Apenas unos minutos después de las 14, Rubén Mühlberger, el mediático doctor que está detenido desde el jueves por, entre otros delitos, haber vendido una ficticia “cura” del coronavirus, ingresó a la fiscalía N° 11 de la Ciudad y se sentó frente a la fiscal Valeria Massaglia para realizar su declaración indagatoria. Por recomendación de su abogado Mariano Cúneo Libarona decidió hablar y dar su versión. A lo largo de cinco horas de declaración reconoció los hechos por los que se lo imputa pero negó haber tenido responsabilidad alguna. La fiscal decidió darle el beneficio de la prisión domiciliaria mientras dure la investigación debido a que el acusado es paciente inmunodeprimido y tuvo dos operaciones producto de un cáncer.
Luego de la declaración, la fiscal Massaglia señaló: “Fue una declaración muy agotadora. Esta persona no hizo más que reconocer los hechos que se le imputaron. La clínica estaba funcionando y sin habilitación. Esto es un hecho incontrastable. Él mismo reconoce que apenas tenía una habilitación en trámite con lo cual sabe perfectamente que no es suficiente, sin embargo estaba funcionando”.
Con respecto al coronavirus, en su indagatoria Mühlberger no se hizo cargo de la promesa de la cura y le echó la culpa a su secretaría. "Dijo que como estaba enfermo no estaba en condiciones de ver lo que le estaba mandando su secretaria. Además, le mostramos el video de cuando lo dijo en lo de Moria Casán. Con respecto a los medicamentos vencidos dio explicaciones irrisorias como que eran para uso personal y lo atribuía a la enfermedad que padece”, agregó la fiscal.
“Es una persona muy especial. Al hablar con él nos damos cuenta por qué tanta gente cayó en la ‘seducción’ de este personaje. Es una persona que reconoce los hechos y al mismo tiempo deslinda responsabilidad. Por ejemplo, reconoce que el cartel del COVID-19 estaba en la puerta de la clínica pero que él no sabe por qué, y que fue descuidado por su secretaria. Es importante aclarar que él es el único que responsable”, señalo Massaglia.
La investigación contra Mühlberger comenzó el jueves cerca de las 14 cuando efectivos de la división Delitos contra la salud y personal del Ministerio de Salud realizaron un allanamiento en la clínica ubicada en Arenales al 1300. Varios vecinos del edificio habían notado movimiento en el lugar y realizaron la denuncia, ya que al ser una clínica de estética no está autorizada a funcionar durante la cuarentena.
Cuando los efectivos ingresaron a “Klinik Mühlberger” se encontraron con pacientes en el interior del establecimiento, medicamentos vecinos desde el año 2014, mujeres de nacionalidad venezolana que estaban ejerciendo la medicina sin la autorización correspondiente, residuos patológicos mal tratados y con que la clínica no tenía la habilitación correspondiente. Por orden de la fiscal Massaglia se procedió a la clausura del lugar y a la detención de Mühlberger como responsable y director del establecimiento. Del lugar fueron secuestradas agujas, cánulas y tubos “vacuette”, junto a distintos medicamentos vencidos, además de computadoras y documentación.
El “médico de los famosos” fue indagado por infracción al artículo 106 del Código Penal, que habla de penas de dos a seis años para aquel que “pusiese en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo en situación de desamparo o abandonado a su suerte”. Por este delito es que finalmente queda detenido en domiciliaria. Sin embargo, también se lo acusa de violar el artículo 239 que habla de desobedecer una orden del Poder Ejecutivo, en este caso el DNU que aplicó la cuarentena obligatoria, y por el artículo 208 inciso 2, que dice expresamente: “El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, prometa la curación a enfermedades”. Esto último en relación a la venta y promoción que realizó Mühlberger de un medicamento que supuestamente “prevenía y curaba” el coronavirus, no solo en el programa Incorrectas de Moria Casán, sino también a través de WhatsApp a sus clientes de confianza.
El mensaje que llegó a fines de marzo al teléfono de los clientes de la clínica estaba enviado desde el celular de la secretaria de confianza del doctor, Natalia Davini, y se detallaba el contenido del medicamento: “Klinik Mühlberger como siempre marcando tendencias en prevención de la salud desarrolló un protocolo COVID-19: sueros anti viral y sueros inmunológicos. Suplementación: comprimido anti viral. También desarrollamos UAD Mühlberger. Unidad de atención domiciliaria. De esta manera puede recibir su plan de sueros a domicilio”.
El mensaje estaba acompañado de un video del propio Mühlberger, donde mirando a cámara especificaba más sobre su engañoso medicamento: “El coronavirus es un hecho. No nos tenemos que atemorizar ni entrar en pánico. Como ustedes saben yo acabo de venir de un congreso internacional en Miami donde se habló de un ‘protocolo coronavirus’. Esto consiste en antioxidantes, en vitaminas y en oligoelementos. Todo esto en una cápsula que se toma una vez por día”.
Cuando se conoció de esta situación, la Sociedad Argentina de Infectología realizó una denuncia en el Ministerio de Salud a través del abogado de la institución, Ignacio Maglio. Extrañamente desde el momento de la denuncia hasta el momento nadie había tomado cartas en el asunto hasta que los vecinos denunciaron y se realizó el allanamiento. No está demás aclararlo: no existe ninguna cura, ni vacuna ni antídoto contra el coronavirus. Cualquier tipo de venta de este tipo es una estafa.
Con la investigación ya en curso, en las últimas horas se clausuraron dos farmacias que trabajaban con Mühlberger. El primero de los establecimientos está ubicado en Rivadavia al 4500, y en el interior los efectivos de la Policía de la Ciudad encontraron medicamentos con el rótulo “Clínica de Estética del Dr. Mühlberger”. El otro local está en Austria al 2200, en Recoleta. Ahí se secuestraron remedios vencidos, computadoras y documentación que vincula a la farmacia con la clínica.
A medida que pasan las horas, empiezan a aparecer testimonios de pacientes y de ex trabajadores que complican cada vez más la situación de Mühlberger y dan la pauta de que las irregularidades eran casi extremas y desde hace mucho tiempo.
En el programa Los Ángeles de la mañana se difundió el testimonio de un ex médico que trabajo en la clínica hasta el año pasado: “Estuve un año. Trabajábamos con drogas vencidas del 2005. Cuando las quería tirar el doctor me retaba. Me tuve que ir porque si seguía trabajando ahí y llegaba una inspección podía perder mi título. La contratación y el pago eran en negro. El quirófano estaba sin habilitación y sin equipo para reanimación en las microcirugías que realizaba. Mezclábamos proteína de huevo con Nesquik, los rotulábamos y los vendíamos como de producción propia. Lo hacíamos en una especie de laboratorio que tenía en su antigua clínica”.
Ahora Mühlberger deberá permanecer incomunicado en su domicilio con custodia policial en la puerta de su casa a la espera de que avance la investigación, mientras la fiscal Massaglia continúa acumulando pruebas y siguen llegando testimonios que lo complican.
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