No por nada se lo conocía como “el médico de los famosos”. El doctor Rubén Mühlberger, quien el jueves fue detenido luego de un allanamiento en su clínica, donde se detectaron varias irregularidades, atendía a Susana Giménez, Diego Maradona, Moria Casán, Charly García y Beto Casella, entre muchas otras celebridades. Y hay que decir que la mayoría de ellas siempre se han mostrado conformes con los tratamientos que recibieron por parte de él.
Sin embargo, en las últimas horas, algunos de los ex pacientes que pasaron por la recientemente clausurada Klinik Mühlberger se han animado a contar algunas experiencias no tan positivas que les ha tocado vivir en manos del mediático doctor. Tal es el caso de Luis Ventura y Carla Czudnowsky quienes, según relataron, podrían haber sido sometidos a una liposucción sin haber estado conscientes de la intervención ni haber accedido a ella.
En Fantino a la tarde, por América, Ventura aseguró que nunca supo si se había hecho una cirugía plástica con Mühlberger. “No me dormí, me durmieron”, comenzó diciendo el periodista, quien aclaró que tenía una “excelente relación" el médico, que lo atendió “siempre de primera”. Pero explicó que, tal como lo había dicho horas antes en una nota de Intrusos, cuando se despertó de lo que se suponía que era un tratamiento estético se dio cuenta de que le habían puesto unas cánulas en la zona del cuello.
“Yo empecé a ir a propósito de un amiga, que decía que yo tenía que cuidar mi imagen porque estaba subiendo mucho de peso. Así que le hice caso y fui, primero una vez por semana y después dos. Me hacían quelaciones, me ponían unos electrodos para quemar grasa que después la orinaba...”, relató.
Y luego contó una extraña anécdota: “Un día me citó en el consultorio a las ocho de la mañana, cuando todavía estaba cerrado. Muy cordial, me dijo que íbamos a trabajar un poco el rostro. Los términos médicos, el convencimiento y la seducción que tenía Mühlberger no me permitieron dudar ni un segundo. Y me entregué. El me acostó en una camilla que ni siquiera era plana, era ondulada. Y me puso un tapa ojos, así que yo no veía lo que pasaba. Sentía ruidos. Pero nunca supe si era una cirugía estética”.
En la misma línea, Czudnowsky dio su testimonio en Todas las tardes, por El Nueve: “Yo me hice varias cosas con Mühlberger y, desde mi experiencia, siempre fue una persona muy amorosa y generosa. Rubén tiene distintos trabajos. Tiene una parte estética y otra en la que trabaja como si fuera médico clínico, que no lo es porque es ginecólogo. Y la fiscalía no pudo corroborar que tenga ninguna especialidad en plástica. Pero él trabaja con el anti aging en base al ADN de cada persona, da tratamientos para bajar de peso, prepara sueros con enriquecimiento de minerales...”.
Y luego contó su experiencia: “Él me vendió un tratamiento de una manera y fue de otra. Me había dicho que era un láser que trabajaba de manera más profunda. Me había explicado que me iba a poner unas cánulas, porque era muy potente y trabajaba desde adentro, como si derritiera grasa. Entonces tiraban líquido frío por adentro mientras el láser quemaba. El me dio un tecito que después me terminé enterando que era Dormicum. Y me dijo que no me iba a pasar nada, pero yo levanté fiebre y me dolió muchísimo”.
¿Cómo terminó su historia? “El me dijo que no fuera ‘maricona’ cuando lo llamé los días subsiguientes. No me quedó mal, me quedó bien. Yo no tengo ningún problema, pero tampoco tengo trombofilia. El tema es que no era una pavada y no era algo simple como él me dijo”, concluyó Carla.
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