En 2018 Mirtha Legrand cumplió medio siglo al frente de su programa y lo celebró con una emisión especial, que contó con la visita de varias figuras y sorpresas de todo tipo. Su hermana gemela, Goldy, que murió este viernes a los 93 años, solo fue en dos ocasiones al ciclo conducido por la Chiqui. Y en aquella oportunidad, si bien no se hizo presente, la dedicó un emotivo mensaje a la diva, quien no pudo evitar las lágrimas.
Soledad Pastorutti, una de las invitadas al programa, le anticipó a Mirtha: “Creo que vas a vivir una de las emociones más fuertes de la noche. Dijiste que tenías una relación muy especial con tu hermana. Creo que puedo entenderlo, yo también tengo una hermana…” La diva no podía ocultar su cara de sorpresa. Nunca se imaginó que Goldy, alejada hace tanto tiempo de los medios, participaría de esa noche especial.
En el video se escuchaba la voz de Goldy, leyendo una carta que redactó especialmente para la Chiqui. “Querida hermana -comienza la grabación-, en estos 50 años, quiero expresarte algunas cosas. Y temo sinceramente traicionar mis sentimientos y mi imparcialidad”.
“Eres un ser único e irrepetible. Cuando a veces decís que has dado tu vida al público, es verdad. Agreguemos tus largos años en cine. Empezaste a los 11 años y no has parado hasta hoy. Haciendo honor a tu personal elegancia, proverbial elegancia, tus verdades, tus convicciones, no en vano sos tan amada. Como hermana tengo orgullo por tus logros y por el cariño y el respeto mutuo. No quiero ocupar más tiempo, Chiquita, en este homenaje. ¿Qué te parece si me despido con la poesía esa que tanto nos gusta a las dos, e invoca a nuestro querido pueblo?”, dijo.
Y citó la poesía: “Mi vida fue de día y en enero, al aire libre, bajo un sol redondo, encendido en la sombra de un macondo feliz, santafesino y chacarero. El murmullo era el sonido de aquel piano y un pequeño carnaval de fondo. Andábamos corriendo por el fondo con una mandarina en cada mano. Qué más puedo pedirle a la alegría si la vida era una vuelta a la manzana y nadie… estaba muerto todavía”.
Concluyó Goldy: “Mil gracias por tantos años de trabajo, de trabajos inolvidables. Y por regalarnos tu finura y tu delicadeza. Y no sigo porque la emoción no lo permite. Chau, hermana, te quiero”.
Invadida por la emoción, Mirtha no podía creer que su hermana, que tan solo había ido en dos oportunidades a su programa, haya participado de ese día tan especial. Se tomó la cara, se secó las lágrimas y dijo: “Me tomó de sorpresa. Nunca sale Goldy, nunca. Nos queremos tanto, somos gemelas…”
Y reveló el origen de sus respectivos apodos: “Ella me comía, por eso me dicen Chiquita. En la panza de mamá me comía todo. Yo nací con 1.200 kilos, por eso Chiquita, y ella era la gordita. Éramos tan idénticas de chicas que papá nos sentaba a cada una en sus piernas y nos decía: ‘¿Quién es mi chiquita y quién es mi gordita?’ Éramos idénticas. Ella es parte de mi vida. Es mi hermana, mi madre, mi todo. Goldy, para vos, todo mi amor querida”.
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