Después de la canción original para la tira “Quiero vivir a tu lado” (El Trece, 2017), aportar temas de apertura (“Enamorada”) y cierre (“Hola”) a “Lalola” (América, 2007) y la cortina del Fútbol para Todos (basada en el tema “Ritmo y decepción”, para la temporada 2012), Miranda! revalidó una vez más su título de “banda más televisiva del rock y el pop argentino”.
Esta vez, fueron convocados para componer la canción principal de “Casi feliz”, serie protagonizada por Sebastián Wainraich, entre los cinco contenidos más vistos de Netflix en Argentina. De esta manera, musicalizan los vaivenes emocionales del protagonista, Sebastián: un hombre de radio y fanático de Atlanta, igual que Wainraich. Dirigida por Hernán Guerschuny y co-protagonizada por Natalie Pérez, la comedia se nutre del humor de su elenco estable y del color que aportan las participaciones: Adrián Suar, Wos, Dalia Gutmann, Gustavo Garzón, Hugo Arana, Juan Minujín, Carla Peterson, Julieta Díaz y Peto Menahem, entre otros.
“Nos llamaron los productores de la serie para decirnos que tenían ganas de tener una canción original nuestra en la apertura. Cuando vimos que estaba Seba Wainraich involucradísimo y que era el protagonista, ya arrancamos bien y nos interesó, nos pusimos a leer de qué se trataba”, explicó Ale Sergi, vocalista y compositor del grupo. A su lado, inseparable, está Juliana Gattas, la otra mitad vocal, compositiva y espiritual de Miranda! Pero no en el mismo espacio -ya que cada uno transita el confinamiento en sus respectivas casas-, sino que en la sala de videollamada en la que atendieron a Infobae.
“Cuando sentimos que nuestra propuesta puede coincidir en la otra, bueno, genial… en este caso en particular fue más que un maridaje: yo siento una conjunción particular porque somos fanáticos de él, nos encanta lo que hace, lo hemos ido a ver al teatro, a la radio las veces que vamos nos la pasamos re bien. Así que se dio super natural”, aseguraron.
-Más allá de la relación, ¿cómo fue componer a pedido?
-Ale Sergi: Fue muy, muy, muy rápido, aunque llevó su tiempo la letra. El título no lo tenía al comienzo. Y cuando apareció, ahí dije ‘esto lo aprovecho’, porque es espectacular y servía mucho para escribir. En cuanto tuve el título, la letra fue cuestión de pa-pa-pa. Te hace pensar mucho el título de la serie, a mí me parece buenísimo.
-A diferencia de la gran mayoría de las bandas argentinas, ustedes nunca le escaparon a la televisión.
-Ale: No, es verdad lo que decís. Y lo hicimos desde el principio. Yo creo que se ha ido abriendo, pero cuando recién iniciamos nosotros sí que era todo un tema, algunos grupos no querían ir a la televisión. Mientras nos dejaran cantar lo nuestro y no hubiera que hacer nada que no nos representara, íbamos. Siempre fuimos bastante abiertos y a veces el prejuicio justamente te desliga de cosas: por ahí hay lenguajes o cosas que uno ve y no le interesan, no lo representan y si hay un espacio para uno ahí, prefiere no tomarlo. Nosotros sí preferimos tomarlo, mientras no se desfigure nuestra esencia. Sentimos que justamente en las diferencias es en donde podemos encontrarnos. Y por eso fuimos a la tele. Después hacíamos el circuito del rock, pero eso fue básicamente por desprejuicio.
-Retomando “Casi feliz”, la elección de ustedes parece atinada porque más allá de las diferencias, tienen un tránsito en la vida similar a la del protagonista: una persona en la mitad de la vida, como dice la canción. ¿Se sintieron identificados con los mambos del personaje?
