hacer las compras y para visitar a su mamá, Kuki, que se encuentra en un geriátrico de Don Torcuato, donde se está rehabilitando luego de haberse quebrado la cadera.
“Voy al supermercado, a la farmacia, hago encargos en la verdulería. Esas son las únicas cosas que hago. Y visitar a mi mamá, poco. Salgo una vez por semana, pero no hago muchas salidas, estoy mucho tiempo en casa”, aseguró la artista que durante la temporada de verano estuvo protagonizando el espectáculo Únicas, con Sandra Mihanovich, Lourdes Sánchez, Anita Martínez y Cecilia Figaredo en el teatro Broadway de Buenos Aires.
Uno de los aspectos más dolorosos de esta cuarentena es no poder ver a las personas más queridas, aunque la tecnología cumple un rol clave para estar comunicados, y se ha incrementado el uso de aplicaciones como Zoom o WhatsApp. “Hago videollamadas para ver a mis seres queridos y a mis amigos. Desde que empezó la cuarentena que no veo a nadie".
Solo hace una excepción para visitar a Kuki, que tiene 88 años y reside en un hogar para adultos mayores desde hace más de un año. Ella se hizo famosa cuando en Telefe Noticias, hicieron un móvil en el geriátrico y contó con orgullo que era la mamá de Valeria Archimó. “Cuando dicen ‘geriátrico’ nadie pone buena cara, pero cuando uno llega a un lugar como este es como que todo se suaviza. Es un ambiente familiar donde todos están de buen ánimo”, había relatado en diálogo con Cristina Pérez y Rodolfo Barili sobre el buen trato que recibe, en un contexto difícil en el que hubo contagios masivos por coronavirus en algunos geriátricos.
Como queda cerca de su casa, la bailarina suele llevarle productos o alimentos a su madre, pero no ingresa al establecimiento, ya que mantienen un estricto protocolo en el que nadie entra ni sale. Solo puede ver y hablar con Kuki a través de una puerta de vidrio: "A la única que veo es a ella, que la paso a visitar. Tampoco es que tenemos contacto, sino que nos vemos a través de un vidrio y charlamos por lo menos, quiero acompañarla y verla”. Y con un poco de angustia, reconoció: “Extraño mucho abrazar a mis seres queridos, a mi mamá, a mis amigos. Es muy difícil no estar en contacto con ellos”.
En este periodo, la artista no puede trabajar en el teatro ni en su escuela de danzas, aunque da clases online a sus alumnos. En una situación tan compleja, asegura que es muy cuidadosa con los gastos. “Con respecto a la economía estamos todos igual, gastando lo justo y necesario, en alimento y en lo que necesitamos. Es un momento en el que hay que parar, estar guardado y esperando a que todo esto se resuelva para volver a producir, a trabajar, a nuestra vida”.
Valeria aprovecha el tiempo para cocinar platos ricos que disfruta con sus hijos y para mantenerse en forma. En la semana, suele practicar danza clásica en una barra de baile que tiene en su hogar. “Se ha convertido en mi rincón preferido, mi barra de clásico, donde estiro y conecto conmigo, con lo que me gusta hacer”.
Durante el aislamiento, está realizando una búsqueda interior y espiritual en la que descubrió la bionergía y le dedica mucho tiempo a leer en profundidad sobre este interesante tema. También suele meditar, una práctica que recomiendan los especialistas en estos momentos tan difíciles para ayudar a calmar la ansiedad, reducir el estrés y mejorar el descanso.
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