¿Qué harías si conocieras tu verdadera identidad recién en tu adolescencia? ¿Qué pasaría si te enteraras que la persona a la que reconoces como tu madre, es realmente tu secuestradora? ¿Empezarías a odiarla de un día para el otro, o sostendrías a esta mujer como la que marca tu vida para siempre?
La trama de esta película parece salida de un cuento fantástico, pero lejos de eso, está basada en un hecho verídico que sucedió en 1998. Raptada por mi propia madre es producida por la periodista Robin Roberts, conductora de Good Morning America, que encontró en la cobertura del caso una historia digna de ser contada a través de una ficción. Más parecida a la trama de Enredados, sobre la princesa Rapunzel -secuestrada en su cuna por una malvada que hizo pasarse por su madre durante años-, la vida de esta niña, ya ahora una mujer, no dista mucho de este cuento de Disney. Aunque la dulce Rapunzel abandona su anterior vida y comienza a amar a su nueva familia como si los conociera desde siempre, la vida de esta joven no fue tan sencilla de resolver.
Gloria Williams (interpretada por Emmy Niecy Nash) queda embarazada. Pero cuando ya estaba a término de parir, tuvo un aborto espontáneo. Prefiere ocultárselo a su propia familia y simula seguir estando en proceso de gestación. Es entonces cuando, desesperada, toma una tremenda decisión que no solo cambiará su vida, sino también la de otras dos mujeres.
Gloria ingresa a un Hospital de Jacksonville, Florida, y se hace pasar por enfermera. Allí se encontraba Shanara Mobley (Ta’Rhonda Jones), que tiene en sus brazos a su beba recién nacida, Kamiyah Mobley (Rayven Symone). Sin dudarlo, engaña a la mujer recién parturienta, y le saca a su hija de sus brazos. Esa sería la última vez que Shanara tendría contacto con su hija.
La historia comienza con un engaño y el espectador se une a esta trama desde la visión de Gloria. Una mujer que se muestra nefasta en un principio, pero que con su hija es una madre ejemplar.
Así, bajo el nombre de Alexis, Gloria cría a esta niña con todo el amor que una mamá puede dar. Mientras tanto la madre biológica iba guardando en un freezer un trozo de la torta que cada año hacía para el cumpleaños de la hija que le habían robado y arrebatado de sus brazos. Pero la llegada a la adolescencia, y un hecho fortuito, hace que Gloria se enfrente a la realidad ante su hija y deba revelarle su secreto.
La historia de Raptada por mi madre nos invita a entender las decisiones de cada una de estas mujeres ante su propia emocionalidad y falta de oportunidades. La película provoca que nos encontremos en un estadío gris porque “hasta cierto punto no sabés por qué lado inclinarte”, según afirma en una entrevista la actriz Ta’Rhonda Jones.
El caso verídico nos habla de una madre que queda presa por el delito de haber robado un bebé y otra mamá, la biológica, que termina resultando una extraña para esta niña que se crió alejada de ella. Nadie es un triunfador en una historia de engaño como esta.
La sucesión de los hechos hacen que pasemos del desprecio absoluto por lo que hizo Gloria a la comprensión, y entonces surge la pregunta: ¿se puede lograr empatizar con el secuestrador? Solo si se muestra el dolor como real. Y eso es lo que intenta demostrar esta historia.
En una entrevista a Niecy Nash -que tuvo un gran papel en la miniserie When they see us y que también la vemos brillar como psicóloga en la serie Yo Nunca-, en la que fue consultada acerca de cuál es la mujer que más sufrió en este hecho, reflexionó lo siguiente: “Gloria Williams estaba sufriendo porque estaba en una relación abusiva y pensó que necesitaba un bebé que los mantuviera unidos. Shanara, la madre biológica, está sufriendo porque perdió a su hija. Y luego tienes a la hija que se debate entre dos madres, una que conoce y la otra de la que no conoce nada. Es un lugar difícil para todas las mujeres involucradas.”
Raptada por mi madre enciende una polémica, y nos habla de las consecuencias de las malas acciones y de dos mujeres que disputan por el amor exclusivo de una hija.
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