“¿Quién anduvo haciendo cagadas en su cabeza? Es que no puedo con esta cuarentena”. La reflexión de Candelaria Tinelli resuelve gran parte de la historia: quiso modificar su look en su casa, por sus propios medios, incentivada por un aislamiento obligatorio que ya hace sentir sus consecuencias a partir del aburrimiento, después de 50 días de encierro.
Por eso, no parece casual que la cantante recurriera a un cambio brusco a horas de que Alberto Fernández confirmara que la cuarentena seguirá hasta el 24 de mayo, con una nueva fase en el Interior pero casi las mismas pautas estrictas en la Ciudad de Buenos Aires. Allí reside Cande, claro. Y si bien es cierto que desde el martes muchos comercios porteños reabrirán sus puertas, las peluquerías quedan exceptuadas nuevamente. Y una cosa llevó a la otra. Y la hija de Marcelo Tinelli optó por tomar la iniciativa.
Ya lo había hecho antes. A tan solo cinco días de la cuarentena -la inició en Esquel- se rapó un lateral. “Oops, I did it again (Huy, lo hice de nuevo)", fue su reflexión en el posteo de Instagram en el cual mostró cómo le había quedado este cambio drástico.
45 días después volvió a meter mano en su abundante cabellera, esta vez en su departamento de Palermo. Candelaria quiso convertirse en rubia. Y luego de decolorarse por sus propios medios, el resultado fue... terminó siendo... Bueno, ¡mejor que lo diga ella! “Tusam siempre nos dijo: ‘Puede fallar, no lo hagan en sus casas’. Yo lo ignoré. Perdón Tusi por no escucharte, perdón”, puso, al pie de las fotos que ahora la muestran como la orgullosa portada de una cabellera multicolor.
“Cuando intentaste ser rubia en casa, pero sos medio pony salvaje”, lamentó la it girl. Pero, ¿cuál fue el problema? ¿Adónde estuvo su error? En hacer todo al revés, según le explica a Teleshow el estilista Javier Luna. “Ella tiene un pelo negro reforzado con tintura, y es muy difícil de sacar. Se puede lograr, pero no de una sola vez: se llega a aclararlo después de varias decoloraciones”, detalla.
“Cande habrá querido aclararse solo las raíces y dejarse el resto negro: fijate que las puntas no las tocó -señala Luna-. Le puso decolorante en la raíz, donde se le aclaró el blanco. En lo que el decolorante mordió del negro teñido, quedó naranja. Y el resto, negro". Es más: el rapado de días atrás, que ya muestra un crecimiento incipiente, quedó platinado, directamente.
Ahora bien, según la mirada de un especialista como Javier Luna, nada de esto fue un error, como canta Coti Sorokin (autor de la próxima cortina de ShowMatch; porque todo tiene que ver con todo). “Ella es muy transgresora y quiso lograr ese objetivo. Estoy seguro. Porque Cande sabe muy bien de qué manera se llega a un cambio como el que aparentemente buscaba”, dice el estilista.
Dándole la razón -o presa de la resignación-, la joven dejó una reflexión final: “Estoy contenta con mi calor -aseguró- Me quiero cortar las bolas con la cuarentena, no me voy a mentir. No me la fumo más. Todo tiene solución, menos la muerte, porque muchas (seguidoras) me están diciendo: 'Yo hice lo mismo’. ¡No pasa nada! ¿Nos quedamos calvas? Hay pelucas. ¡Vamos, chicas!”. Y cerró su mensaje dirigido a las 4 millones de personas que la siguen en Instagram, y con quienes está sorteando un consolador para promover la autosatisfacción en durante el aislamiento: “Fuera de joda, me lo voy a arreglar cuando pueda". Hasta que eso suceda, "me van a fumar con este color”. O multicolores.
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