Ale: Yo sí, re. yo soy re así, muy nabo (se ríe). Me preocupo por todo, me cuesta ver lo bueno, siempre es igual, la tragicomedia eterna. Mucha identificación, mucha, mucha mucha. Bueno, yo no tengo familia, toda esa parte no la vivo… ¡y menos mal! Sino, imaginate, ya como soy...
Juliana Gattas: Comparto, en realidad el lenguaje de ese humor, me hace reir eso. No sé si yo soy así. Yo no me considero un nabo, pero sí soy bastante pendeja y sí me río de esas cosas. Ese humor tipo Seinfeld, Woody Allen, que sé que Wainraich es muy fan. Tenemos esas referencias en común, que son muy fuertes. Es mi serie favorita Seinfeld. Me encanta Woody Allen, más allá del momento de cancelación que sufre, toda la vida me hizo reir ese tipo de humor de alguien pensando demasiado, sobre analizando y riéndose de sí mismo.
-¿Sintieron la crisis de la mitad de la vida?
Ale: No, yo eso no… la verdad que no, eso no me agarró.
Juli: Para bien y para mal, tenemos la mentalidad de los 20 y pico. Ale se pone un poco más las pilas. Ahora, la cuarentena me está ayudando a ser más organizada, a ordenar los papeles, los trámites y esas cosas de ser adulto con las que no me llevo bien. Ahora no me queda otra, tengo un montón de tiempo libre, me tengo que ocupar.
-El escenario rejuvenece, ¿no? Bueno, no a todos...
Ale: (se ríe) ¡A todos no!
Juli: Más allá de cantar y tocar, podés estar escribiendo o atendiendo tu local… hacer lo que te gusta y disfrutar de la vida te hace muy muy bien, es una eterna fuente de juventud.
Ale: Eso es verdad. Y aparte a mí no me da miedo ponerme viejo, al contrario, me dan ganas.
Juli: ¡Porque sos hombre!
Ale: ¿Por qué? ¡No!
Juli: El hombre tiene onda con las canas, podés ser Richard Gere
Ale: ¡Bueno, pero ese es un estereotipo! Yo no quiero ser viejo por las canas. Me gustaría tener 80 años, siendo un viejo re pesado, diciendo que la música de ahora es malísima y esas cosas (se ríe). Quedarme todo el día escuchando discos, no tener más que hacer nada, quedarme super pancho todo el día. No hay que tenerle miedo a eso, eso un poco ayuda a que no se te note en la cara que no querés crecer y te quedás así duro. El tiempo pasa para todos y está bueno.
Juli: Lo que sí es cierto es que se conserva cierta actitud rockera, pero yo me súper cuido. Cuando tenía veintipico podía tomar alcohol todos los días de la semana y no se me notaba nada. Ahora, me adapto.
-Solo los fines de semana…
Juli: Una vez al año… ¡feliz año nuevo, amigo! (se ríe).
-Cuando termine la cuarentena, imagino que van a querer salir a tocar. Aparte de eso, ¿adónde van a ir primero?
Ale: ¡A la peluquería!
Juli: ¿En serio?
Ale: Y sí.
Juli: ¿Me estás jodiendo? Cortate solo, yo me corté sola: mirá (muestra el flequillo).
Ale: Yo también me estoy cortando solo, pero estoy re podrido. Aparte no me puedo mover de la cámara, estoy fijo así como me ven, porque de costado estoy mal.
Juli: ¡Qué coqueto que es! Yo tengo fantasías, como la clandestinidad de la época del jazz. Para mí falta un montón para conciertos en vivo. Entonces pienso en eso, que por ahí arrancan unas cuestiones así, de ir a ver a tal banda de manera clandestina.
Ale: Es verdad, como El Dorado. ¿Te acordás cuando había clausurado, que íbamos?
Juli: ¡Shhh!
Ale: ¡Shhh!
-Bueno, que quede acá entonces
Juli: Yo te la tiro.
Ale: (en voz baja) Bueno, vamos todos el sábado a El Dorado (se ríe).